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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Serie de TV. Comedia Serie de TV (6 episodios). Comedia ambientada en los turbulentos años 60 en los Estados Unidos, y centrada en una familia de los suburbios de clase media cuya vida se ve revolucionada con la llegada de un invitado. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
92/06(09/07/17) Apreciable serie del genial Woody Allen, soplo de aire fresco en la cartelera catódica en que los fans del “gafotas de Brooklyn” se sentirán confortados en el universo particular forjado por este (desde los icónicos créditos iníciales, el modo de tratar temas de clase media-alta con sus neurosis, el ritmo, y por supuesto Allen haciendo de lo que ha hecho siempre, o sea, de un inseguro hipocondriaco con inseguridad infinita, cuestionándoselo todo,…). Dirigida, escrita y protagonizada por Allen es una comedia en seis partes (como indica su título), puede ser entendida como su película más larga con dos horas de metraje. La cadena Amazon estaba tras su último film (“Café Society”, 2016), y tras insistir mucho lo contrató para dar lustre a su recién estrenado canal televisivo. Allen no se adentra en territorios desconocidos, no arriesga, sabedor de lo que puede ofrecer, nos regala una divertida inmersión en los convulsos años 60 estadounidenses, donde un matrimonio de blancos acomodados en el otoño de sus vidas ven sacudida su tranquilidad con la llegada a su hogar de una revolucionaria anti-sistema perseguida por la justicia, poniendo patas arriba su modus Vivendi rutinario. Una comedia con notables momentos, sazonada con frases y diálogos punzantes, aunque con algo de irregularidad, pero en su conjunto superando con creces la media. Esperaba mucho menos por las críticas muchas negativas, sumado a que el propio Allen dijo lamentar la experiencia, o quizás por eso mi expectativas eran bajas y me he complacido hallando unas cuantas sonrisas. Allen dijo la serie constará de sólo temporada.

Sidney J. Muntzinger es un escritor que vive con su esposa, Kay (Elaine May), en las afueras de Nueva York, donde trabaja como psicóloga en su casa. No tienen hijos, pero sienten un gran aprecio por el hijo de uno de sus amigos, Allan (John Magaro), comprometido para casarse con la joven Alan Brockman (Rachel Brosnahan), tras lo que seguirá los pasos del padre en la banca. Una noche, alguien irrumpe en el hogar Muntzinger. Lennie (Miley Cyrus), hija de otros amigos. Se ha convertido en una radical y combativa revolucionaria comunista, huye de la policía y busca un escondite un tiempo. Pese a las objeciones de Sid, Kay siente simpatía por ella y la deja quedarse.

Es una comedia ligera, que no pretende profundidad, si no tan solo hacerte pasar un rato ameno riéndonos de nosotros mismos, fortalecida por diálogos ingeniosos y situaciones que van de lo jocoso a lo disparatado (propios de la inventiva prodigiosa narrativa alleniana), despertando más de una sonrisa, moviéndose con elegancia por el humor fino y para el alocado. Aprovecha de modo ingenioso el contexto histórico de los sesenta para hacer bromas sobre los conservadores y liberales, la Guerra del Vietnam, Nixon, la lucha por derechos raciales (Los Panteras Negras), el peligro comunista (El soviético y el cubano), todo tratado con el ácido y mordaz bisturí de Woody, ello en un conjunto no sólido en su equilibrio pero si regocijante en sus puntos álgidos, sin caer en la nostalgia clásica del “cualquier tiempo pasado fue mejor”, no es el objetivo del cineasta de Brooklyn, su foco está en relativizar los conflictos sociales, en reírse de las contradicciones e hipocresía de los idealistas y los pragmáticos, problemas de algún modo transportables a los de hoy día (con algún matiz), esto Allen lo posiciona en que los mayores son conservadores y nada propensos a los cambios, mientras los jóvenes son más aventureros y dados al idealismo puro, lo que se llama el choque generacional.

Muy jugoso el modo en que la mentalidad revolucionaria de la idealista en huida va “intoxicando” gradualmente a Kay y a Alan, a cada uno por diferentes motivos: A Kay por sus fuertes convicciones y de este modo se encadena con la subtrama de que en un club de lectura de mujeres de avanzada edad se les inocule el “virus” comunista (maoista) contestatario, con charlas entre ellas desternillantes, el zenit cuando se planten una quedada para desnudarse como protesta; Alan se sentirá enamorado de su carisma e ímpetu, que le hará replantearse su acomodado futuro
Hilarantes también el enfrentamiento entre Sidney y la revolucionaria Lennie, echan chispas sus ententes, arremetiendo ella contra su modo de vida conservador (hasta tiene una máquina para hacer chocolate!), mientras se zampa la comida de él, arremete contra el consumismo, contra la publicidad (profesión de Sidney), Sidney se defiende contra la demagogia de esta activista rebelde, y entre los dos momentos descacharrantes en su electricidad; Tambien explota Allen las sesiones de terapia matrimonial de Kay, para sonsacar risas de las miserias de algunas decadentes parejas (tronchante el esposo que paga a su mujer para tener sexo).

Incluso Woody se sirve paradójicamente de una serie de televisión para criticar al medio catódico, ya desde su primera escena con él mismo con el barbero (buen Max Casella) comentando que no le entusiasma pero va a trabajar en la caja tonta, por dinero, denigrando de este modo el sentido de calidad que pueda tener, al sutilmente (o no) dejar caer que los espectadores televisivos son unos “caníbales” que lo devoran todo; Esto se suma a otra escena en que el personaje encarnado por Allen tiene una reunión con unos productores televisivos a los que cuenta una idea para una serie televisiva, donde los mandamases parecen distraídos sin hacerle mucho caso.

Es una serie que va de menos a más, comienza de modo algo tenue, para a medida que pasan los capítulos el ritmo y el caos ir desatándose hasta estallar en sus dos últimas y alocadas entregas, en el penúltimo con la aventura del matrimonio Muntzinger en Nueva york con un maletín, teniendo que huir de la policía saltando por azoteas, o en su último, en su rush final convertir la casa protagonista en el camarote de los hermanos Marx (venerados por Allen), quedándole tiempo para reírse del “ermitaño” escritor JD Salinger.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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