Esta obra de Akin nos muestra la decadencia, bajeza, cutrez, miseria, asquerosidad y alcoholismo como pocas veces se ha visto en la historia del cine. Un pozo social del que parece imposible salir es el universo de estos personajes que habitan los márgenes de la sociedad, en “templos” de peregrinación de crápulas, prostitutas, poliadictos y marineros como El Guante Dorado, que, de hecho, es con mucho mas arte, el título original de la película. El título para España no le hace ningún favor. No le sobra ni un gramo de imágenes duras (tampoco hay tantas), muestra lo que hay que mostrar, y sugiere lo que hay que sugerir. Para muestra, el elegante equilibrio de la primera escena. Su grandeza reside en lo bien que nos transmite esas realidades que cuesta trabajo imaginar como posibles. Una película genial.