Serie rusa de gran calidad. Lejos de los diálogos vacíos de gran cantidad de series de Netflix, aquí se rellenan con cuidado e ingenio: herencia del gran cine ruso y soviético. La acción de la cámara es increíblemente buena; sientes que estás dentro de la acción a cada momento. Los personajes son entrañables dentro de su humanidad e imperfección, y las actuaciones son muy buenas y emotivas; gran fuerza y dramatismo. La verdad que ha habido escenas que me han llevado al límite. Me he pasado todo el día hablando de la serie. En definitiva, me ha encantado. La banda sonora es lo que más me ha chirriado. Es muy buena, pero resulta muy similar a 28 semanas después e interestellar. Creo que la escena del principio de 28 semanas después (cuando el protagonista corre hacia el río después de abandonar a su mujer a su suerte) marcó un antes y un después en el uso de la música y el volumen. Poca originalidad en este sentido. Por otra parte, las canciones utilizadas en diversas partes de la cinta son muy acertadas y, sobre todo las rusas, le dan un toque diferente y auténtico.