De trayectoria muy limitada y con una filmografía que no pasa de la segunda categoria (en parte condenada a las estanterias de los videoclubs) el director y guionista Jeff Lieberman se apuntó a la moda del género fantástico de serie B de mediados de los setenta en que los bichos, especialmente insectos de toda clase, cobraban habilidades innatas para aumentar o multiplicarse por cien (desde artrópodos de toda clase a anhélidos varios). Y “Squirm” se trata de su mejor aportación considerándose una de las mejores cintas de serie B en ése terreno. Toda una lección para los amantes del fantástico de segunda que generó en esos años títulos tan memorables como “El Alimento de los Dioses” (The Food of the Gods, 1976) y “El Imperio de las Hormigas” (Empire of the Ants, 1977) ambas de Bert I. Gordon o “Tarantula” (Kingdom of Spiders, 1977) de John “Bud” Cardos.

Con un argumento poco usual y que se prevé que el chico conoce chica ya se ha producido en su pareja protagonista dando ése hecho por entendido, ésta se reune en el pueblo pantanoso de Fly Creek (donde ella reside) en el estado sureño de Georgia azotado por una violenta tormenta eléctrica que ha descargado su furia contra los postes de alta tensión que en su contacto con las aguas acaban convirtiendo en los inofensivos gusanos de anzuelo de pesca en cazadores carnívoros capaces de congregarse en un montón de espaghettis con el fin de de que si festín consista en un buen banquete.

Un reparto de actores desconocido como debe ser para un argumento que pretende decaer en el aburrimiento hasta la sorpresa o broma final. Un divertimento imprescindible para los fans de los “grindhouse” y nostálgicos de pro.