Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Drama Alain Leroy, un francés alcohólico, casado con una americana, está a punto de terminar un tratamiento de desintoxicación en una clínica privada. Antes de enfrentarse de nuevo a la vida cotidiana decide visitar a las personas a las que estuvo vinculado en el pasado. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Articulada con un ritmo pausado, reflexivo y preciso, Malle habla de la pervivencia de la amargura, subrayando poco a poco los estados de ánimo del personaje que van naciendo de sus miradas y sus gestos más que sus actos. Es una película rodada cuando el cineasta estaba imbuido aún por el placer del encuadre. Se inicia con una fuerza visual intachable, Alain (Maurice Ronet) y una amante reencontrada están en la habitación de un hotel, el cineasta muestra primeros planos de la pareja abrazados en la cama, la maravillosa música de Erik Satie (otro inadaptado al mundo que le tocó vivir) expresa, como en todo el film, un extraño sentimiento de tristeza, de melancolía y de cierta ironía congénita a las tomas de postura del protagonista, son escenas de una prodigiosa sensualidad, escuchamos la voz interior de él sintetizando la situación, recurso habitual que ayuda al carácter introspectivo de la película que asumirá de forma radical.

Inspirada en la novela homónima de Pierre Drieu La Rochelle, casi una confesión autobiográfica del polémico escritor y aristócrata francés, vanguardista de la vida intelectual francesa en los años 30, simpatizante y colaboracionista con los nazis, durante la Ocupación. “Fuego fatuo” es adaptada por Louis Malle a la Francia de los años 60, es la crónica gris de un hombre que acaba de pasar una cura de desintoxicación alcohólica, tras un doloroso fracaso matrimonial. Una vez abandona la clínica se dirige a un París inhóspito y nocturno, para visitar a sus amigos y conocidos, buscando infructuosamente abrigo, complicidad o comprensión, porque lo que encuentra es una galería variada de seres fantasmales, ambiciosos, egoístas, decididamente estúpidos la mayoría y mediocres el resto. Escuchamos los pensamientos íntimos del personaje, escenas hirientes en las que el ritual de una burguesía desconcertante se ofrece en toda su salvaje hostilidad (la escena de la cena) van construyendo el descenso de este personaje sin rumbo y desorientado hacia el abismo, el amor ha muerto o quizá nunca existió.

Alain Leroy es un hombre frágil y angustiado, aunque vivió rodeado de mujeres que nunca le amaron, o él tampoco supo amar, ahora ni el sexo puede aliviar su dolor, que no es físico sino moral. Bien ayudado por las frías y grises tonalidades del operador Ghislain Cloquet, el film se va cargando de asfixia, Alain está terminando de leer la novela de Scott Fitzgerald “El gran Gastby”, otro ser triste y misterioso que no encontró la felicidad. Nuestro hombre guarda celosamente envuelto en un pañuelo de seda un objeto que le gusta acariciar como una joya o un tesoro liberador de su pesimismo existencial. “Dejaré sobre vosotros una mancha indeleble”. Es la película de Louis Malle, una historia urbana de miedo y hastío, la que mejor ha sabido retratar un estado de ánimo como es el dolor del alma.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?

Últimas películas visitadas
arrow