Dejaré clara una cosa antes de empezar: Connery es Bond y Young su profeta, y punto. Y a continuación, confieso. Skyfall es el mejor Bond de todos los tiempos. Y por muchos motivos. Hay personajes, personajes de verdad, no marionetas o estereotipos que nos sirven para avanzar por tramas intrincadas y/o espesas, seres humanos con tremendos problemas de personalidad que los han convertido en lo que son. M tiene dos "hijos", y ambos sufren su relación edípica. Uno es bueno (Bond) y el otro malo (Silva), pero en el fondo son un reflejo el uno del otro. Lo que está en juego no es tanto el futuro o la seguridad de la nación, sino reconciliar a unos personajes atormentados con el destino que les ha tocado vivir. Por eso los villanos no son islamistas, ni mafiosos rusos, ni votantes del PP: es la historia de una venganza. Skyfall es novedosa pero tradicional, original pero fiel al esquema, un salto adelante desde el pasado. Cuando Bond vuelve al lugar donde nació, a sus auténticos orígenes, un vendaval de tragedia griega empieza a soplar, y muchos intuimos que algo espantoso va a suceder (extraordinaria escena la del asalto a la mansión, sólo superada por la del metro hundiéndose en el subterráneo). Cabe decir que los actores están a la altura del reto. Dench, porque es su despedida, Fiennes porque va a tomar el relevo, Craig porque nos hace olvidar a Connery en su metamorfosis bondiana, y Bardem porque está que se sale, una de las grandes interpretaciones de la temporada. Y toda la película plagada de citas y referencias al original, en un homenaje a la saga que acaba de cumplir 50 años y no muestra ánimos de desfallecer. Será difícil superar este hito, este Skyfall tan respetuoso como rompedor.