Cine de catástrofes encabezado por los cautivadores Pierce Brosnan y Linda Hamilton, que hacen buena pareja en pantalla grande.

Cumple su cometido de entretener aunque no llega a nada más, pues arrastra cual lava ardiente todos los tópicos de la americanada comercial de turno: muertes heroicas, protagonistas puros, familia feliz o secuencias de acción inviables. Entre estas últimas tenemos joyas como un coche atravesando magma caliente o una barca navegando por ríos de ácido, acciones que yo no recomendaría probar, por si acaso.

Pese a los excesos, o puede que en parte gracias a ellos, es una película entretenida, con ritmo y una hora final de infarto. Los efectos especiales son espectaculares, exhibiendo todo tipo de desastres relacionados con el volcán: explosiones, erupciones, derrumbes, avalanchas, torrentes de lava, tormentas de ceniza… Una estampa apocalíptica.

Cine sencillo de fácil digestión para distraerse una tarde, sin mayor pretensión.