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Barrabás

Aventuras. Drama Superproducción sobre la historia bíblica de Barrabás, el criminal que fue indultado por Poncio Pilatos en lugar de Jesucristo. Su libertad significó, pues, la crucifixión del nazareno, hecho que lo atormentó durante el resto de su agitada vida, en la que antes fue preso y obligado a trabajar cómo esclavo en las minas de azufre para después convertirse en gladiador en Roma hasta por fin ser hombre libre y enfrentarse nuevamente a la muerte. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
25 de abril de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película religiosa que pude ver esta pasada Semana Santa y que hoy comento fue Barrabás, película italiana que es sin duda uno de los máximos exponentes de las superproducciones de Cinecittà, si bien contó con el soporte técnico y artístico de Hollywood.
La película está basada en la novela del Premio Nobel de Literatura de 1951 Pär Fabien Lagerkvist, escritor sueco cuya obra más relevante es quizás esta. Se trata de un relato de ficción sobre la posible vida de Barrabás, aquel a quien el pueblo judío prefirió salvar en lugar de Jesucristo ante la oferta de indulto pascual de Poncio Pilato. Su eslogan "La película que comienza donde otras grandes terminan" resulta muy acertado, pues verdaderamente suponía un camino inexplorado y atrayente para una época en la que las producciones sobre la vida de Jesucristo comenzaban a ser ya muy abundantes y repetitivas.

El escogido por Dino de Laurentiis para dirigir el proyecto fue Richard Fleischer, quien ya contaba por aquel entonces con una dilatada experiencia tras las cámaras, teniendo además como carta de presentación en el cine de aventuras su éxito de 1954 20.000 leguas de viaje submarino.

El elenco de actores es también muy destacado, con Anthony Quinn (Barrabás), Vittorio Gassman (Sahak) y Silvana Mangano (Raquel) como sus exponentes más destacados. La música, decorados, vestuario y fotografía son bastante convincentes, si bien al no ser una película estadounidense no tuvo ningún reconocimiento en ese país. Destaca especialmente la escena de la crucifixión de Jesucristo, rodada en la Toscana durante un eclipse de sol real el 15 de febrero de 1961, con las dificultades que ello entrañaba. Creo que es también justo subrayar que parte del argumento y de la ambientación remiten sin duda a Quo Vadis o Ben Hur, rodadas ambas en la década anterior y de las que esta película tomó buena nota. Imagino que algo también hay de Espartaco, pero al ser de 1960 dudo mucho que se copiaran demasiados elementos, aunque es posible que sí lo hicieran de la versión italiana de 1953.

La acción comienza con el juicio a Jesucristo en la noche del jueves santo y la posterior liberación de Barrabás. A partir de ahí, de la mano de su amada Raquel, el protagonista presencia de primera mano los últimos momentos del Mesías: Vía crucis, muerte en el Gólgota, sepultura y resurrección. Ninguno de estos acontecimientos consigue cambiar la actitud del violento y licencioso Barrabás, como tampoco lo hará la injusta muerte de Raquel a manos de los mismos miembros del Sanedrín. Tras volver a realizar nuevos asesinatos, Barrabás es condenado sucesivamente a ser esclavo en unas minas de azufre de Sicilia, a trabajos forzados en el campo y a ejercer de gladiador en Roma, consiguiendo siempre esquivar a la muerte y salir airoso de las dificultades.

El análisis espiritual del film viene de la mano de su protagonista y de su evolución en la fe. Durante la mayor parte del mismo se presenta como alguien confundido, que no entiende porque en los planes de Dios estaba la muerte de su propio Hijo y su liberación. Barrabás no cumple la ley judía -es un asesino, pendenciero, mujeriego...- pero si se presenta como un creyente en un Dios protector. Esta duda existencial transe toda la trama, en la que Barrabás llega incluso a creerse inmortal o escogido por la divinidad para algo importante. De esa certeza interior es de donde saca fuerzas en los momentos difíciles de su existencia, si bien es cierto que a lo largo de toda su vida se niega a reconocer la figura de Cristo como el Hijo de Dios. Salvando las distancias, es lo que hoy conocemos como un creyente no practicante, con escasa conciencia de los propios pecados y una religiosidad interesada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaime salado
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21 de enero de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hijo del Rabino o del Maestro para unos, para otros Hijo del Padre según la lengua semítica que se use al estudiar la etimología de "Barrabás". Incluso alguno llega a considerar a Jesús Barrabás una única persona justificando así la inexistencia del malvado, que aparece en algunos textos sagrados porque políticamente convenía liberar a los romanos de cualquier responsabilidad en la muerte de Jesús.
El hecho de ser preferido por el pueblo de Jerusalén para librarlo de la muerte frente a Jesús Nazareno marcará no solo su vida sino también la imagen que transmitió a la posterioridad. "Persona mala, traviesa, díscola" llama coloquialmente nuestro Diccionario de RAE a los barrabases.
Suerte a la cinta de Fleischer y a la novela de Pär Lagerkvist en la que se inspira, hoy tenemos otra idea de lo que pudo ser la vida de Barrabás (Quinn).
Cine de romanos, cine bíblico de alta factura. Al nivel casi de las grandes obras del género, por la originalidad de tema, por la grandiosidad de los decorados, por el elenco, por las interpretaciones ...
Un guion poderoso desarrolla una trama que atrapa la atención del espectador que viaja desde el Gólgota a las minas de azufre de Sicilia, para acabar en el circo de Roma. Desde la presencia de Poncio Pilato hasta el incendio de la ciudad en tiempos de Nerón, sin saber en ningún momento lo que va a pasar con el protagonista.
Magnífico el análisis de la personalidad de Barrabás, donde la luz, la Verdad, juega un papel trascendental. El deslumbramiento que experimenta cuando sale del fondo de la mazmorra liberado y se encuentra con la imagen de Jesús, Luz, coronado de espinas; el eclipse solar en el Calvario; la imagen que le transmite Raquel (Mangano) de Jesús cuando resucita al tercer día, "Blanco y con fuego".
Pero Barrabás sigue en la oscuridad de la noche, sigue delinquiendo y es castigado a las minas de azufre. Allí los presos a medida que pasa el tiempo bajan a galerías más profundas, más oscuras, hasta que ciegan del todo. Sabedor de esto Barrabás cubrirá sus ojos con una venda. Doble ceguera de la que irá saliendo merced de Sahak (De Sica), el esclavo cristiano al que está encadenado quien, poco a poco, irá retirando de sus ojos la catarata que le impide ver la Verdad.
Una gran producción de época que toca varios géneros, dedicada a uno de los personajes bíblicos menos conocidos.
Notable película que recomendamos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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4 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El villano, el ladrón, el violador y asesino quien fue libertado gracias a la condena de Cristo en Pascua por Caifás.

Lo que pasó después, ésta es su historia.

Un personaje escrito para Yul Brynner en un principio, hubiera sido sensacional en su piel, para acabar finalmente en las manos de un Anthony Quinn diferente a lo que estamos acostumbrados.

El tormento de Barrabás se abre paso con esperanza o sin ella por parte del espectador.
Es el hombre que intenta creer y no lo consigue, o el hombre que cree en Jesús contra su propia voluntad y por ello se atormenta.

Anthony Quinn está sublime en la primera parte de esta gran película de dos actos, no de tres. Durante la juventud y la mediana edad de Barrabás, no así tanto en su final, pues la historia decae a la mitad.

Todo cuanto parecía tener sentido poco a poco sigue evolucionando, pero es como un experimento del que no se obtiene una respuesta, un final, como un examen que jamás revelará su nota final o una mujer en parto que no pare.

Solo viéndola se experimentará esta incertidumbre.
Pero ha sido una experiencia potente en un principio, rotunda.
Aquel que lo tenía todo, aquel que de ser villano podría haber sido antihéroe.

Personalmente sentí decepción al final, pero el principio...el principio es tan glorioso que pocas películas actuales lograrían esa monumentalidad a la hora de plasmar el conflicto interno de un personaje tan cruel y necio como Barrabás.

El resto del reparto son nombres conocidos, pero ninguno destaca salvo Silvana Mangano como una Raquel modelo de virtud, entregada a su fe, que tristemente nulo efecto provoca en el resto de personajes, se podría haber mejorado ese fondo, pero sí que lo provoca en el espectador.

Grandilocuencia en la escena de la crucifixión con un eclipse auténtico, que aprovechó Aldo Tonti en la ciudad de Rocasstrada en Italia.
Sharon Tate hizo un cameo aquí, pero dada que su contribución al séptimo arte fue menos legendaria que su final, poco o nada se puede decir de ella, pero sí de Katy Jurado, jugando la contraparte de Mangano, mostrando ambas dos elecciones, dos cuestiones.

Y es que Barrabás no es una película de fe o de filosofía religiosa, es una pregunta.
barbara12
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2 de abril de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ídolo de la ciudad. Rey de reyes. La vida nueva.
Importante (e insufrible) pestiño (de padre y muy señor mío) soporífero sombrío en el que la parte más destacada o interesante (salvable) es la risa psicopática de Jack Palance, gigante, grande, lo demás (bueno, no me quiero olvidar tampoco, seamos justos y necesarios, del eclipse total del corazón, hermoso, delator, y de la banda sonora machacona guapa que percute y juega, lírica tamborrada) deambula pedestre pesada aparatosamente entre la tortura turra (con saña mala baba) de la homilía a toda hora (qué cojones hice yo para merecer esto, qué pecado cometí al haber nacido) y lo grandilocuente de la superproducción extenuada agonística, me muero porque no (nunca) acaba, dios, qué cruz, qué carga, un cuento cruel y terrible en el que se narra el espantoso proceso de (demolición-aplastamiento) sometimiento de un hombre libre (malo), más o menos, por las fuerzas (pavorosas, qué miedo) del bien, atroz, descojonación, tormento, una vez más el individuo (oveja descarriada) es domeñado y conducido por la mediocridad miedosa bovina del grupo o manda manada, la masa, la mosca, por tanto, no ha lugar al espíritu humano, el cual es sacrificado (arrasado) en el altar de las paparruchas, en aras de los cuentos chinos, los impostores, los caraduras, los sinvergüenzas y los estafadores, las supersticiones, las anestesias, los tranquilizantes, las supercherías, las mendacidades, las niñerías, las bellaquerías, el bromuro, los vendemotos, los vendeburras, los del crecepelo, los milagreros, esa purria, esa morralla, todo sea para el pueblo y sin el pueblo, hostia bendita maldita.
Y sí, ademas, para nada, más de veinte siglos después lo podemos (no se puede) decir alto y claro, a los cuatro vientos gritarlo, el reino de los cielos no vino ni ha llegado (ni está ni se le espera, paradero desconocido, se busca, en combate desparecido, recompensa) y si sí lo hizo, Dios mío, que nos coja confesados, desgracia, tragedia, los machos agarra.
O, quizás, (no) sea (más que) la historia de un pobre hombre, de un idiota con todas las letras, chanza, joda, de un perfecto (y absoluto) imbécil que no da una a derechas, todas fuera, ni la o con un canuto, de baba, tonto, siempre en el lado equivocado de la historia, una (mala) brogma, un chiste (sin gracia), ejemplo máximo de la estupidez y la estulticia, de la inopia y la vergüenza (de haberse conocido), de la amoralidad (también) mal entendida, que nada entiende ni comprende y siempre sigue las falsas pistas, que oye campanas y nunca sabe dónde, que acaba, erre que erre, como burro de carga, la caga, como mamporrero, haciendo el ridículo, su sino, sin tino, sin nada, a ciegas.
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Ferdydurke
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26 de diciembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película inspirada en una célebre novela del laureado escritor sueco Pär Lagerkvist. Desde ya adelanto la superioridad del relato escrito y que, seguramente, habrá incidido en la concesión del Premio Nobel para el autor. Quinn no siempre logra convencer, su actitud es reconcentrada y poco expresiva aunque, sobre las postrimerías del film se reivindica algo, cuando la cinta adquiere una dimensión más dramática y muestra un mayor relieve, porque durante su tramitación es algo taciturno, sin tanto brillo ni interés; es decir, una película algo dispar. Hay con todo momentos más memorables, con algunos diálogos atinados. El film comienza con la liberación del reo, sin apenas alusión a todo lo anterior y que, hubiera dado probablemente más atracción a su hechura. Algo más de 6.
elneon
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