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El Hobbit: La desolación de Smaug

Fantástico. Aventuras. Acción "El Hobbit: La Desolación de Smaug" continua la aventura de Bilbo Bolsón en su viaje con el mago Gandalf y trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble en una búsqueda épica para reclamar el reino enano de Erebor. En su camino toparán con multitud de peligros y harán frente al temible dragón Smaug. (FILMAFFINITY)
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Críticas 287
Críticas ordenadas por utilidad
13 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rebajado el Hype tras la primera entrega y visto el camino que iba a marcar Peter Jackson para la nueva trilogía (hipervitaminar e hinchar un libro que se podía resolver en una película y media) es lógico que su sucesora adolezca de los mismos problemas que venían dándose en la primera entrega. No en vano, no paraba de suceder en mi cabeza la idea, no de trilogía, si no más bien de serie. Estamos en el episodio 2, eso implica que no se tiene ni un principio, ni un final. Es simplemente, el punto de unión entre la primera entrega y la tercera. ¿Es algo obvio? ¡No! Es el concepto de “trilogía” de Peter Jackson con esta versión (y de mucha gente de Hollywood).

Si echamos la cabeza atrás, podremos ver el caso contrario que sucedía con ‘Las Dos Torres’ de la trilogía original. Todo acababa de algún modo cerrado en una épica batalla final que hacía las delicias de los más fans y que cerraba tramas que tendrían su consecuencia en la entrega final ‘El Retorno del Rey’. Al ser la más difícil de las tres siempre me ha parecido la mejor película de ‘El Señor de los Anillos’.

El caso de ‘La Desolación de Smaug’ es totalmente opuesto. Arrancamos la trama donde dejamos el final de la primera y dejamos todo en el aire para que nos mordamos las uñas con la llegada de la tercera. Menos mal que el camino recorrido merece la pena por conocer al dragón. Smaug, la verdadera parte importante de esta segunda aventura de los enanos.

Creo que ‘La Desolación de Smaug’, funciona realmente cuando se ciñe al libro de Tolkien. Hay tanta situación vitaminada y tanto relleno que me vuelve a venir a la cabeza la idea de que estamos ante una serie de televisión llevada al cine (pero con un 800% de presupuesto más). Me sobra Legolas, quiero más dragón.

Luego está la otra obsesión de Jackson. Los fans adorarán los numerosos guiños que ‘La Desolación de Smaug’ hace a la saga, pero Jackson quiere dejar todo tan sumamente atado con la trilogía original, que termina haciéndose pesado. Quiero decir que no me metas a Gandalf de relleno donde no debes.

No estoy, ni mucho menos, hablando de que sea una mala película. El viaje es épico, tiene momentos muy buenos y otros muy Tolkien que nos recuerdan a la trilogía original. Pero el resultado está lejos de sus predecesoras.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
Hickeystyle
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27 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La desolación de Smaug" es un espectáculo, no pueden caber dudas sobre ello. El señor Peter Jackson sabe muchísimo acerca de cómo reventar la taquilla, se encontró los magníficos textos de Tolkien e hizo una trilogía que, con sus defectos, pues todas las sagas los tienen, fue uno de los hitos del género. Además, Nueva Zelanda se ha mostrado como la tierra prometida para esta clase de rodajes, contando con un reparto que parece encantado de conocerse mutuamente.

Con una banda sonora a la altura de la primera entrega y la misma buena utilización de efectos especiales, esta segunda parte de la adaptación cinematográfica cuenta con las mismas virtudes y pecados que su predecesora. En este caso, si hay que meter un romance entre una elfa y un enano, se hace, todo sea por abarcar cuanto más público mejor. De igual forma, se sigue alargando y añadiendo paja al relato original, por más que "El hobbit" se pueda contar bien en un único film.

A favor, sin duda, que los amantes de la literatura fantástica van a disfrutar muchísimo. Da igual que los elfos tengan una puntería infalible que luce aún más por la patológica ceguera de unos orcos incapaces de ver dos en un burro, peajes que se perdonan por unos despliegues increíbles y actores en estado de gracia, siendo un gran fichaje el de Bardo de Archer, cuy o alter ego en la gran pantalla llena incluso más que el personaje original.

Tan bien es sobresaliente la recreación de Smaug y su sibilina presencia, digna de toda mención y elogio. La futura batalla de los cinco ejércitos nos promete más de lo mismo, para lo bueno y para lo malo.

Jackson promete despedirse de la saga... ¿para cuándo una trilogía de Tom Bombadil?
El Libanés
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29 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento de la segunda del Hobbit lo retoma donde lo había dejado la anterior: con el grupo de enanos y el hobbit siguiendo su viaje hacia la montaña solitaria para conseguir la gema del rey (creo que se llamaba así) y con ella unir a los clanes para reclamar el antiguo reino.

Como no podía ser de otra forma tendremos que los enanos vivirán unas cuantas aventuras antes de llegar a la montaña (pasando por un reino de elfos o a través de la ciudad del lago) en las que conocerán a algunos personajes que aparecerán en la última y nos darán unas cuantas escenas de acción (a cada cual más inverosímil).

Por otro lado tenemos a Gandalf, que en una trama paralela va a descubrir quién es el misterioso nigromante que se está alzando.

Creo que como película de acción y aventuras con toques fantásticos funciona hasta mejor que la primera, pero como adaptación del cuento de Tokien se aparta en varios momentos para mostrar un espectáculo visual que en ocasiones es excesivo (la escena de los barriles o la de la estatua de oro hacia el final).

Si se le consiguen perdonar las licencias (la relación elfa/enano a la cabeza) nos puede quedar una película con unos cuantos altibajos pero que sabe mantener el ritmo bastante bien y volver a transportarnos a la Tierra Media, cuenta además con una escena fantástica (el rato Bilbo/Smaug) que redime cualquier metedura de pata previa.

En cuanto a la banda sonora y los efectos visuales están ambas a un gran nivel, teniendo los segundos algunos momentos algo rarunos (la ya mencionada de oro) que quedan como artificiales, pero en general muy vistoso todo.

Los actores están correctos sin más, destacando (de nuevo) Thorin y Bilbo y siendo comparsas el resto (aunque con un poco más de protagonismo). Mencionar como curiosidad en éste apartado el cambio a carapan de Legolas, con la cantidad de efecto digital de la peli ya podrían haberle retocado un poquito.

Resumiendo, tenemos una buena película fantástica que peca de efectista en varios momentos pero que sale airosa gracias al buen hacer de los implicados, y eso que ni acaba ni nada XD, siendo un más que digno producto ambientado en la Tierra Media.

Personalmente sigo pensando que el Hobbit no daba para tres películas, así que es normal que me parezca que hay elementos que sobran, escenas alargadas o un exceso de acción y efectos especiales; pero una vez hecha la decisión no se me ocurre una forma mejor de adaptar la obra de Tolkien (a la que creo que supera).
Darlantan
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19 de enero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi me había resignado a la idea de que en “El Hobbit: la desolación de Smaug” me iba a volver a encontrar al orco albino, y que iban a justificar su aparición por el tema del nigromante (qué se le va a hacer, yo también me quedé con la idea de que el nigromante era Sauron cuando leía “El Hobbit“, así que tampoco está mal que le den respuesta); pero para lo que no estaba preparada era para ese despliegue de fantasía (de la mala, de esa que incluye mamarrachadas) absurda y metida con calzador.

Jackson vuelve a caer en lo que le achacamos los fans la última vez y que comenté en la otra ocasión…y se ve que le ha dado igual. Tenía que dar a esta película el tono turbio, oscuro y épico de El Señor de los Anillos y no hay más que hablar. ¡Y no sólo eso! sino que ha decidido que ¿para qué innovar si lo otro resultó bien? vamos a copiar aquellas cosas que funcionaron a la perfección en ESDLA y a correr. Así, nos encontramos una historia de amor absurda (y ficticia) entre una elfa y un enano, copia de la de Arwen y Aragorn; una herida de un extraño de otra raza curada por una elfo, imitando a cuando Arwen cura a Frodo, que ya de por sí es un timo; y por supuesto, la escena de Gandalf en el puente. Sólo le faltó gritar ¡NO PUEDES PASAR!

Jackson está riéndose porque sabe que pagaré por ver la tercera parte. Y mientras, se quedará muy satisfecho pensando que nos ha complacido la lluvia dorada del dragón o la inclusión de esos filtros de luz cuando el enano ve a la elfa; por no hablar de los mediocres efectos especiales (¡por Dios, que el oro se ve renderizado!)…estoy pensando que no quiero ni hablar de la paja y relleno que se ve en todas y cada una de las escenas.

[...]

Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
Damarela
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13 de febrero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La desolación de Smaug es la segunda entrega de la trilogía El hobbit. Tras una introducción más deslumbrante que interesante con Un viaje inesperado, aquí empieza ya la mandanga.

Peter Jackson dirige y, en esta ocasión, no se conforma con el descomunal despliegue de medios en la película. El trabajo digital es espectacular y se podría basar el entretenimiento en él, pero Jackson hace estallar la historia con un recorrido mucho más dinámico, vivo y cargado de momentazos que en la primera entrega. Puede que la narración, en ciertos momentos, resulte un tanto farragosa y que los saltos entre personajes descoloquen en según qué momentos, pero lo cierto es que la aventura de La desolación de Smaug es trepidante y su nivel de fantasía alcanza niveles sorprendentes. Los enormes espacios, tanto los abiertos como los cerrados, vuelven a ser una de las bazas visuales mejor explotadas y Jackson sabe cómo mover a los personajes por ellos, haciéndolos reconocibles. Otra de las grandes bazas de esta segunda entrega es su capacidad para contar varias historias en una con calidad. Aunque es cierto que hay momentos en los que la entrada de una historia rompe de manera demasiado brusca con la anterior, también lo es que todas ellas tienen su interés y que el paralelismo lineal que siguen hace que el mal no sea tan grande.

Martin Freeman sigue con el buen hacer que mostró en la primera película para convertirse, definitivamente, en un hobbit de lo más simpático. Richard Armitage cobra especial relevancia y su potente interpretación queda limitada, quizás, por un personaje al que le falta un poquitín de carisma añadido. Ian McKellen sigue enfundándose con acierto las barbas del mago gris. Luke Evans, actor que hasta el momento me había presentado más oscuros que claros, hace un trabajo de lo más acertado en un papel que tiene una gran importancia. Evangeline Lilly y Orlando Bloom, flechas en ristre, están a un nivel superlativo que hace que sus personajes enamoren. Aidan Turner goza también de especial relevancia y sale airoso de tal cometido con una interpretación muy buena, sirviendo a su personaje para que este crezca.

Resumiendo: La desolación de Smaug es igual o mejor que Un viaje inesperado en el apartado visual y sonoro, y supera a aquella de forma notable en desarrollo, historia y factura. Un gran paso adelante de Peter Jackson que, tras la presentación, nos aporta un nudo rotundo con mucha maraña.
Grijander
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