Soy un adicto a los thriller, me trago casi todo lo de este género. Ya luego es cuestión de acierto o no, pero suelo ver auténticas maravillas. Jaque al asesino me parece una gran película en este sentido. Consigue lo que pretende el director, pasar tensión y miedo durante toda la proyección del film. Rodeado de tantos personajes en la trama, que ya no sabe uno de quien desconfiar, aunque todas las pruebas apunten hacia el mismo lado.

El éxito de un thriller está en no descubrir la trama hasta el último plano, y aquí cumple de forma espléndida. Con un comienzo utilizando el flash-back en blanco y negro y recreando una partida de ajedrez entre dos menores, la cual marcará las muertes futuras. Una vez que volvemos al presente, nos encontramos en pleno torneo de ajedrez, donde el favorito para ganarlo, comienza a recibir llamadas de un psicópata, después de asesinar y fotografiar a su acompañante la noche anterior. Con la excusa de iniciar una partida de ajedrez entre ambos, le irá dando pistas, y si no las va descubriendo, asesinará a una chica cada día.

La verdad es que el guión está perfectamente estructurado y la dirección va en una línea coherente para el desenlace del film. Sin dejar cabos sueltos por el camino. Todo va encaminado a sospechar de Peter Sanderson, ( su amante asesinada, su guía de teléfono marcada, su herida en la mano, su amigo asesinado ) poco a poco y a medida que avanza la peli todo lo incrimina a él, viéndose acorralado entre la espada y la pared y sin nadie que confíe en su inocencia. Me ha encantado ver en esta cinta a la guapísima Diane Lane, solo su presencia me alegra la vista, independientemente de su actuación, aunque hay que decir que está más que correcta. Por otro lado la pareja de detectives formada por Tom Skerritt y Daniel Baldwin... no me ha llenado, más por el segundo. No trago al típico policía que todo se lo toma al cachondeo, entra en una escena de un crimen, con la sonrisita en la boca y pensando el siguiente chiste, siempre he visto esto antinatural y falto de respeto hacia la víctima y hacia su familia. Que bien que le cortaran el pescuezo.

Destacar también la expectación que despierta en el espectador el ver en que queda el mensaje final, es contradictorio, por una parte no deseas ver más chicas muertas, pero quieres ver cual es el mensaje.

Sin duda un gran trabajo del señor Carl Schenkel, me extraña por cierto la baja nota que tiene esta película.