Media votos
5,2
Votos
2.204
Críticas
1.286
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Javi McClane:
7
2023
Matt Owens (Creador), Steven Maeda (Creador) ...
7,4
5.490
Serie de TV. Aventuras. Acción. Comedia. Fantástico
Serie de TV (2023). 8 episodios. El joven pirata Monkey D. Luffy y su variopinta tripulación emprenden un viaje épico en busca de un tesoro. Versión live-action de la serie anime 'One Piece', basada en el manga creado por Eiichiro Oda, también productor de esta adaptación. (FILMAFFINITY)
En septiembre de 2023 fue renovada por una 2ª temporada.
En septiembre de 2023 fue renovada por una 2ª temporada.
2 de septiembre de 2023
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
One Piece es un manga y anime de Eiichirō Oda que comenzó sus andaduras en 1997, siendo hasta el momento uno de los más populares y exitosos de la historia. Yo me topé con el anime por pura casualidad en aquel lejano 2004, con un amor incondicional que dura desde entonces, hasta el punto de que es mi anime favorito, y creedme, he visto muchos.
Es por ello que no pude evitar arquear la ceja cuando me enteré de que Netflix se iba a atrever con una serie live action, entre otras cosas porque prácticamente es inadaptable, debido a lo extenso que es, ya que actualmente todavía no ha finalizado, y a las características de la propia propuesta, un mundo de piratas en el que todo vale. El otro problema es que era de Netflix, que ya nos ha castigado en otras ocasiones con adaptaciones que dejaban mucho que desear.
Pues aquí estamos, con los ocho episodios estrenados en la plataforma, y se podría decir que se ha obrado el milagro, ya que la crítica profesional ha quedado satisfecha, y el público parece ser que la adora, en un resultado que nadie se hubiese imaginado jamás. Admitámoslo, todos nos esperábamos un desastre, y creo que ahí radica parte de su éxito, ya que ha acabado siendo una serie que, si bien está a mil kilómetros de distancia del material original, sí resulta un pasatiempo entretenido y que da lo que promete, siendo más que recomendable para los que todavía no se hayan acercado al manga o el anime.
Porque sí, si eres fan de la obra original, quizás te chirríen algunas decisiones argumentales, con una fidelidad muy respetuosa, pero con una serie de cambios que seguramente decepcionen a los fans más acérrimos. Pero ahora nos adentraremos en todo eso, porque hay que contestar a la pregunta clave: ¿de verdad estamos ante el mejor live action de la historia? Hay muchas voces que aseguran que sí, por lo que te invito a que me acompañes en este viaje para intentar dar respuesta a tan importante pregunta.
De nuevo, esta serie es de Netflix, con todo lo que ello conlleva, siendo una pena que se hayan encargado ellos porque se notan las limitaciones presupuestarias, cortando de cuajo arcos argumentales y personajes porque no les llega el dinero para más. Podrán intentar camuflártelo como decisiones argumentales para agilizar la aventura, pero que no te engañen, porque los mediocres efectos especiales confirman que aquí ha habido poco dinero, por mucho que se venda lo contrario.
Si se critica a Marvel, no se puede mirar a otro lado aquí, aunque reconozco que algunos movimientos de Luffy me han convencido, dejando en pañales a lo visto hasta ahora en el cine del personaje de Reed Richards. Dejando a un lado que el CGI es terrible, en especial en lo que confiere al personaje de Buggy el payaso, las escenas de combate sí están más logradas, destacando los combates de Roronoa Zoro, aunque hay un nuevo contra, ya que las patadas de Sanji podrían haber estado un poco más pulidas, porque los cables se notan a leguas, y creo que ya hemos superado la etapa de Jet Li.
A pesar de todo, la serie tiene una estética que navega entre el cartoon y lo cutre, dotándola de una inesperada magia que nos evoca al cine y series de los años 80 y 90, donde todo era cartón piedra, pero donde se desprendía un inevitable encanto que te agarraba y atrapaba sin remedio. En Netflix han sido tacaños, pero en lo que respecta al vestuario y algunos escenarios, como en el caso del restaurante Baratie, no tengo nada que reprochar. No es Juego de Tronos, pero el resto de elementos funcionan tan bien que lo dejas pasar.
Los siete guionistas, repito, siete, no lo tenían nada fácil para condensar cincuenta episodios en ocho capítulos de una hora cada uno, y claro, han tenido que renunciar a tramas argumentales y ciertos personajes, siendo algo comprensible, pero que se hayan cargado de un plumazo a varios villanos, importantes en el devenir de los acontecimientos, no tiene perdón de Dios. Aplaudo que se le haya dado más protagonismo a algunos personajes secundarios, como es el caso de Koby o de Garp, pero si el precio a pagar es que elimines aspectos clave del material original, las cuentas salen a deber.
Entiendo que tengan prisa y no quieran saturar al espectador, pero si hubiesen hecho diez episodios en vez de ocho, tampoco habría pasado nada, porque da la sensación de que se le da más relevancia a esa subtrama de persecución de la marina, que al arco argumental de algunos de los protagonistas. Obviamente este aspecto pasará inadvertido para los que se han acercado a One Piece por primera vez, pero los que ya hemos pasado por esto nos quedaremos con la sensación de que quizás no se hayan tomado las mejores decisiones.
Y hablando de malas decisiones, el uso explícito de la violencia en el primer episodio es otro error más, mostrando a uno de los protagonistas como un auténtico sanguinario, y rompiendo con el tono desenfadado de la propuesta, para luego abandonar esa violencia en el resto de capítulos. Sí, hay algo de crudeza en la serie original, pero no sé muy bien qué han pretendido en ese primer capítulo o si ha sido decisión del director encargado, pero chirría, así como el tono tétrico de algunos momentos, alejando a los más pequeños de la casa, con un catálogo de villanos dignos de Dick Tracy o de una de Burton. Les ha quedado un poco extraño el tono, en especial en los primeros capítulos, siendo más colorido y menos sombrío en los últimos. Es lo que tiene jugar con varios directores.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas:
Youtube: Javi McClane
Web: ocioworld.net
Es por ello que no pude evitar arquear la ceja cuando me enteré de que Netflix se iba a atrever con una serie live action, entre otras cosas porque prácticamente es inadaptable, debido a lo extenso que es, ya que actualmente todavía no ha finalizado, y a las características de la propia propuesta, un mundo de piratas en el que todo vale. El otro problema es que era de Netflix, que ya nos ha castigado en otras ocasiones con adaptaciones que dejaban mucho que desear.
Pues aquí estamos, con los ocho episodios estrenados en la plataforma, y se podría decir que se ha obrado el milagro, ya que la crítica profesional ha quedado satisfecha, y el público parece ser que la adora, en un resultado que nadie se hubiese imaginado jamás. Admitámoslo, todos nos esperábamos un desastre, y creo que ahí radica parte de su éxito, ya que ha acabado siendo una serie que, si bien está a mil kilómetros de distancia del material original, sí resulta un pasatiempo entretenido y que da lo que promete, siendo más que recomendable para los que todavía no se hayan acercado al manga o el anime.
Porque sí, si eres fan de la obra original, quizás te chirríen algunas decisiones argumentales, con una fidelidad muy respetuosa, pero con una serie de cambios que seguramente decepcionen a los fans más acérrimos. Pero ahora nos adentraremos en todo eso, porque hay que contestar a la pregunta clave: ¿de verdad estamos ante el mejor live action de la historia? Hay muchas voces que aseguran que sí, por lo que te invito a que me acompañes en este viaje para intentar dar respuesta a tan importante pregunta.
De nuevo, esta serie es de Netflix, con todo lo que ello conlleva, siendo una pena que se hayan encargado ellos porque se notan las limitaciones presupuestarias, cortando de cuajo arcos argumentales y personajes porque no les llega el dinero para más. Podrán intentar camuflártelo como decisiones argumentales para agilizar la aventura, pero que no te engañen, porque los mediocres efectos especiales confirman que aquí ha habido poco dinero, por mucho que se venda lo contrario.
Si se critica a Marvel, no se puede mirar a otro lado aquí, aunque reconozco que algunos movimientos de Luffy me han convencido, dejando en pañales a lo visto hasta ahora en el cine del personaje de Reed Richards. Dejando a un lado que el CGI es terrible, en especial en lo que confiere al personaje de Buggy el payaso, las escenas de combate sí están más logradas, destacando los combates de Roronoa Zoro, aunque hay un nuevo contra, ya que las patadas de Sanji podrían haber estado un poco más pulidas, porque los cables se notan a leguas, y creo que ya hemos superado la etapa de Jet Li.
A pesar de todo, la serie tiene una estética que navega entre el cartoon y lo cutre, dotándola de una inesperada magia que nos evoca al cine y series de los años 80 y 90, donde todo era cartón piedra, pero donde se desprendía un inevitable encanto que te agarraba y atrapaba sin remedio. En Netflix han sido tacaños, pero en lo que respecta al vestuario y algunos escenarios, como en el caso del restaurante Baratie, no tengo nada que reprochar. No es Juego de Tronos, pero el resto de elementos funcionan tan bien que lo dejas pasar.
Los siete guionistas, repito, siete, no lo tenían nada fácil para condensar cincuenta episodios en ocho capítulos de una hora cada uno, y claro, han tenido que renunciar a tramas argumentales y ciertos personajes, siendo algo comprensible, pero que se hayan cargado de un plumazo a varios villanos, importantes en el devenir de los acontecimientos, no tiene perdón de Dios. Aplaudo que se le haya dado más protagonismo a algunos personajes secundarios, como es el caso de Koby o de Garp, pero si el precio a pagar es que elimines aspectos clave del material original, las cuentas salen a deber.
Entiendo que tengan prisa y no quieran saturar al espectador, pero si hubiesen hecho diez episodios en vez de ocho, tampoco habría pasado nada, porque da la sensación de que se le da más relevancia a esa subtrama de persecución de la marina, que al arco argumental de algunos de los protagonistas. Obviamente este aspecto pasará inadvertido para los que se han acercado a One Piece por primera vez, pero los que ya hemos pasado por esto nos quedaremos con la sensación de que quizás no se hayan tomado las mejores decisiones.
Y hablando de malas decisiones, el uso explícito de la violencia en el primer episodio es otro error más, mostrando a uno de los protagonistas como un auténtico sanguinario, y rompiendo con el tono desenfadado de la propuesta, para luego abandonar esa violencia en el resto de capítulos. Sí, hay algo de crudeza en la serie original, pero no sé muy bien qué han pretendido en ese primer capítulo o si ha sido decisión del director encargado, pero chirría, así como el tono tétrico de algunos momentos, alejando a los más pequeños de la casa, con un catálogo de villanos dignos de Dick Tracy o de una de Burton. Les ha quedado un poco extraño el tono, en especial en los primeros capítulos, siendo más colorido y menos sombrío en los últimos. Es lo que tiene jugar con varios directores.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas:
Youtube: Javi McClane
Web: ocioworld.net
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y es que como fan podría estar todo el día sacándole contras, pero es que me temo que esta serie no es para nosotros, siendo más bien para los nuevos espectadores, unos que van a descubrir un mundo repleto de posibilidades y que no van a querer abandonar jamás. Sé que a ese nuevo público le va a fascinar, como ya encandiló a toda una generación años atrás, y de ahí que se hayan respetado cosas del material original, pero otras no. Aplaudo el esfuerzo por intentar contentar a todas las partes, pero creo que al final quienes más la van a disfrutar son los que se embarquen en esta aventura por primera vez, porque el anime es insuperable y esto queda como una curiosidad simpática para los que ya nos hemos subido al barco.
Eso sí, tampoco estamos ante un live action que se limite a copiar con algunos añadidos prescindibles, como con el estudio del ratón. Este no es el caso, ya que tiene los suficientes elementos para que su existencia como remake en acción real tenga un sentido, y sólo por eso, ya toca quitarse el sombrero. Repito, no le llega ni a la suela del zapato a la obra original, pero oye, las intenciones han sido las mejores del mundo, y se nota un esmero por intentar ir más allá y que esto merezca la pena, y así ha sido.
Y vamos con el reparto, uno que no me convenció en el momento de su anuncio, pero que de nuevo me ha sorprendido, empezando como un fantástico Iñaki Godoy como Monkey D. Luffy. Ya adelanto que ninguno de los actores ha logrado replicar con exactitud sus roles animados, pero algunos se han acercado bastante, como es el caso de Godoy, totalmente entregado y carismático, y notándose que se lo pasa pipa en el proceso. No es exactamente el Luffy que ya conocemos, porque la sombra es muy alargada (perdón el improvisado chiste…), pero creo que es una representación más que digna, confirmando que estamos ante un actor con un gran futuro por delante.
En el caso de los intérpretes de Zoro y Nami, creo que están demasiado encorsetados, incapaces de pasárselo tan bien como el resto, entiendo que por exigencias del guion, pero también me funcionan, agradecidos por unos personajes que se venden solos. En cuanto al actor de Usopp, es el que menos me ha convencido, y no es culpa suya, ya que el actor también se entrega, pero me ha recordado poco al personaje del anime. Todo no se puede tener.
Y finalizamos con el español Taz Skylar, siendo el otro gran cierto del casting, ofreciendo un Sanji bastante parecido, y también notándose que se divierte en el proceso. No me meteré en el tema del doblaje español hecho por el propio actor, pero dejando a un lado ese polémico asunto, también me ha sorprendido gratamente.
Por lo tanto, estamos ante un conjunto que aprueba con nota y que nos convence de que merecen portar con orgullo esos nombres y ropajes, confirmándose que los encargados del casting han realizado un gran trabajo. Y lo mismo se puede decir de los secundarios, todos más que acertados. Y ya que estoy, mención especial para la banda sonora, que omite cualquier canción de la serie original, pero que tiene identidad propia y dota de un toque todavía más aventurero al viaje.
Y ahora, toca volver a la pregunta clave: ¿El mejor live action de la historia? Bueno, la primera película de Kenshin me parece maravillosa, pero oye, si alguien hace tal afirmación, tampoco se lo voy a discutir, porque esto podría haber sido otro insulto a los fans y a los espectadores, y ha acabado siendo una aventura tan simpática como rabiosamente entretenida, además de un live action digno. Me lo dices cuando se anunció el proyecto, y me río a carcajadas, por lo que toca recoger cable y admitir que esta loca adaptación ha merecido la pena. Y es que a veces, los milagros suceden. Viva el próximo rey de los piratas, si es que Netflix le deja, que espero que sí, porque lo que viene a continuación es demasiado bueno como para contároslo, siendo mejor que lo descubríais vosotros mismos. Y os lo dice un fan del anime. A disfrutar, piratas.
Eso sí, tampoco estamos ante un live action que se limite a copiar con algunos añadidos prescindibles, como con el estudio del ratón. Este no es el caso, ya que tiene los suficientes elementos para que su existencia como remake en acción real tenga un sentido, y sólo por eso, ya toca quitarse el sombrero. Repito, no le llega ni a la suela del zapato a la obra original, pero oye, las intenciones han sido las mejores del mundo, y se nota un esmero por intentar ir más allá y que esto merezca la pena, y así ha sido.
Y vamos con el reparto, uno que no me convenció en el momento de su anuncio, pero que de nuevo me ha sorprendido, empezando como un fantástico Iñaki Godoy como Monkey D. Luffy. Ya adelanto que ninguno de los actores ha logrado replicar con exactitud sus roles animados, pero algunos se han acercado bastante, como es el caso de Godoy, totalmente entregado y carismático, y notándose que se lo pasa pipa en el proceso. No es exactamente el Luffy que ya conocemos, porque la sombra es muy alargada (perdón el improvisado chiste…), pero creo que es una representación más que digna, confirmando que estamos ante un actor con un gran futuro por delante.
En el caso de los intérpretes de Zoro y Nami, creo que están demasiado encorsetados, incapaces de pasárselo tan bien como el resto, entiendo que por exigencias del guion, pero también me funcionan, agradecidos por unos personajes que se venden solos. En cuanto al actor de Usopp, es el que menos me ha convencido, y no es culpa suya, ya que el actor también se entrega, pero me ha recordado poco al personaje del anime. Todo no se puede tener.
Y finalizamos con el español Taz Skylar, siendo el otro gran cierto del casting, ofreciendo un Sanji bastante parecido, y también notándose que se divierte en el proceso. No me meteré en el tema del doblaje español hecho por el propio actor, pero dejando a un lado ese polémico asunto, también me ha sorprendido gratamente.
Por lo tanto, estamos ante un conjunto que aprueba con nota y que nos convence de que merecen portar con orgullo esos nombres y ropajes, confirmándose que los encargados del casting han realizado un gran trabajo. Y lo mismo se puede decir de los secundarios, todos más que acertados. Y ya que estoy, mención especial para la banda sonora, que omite cualquier canción de la serie original, pero que tiene identidad propia y dota de un toque todavía más aventurero al viaje.
Y ahora, toca volver a la pregunta clave: ¿El mejor live action de la historia? Bueno, la primera película de Kenshin me parece maravillosa, pero oye, si alguien hace tal afirmación, tampoco se lo voy a discutir, porque esto podría haber sido otro insulto a los fans y a los espectadores, y ha acabado siendo una aventura tan simpática como rabiosamente entretenida, además de un live action digno. Me lo dices cuando se anunció el proyecto, y me río a carcajadas, por lo que toca recoger cable y admitir que esta loca adaptación ha merecido la pena. Y es que a veces, los milagros suceden. Viva el próximo rey de los piratas, si es que Netflix le deja, que espero que sí, porque lo que viene a continuación es demasiado bueno como para contároslo, siendo mejor que lo descubríais vosotros mismos. Y os lo dice un fan del anime. A disfrutar, piratas.