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Voto de Juan Alegre Arnau:
9
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7,3
28
Drama
Shinpachi, un samurai pobre sin mucho porvenir, se encara con Magodayu, un oficial del alto rango, resultando en un duelo ilegal en el que Magudayu muere. Para guardar las apariencias en interés de ambas familias, ambos participantes son declarados locos, y Shinpachi se exilia a un apartado templo. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2024
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En la historia clásica del Japón Feudal, no hay figuras más romantizadas que Miyamoto Musahi y Sakamoto Ryoma. El primero fue el que elevó el mito de los samuráis a la altura de leyenda. El segundo fue el encargado de hacer desaparecer la casta para siempre.
Una de las gloriosas aventuras de Musashi fue el duelo contra la escuela Yoshioka. Tres duelos contra el clan de tan nobles esgrimistas. Fue más o menos así:
En el primer duelo, Musashi retó al primogénito de la familia, un samurái arrogante que no dudó en hacerle frente. Musashi era un samurái sin señor, un vagabundo cuyo estátus tan solo le reconocía el derecho a portar espadas. El primogénito era noble de nacimiento y con el deber de proteger la reputación de su padre. Musashi le partió el brazo y lo dejó inválido de por vida.
El segundo duelo fue contra su hermano menor, que trató de recuperar el honor de la familia. Musashi lo mató de un golpe a la cabeza, dejando a la familia Yoshioka gravemente humillada.
El señor Yoshioka tenía un sobrino. Él era el único capaz de recuperar el honor. Por desgracia, el chaval tenía trece años y ninguna posibilidad real de vencer. El plan de la escuela fue el siguiente: retar a Musashi en un lugar apartado, matarlo entre todos y decir que lo había hecho el crío.
Musashi se lo olió, llegó al lugar del duelo antes de tiempo y se escondió. Cuando llegaron los de la escuela, salió de su escondite, mató al niño sin ningún remordimiento y huyó a toda velocidad perseguido por varias docenas de samuráis. Evidentemente, salió ileso.
Una de las gloriosas aventuras de Musashi fue el duelo contra la escuela Yoshioka. Tres duelos contra el clan de tan nobles esgrimistas. Fue más o menos así:
En el primer duelo, Musashi retó al primogénito de la familia, un samurái arrogante que no dudó en hacerle frente. Musashi era un samurái sin señor, un vagabundo cuyo estátus tan solo le reconocía el derecho a portar espadas. El primogénito era noble de nacimiento y con el deber de proteger la reputación de su padre. Musashi le partió el brazo y lo dejó inválido de por vida.
El segundo duelo fue contra su hermano menor, que trató de recuperar el honor de la familia. Musashi lo mató de un golpe a la cabeza, dejando a la familia Yoshioka gravemente humillada.
El señor Yoshioka tenía un sobrino. Él era el único capaz de recuperar el honor. Por desgracia, el chaval tenía trece años y ninguna posibilidad real de vencer. El plan de la escuela fue el siguiente: retar a Musashi en un lugar apartado, matarlo entre todos y decir que lo había hecho el crío.
Musashi se lo olió, llegó al lugar del duelo antes de tiempo y se escondió. Cuando llegaron los de la escuela, salió de su escondite, mató al niño sin ningún remordimiento y huyó a toda velocidad perseguido por varias docenas de samuráis. Evidentemente, salió ileso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Veamos ahora lo que sucede en Adauchi (Venganza de Sangre), del veterano director Tadashi Imai.
Shinpachi es un samurái de bajo rango. Harto del constante desprecio de su superior al mando, lo insulta y es retado a un duelo ilegal a muerte. Shinpachi gana y mata al cretino, pero por la naturaleza ilegal del duelo, vencedor y vencido son declarados locos y nuestro protagonista es exiliado en un templo.
El hermano menor del muerto, en una muestra de arrogancia, decide ir por si cuenta a vengarse. Su nula discreción hace que Simpachi se entere y tenga algo de tiempo para prepararse, aunque está aterrorizado. Finalmente se da el enfrentamiento y Shimpachi gana de pura suerte, matando al hermano.
El escándalo en la ciudad es notorio y el conflicto de intereses no tarda en presentarse. El menor de los hermanos debe salvar el honor de la familia y formula una petición formal de duelo contra el protagonista. Sin embargo, advierten a la familia de Shinpachi de que, si no se deja ganar, abolirán su estátus y deberán cometer harakiri.
Llega el tercer duelo. Shimpachi, consciente de lo que le espera, asimila su destino entre profundos temblores y el silencio sepulcral y culpable de su hermano, quien lo ha convencido para dejarse matar. Tras una secuencia de tensión forminable, cinco samuráis salen detrás del hermano menor para "asistirle" en el duelo y matarlo entre todos.
Horrorizado, Shimpachi trata de escapar pero finalmente cede al terror y lucha por su vida como una bestia herida. Es asesinado frente a la expectante multitud, el silencio de su hermano, la complicidad de los señores feudales y los llantos del hermano menor, que alguna vez fue su amigo.
Es, ciertamente, el reverso oscuro de la leyenda y un ejercicio de revisionismo que debería estudiarse en las escuelas de guión. Gracias por leer.
Shinpachi es un samurái de bajo rango. Harto del constante desprecio de su superior al mando, lo insulta y es retado a un duelo ilegal a muerte. Shinpachi gana y mata al cretino, pero por la naturaleza ilegal del duelo, vencedor y vencido son declarados locos y nuestro protagonista es exiliado en un templo.
El hermano menor del muerto, en una muestra de arrogancia, decide ir por si cuenta a vengarse. Su nula discreción hace que Simpachi se entere y tenga algo de tiempo para prepararse, aunque está aterrorizado. Finalmente se da el enfrentamiento y Shimpachi gana de pura suerte, matando al hermano.
El escándalo en la ciudad es notorio y el conflicto de intereses no tarda en presentarse. El menor de los hermanos debe salvar el honor de la familia y formula una petición formal de duelo contra el protagonista. Sin embargo, advierten a la familia de Shinpachi de que, si no se deja ganar, abolirán su estátus y deberán cometer harakiri.
Llega el tercer duelo. Shimpachi, consciente de lo que le espera, asimila su destino entre profundos temblores y el silencio sepulcral y culpable de su hermano, quien lo ha convencido para dejarse matar. Tras una secuencia de tensión forminable, cinco samuráis salen detrás del hermano menor para "asistirle" en el duelo y matarlo entre todos.
Horrorizado, Shimpachi trata de escapar pero finalmente cede al terror y lucha por su vida como una bestia herida. Es asesinado frente a la expectante multitud, el silencio de su hermano, la complicidad de los señores feudales y los llantos del hermano menor, que alguna vez fue su amigo.
Es, ciertamente, el reverso oscuro de la leyenda y un ejercicio de revisionismo que debería estudiarse en las escuelas de guión. Gracias por leer.