Una grata sorpresa con esta serie de Netflix.
Todos sabemos que son muchos los casos de héroes que pasan del cómic a la pantalla de forma desastrosa y en este caso teníamos el precedente su versión Afleckada (si destroza a Batman ya es para ahorcarlo).

Pero han hecho lo que Nolan hizo por un destrozado Batman. Darle un mundo creíble, un tono adulto dejando lo infantil o adolescente a otro lado y unos argumentos interesantes.
El mundo creíble es que no hay gente lanzando rayos por su esfínter o peleas tipo "La casa de las dagas voladoras". En este mundo el protagonista va a recibir hasta en el carnet de la biblioteca en unas coreografías rápidas y bien hechas.
El tono adulto es que se verá sangre, se usará lenguaje apropiado a un barrio como la cocina del infierno y pese a poder sacarte una sonrisa no será de nerviosismo porque estés viendo un sucedáneo de "Crepúsculo".
Los argumentos la mejor forma de definir los es que no parece que sea un producto Marvel. La serie si el protagonista no viviera en el universo Marvel tendría interés por si solo.

Y finalmente no se puede dejar de lado el casting. Todos encajan a la perfección pero por encima de todos está Kingpin (en la serie Wilson Fisk). Por estética y por carácter es seguramente la mejor representación de un personaje Marvel en la pantalla.
Una primera temporada ágil, entretenida y que promete mucho si siguen esta línea marcada con mucho acierto. Personajes como Elektra, Bullseye, María Tifoidea o "The hand" son esperados con ansia por los que disfrutan del cómic y disfrutarán la serie.