Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Drama Basada en una historia real sucedida durante la Navidad de 1914, a principios de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando en diferentes zonas del frente soldados alemanes, franceses y escoceses enterraron sus diferencias y sus muertos y celebraron la Nochebuena juntos. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No existe mejor momento en el año para disfrutar esta película que el día de Navidad, sencillamente por el puntual caso que aborda y porque nuestra conciencia es más susceptible y vulnerable para rendirse ante la verdad que intentamos eludir cada día para no enfrentarnos a ella. Las guerra siempre pilla desprevenidos a los jóvenes que la sufren, no a los que la diseñan, y la Primera Guerra Mundial fue buena prueba de ello. En la Navidad de 1914, tras cinco meses de hostilidades sus combatientes, no sabían muy bien porqué luchaban, ni el tiempo que iban a permanecer parapetados en improvisadas trincheras entre el frío, la nieve y el barro, pendientes de esquivar el fuego enemigo o de acatar alguna orden caprichosa y suicida desde el alto mando. Bajo esas premisas surgió un gesto que hoy puede parecer absurdo pero que resultó un esperanzador brote de cordura apresuradamente cercenado por los que subordinan la voluntad de muchos a la de unos pocos.

El film cuenta un extraño acontecimiento litúrgico cuando en distintos frentes europeos se produjo una espontánea confraternización entre fuerzas rivales la Nochebuena de 1914. Durante unas horas, soldados y oficiales franceses, escoceses y alemanes, las tres nacionalidades escogidas por el film, pactaron un alto el fuego sin que los altos mandos respectivos lo supieran. Bebieron café y aguardiente, jugaron a cartas, se mostraron las fotos de sus esposas e hijos, intercambiaron cigarrillos y chocolatinas, escucharon cantar a un tenor y una soprano, improvisaron hasta una misa del gallo, sonó la gaita y la armónica en canciones tradicionales y cantaron villancicos como “Silent night” o “Adeste fideles”, melodías universales que transmiten fraternidad y solidaridad.

Al alba volvieron a las trincheras, pero durante los días siguientes sin romper las hostilidades pudieron enterrar a sus muertos, así como una cadena de favores mutuos para evitar más muertes inútiles. Todo ello gracias a un excelente casting capitaneado (simil muy adecuado hablando de militares) por el cineasta Christian Carion que escribió y dirigió este conmovedor film.
Y es que, cuando los hombres no siguen las consignas, las soflamas y los libelos, cuando sólo escuchan su corazón y su alma, se olvidan y perdonan los odios y las guerras inútiles que sólo causan dolor y muerte. Pero el estamento político y militar actuó con la ejemplaridad y la energía apropiada, de cómo la hipocresía y el desprecio a la verdad triunfaría de manera impune.

“Feliz Navidad” es una de las mejores películas antimilitaristas de los últimos años, que recrea con sinceridad y sin heroísmos el miedo, el impacto de la guerra sobre sus personajes que participan en ella sin entenderla. Que puede pecar de idealista e ingenua, pero que muestra sus mejores momentos en el retrato sucio de la “vida cotidiana” en las trincheras, trufada de anécdotas divertidas (como el gato que merodea entre ambos lados del frente) y otras hirientes (el soldado francés que pretende dar sepultura al hermano muerto), pocas veces se ha transmitido tan bien la emoción y el humanismo en un paisaje bélico.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow