Quise darle una oportunidad al hombre lobo de la saga crepúsculo y olvidarme de lo que había visto de él y centrarme en la película. Ciertamente el trailer ayudó a que me animara a verla. Prometía suspense, sorpresas, persecuciones y acción. Sorpresas pocas, la verdad, acaba resultando como tantas otras historias de este tipo.
Lo único que cambia es la premisa inicial de que posiblemente el protagonista sea un niño desaparecido y que casualmente se ve en una foto de búsqueda por Internet. Hasta ahí es donde sorprende, el resto son las tradicionales persecuciones sin sentido, el protagonista joven universitario, pasa de ser un simple estudiante a ser un James Bond de primera. Nos van dando soluciones a algunas preguntas, aunque llega un momento que hasta los propios espectadores nos anticipamos a todo lo que va ocurriendo.
Lamentablemente no puedo hablar ampliamente de todo lo que ocurre, pero una vez alcanzado el desenlace, te das cuenta que quedan muchos cabos sueltos y que algunos personajes desaparecen y aparecen por obra y gracia del guionista.
Si no piensas durante un par de horas, te entretendrá.