Jungle Fever (Fiebre salvaje)

Se piensa que las sociedades democráticas se guían por unos códigos de leyes escritas, aprobadas por el poder legislativo elegido por todos. Que basta con respetar esas leyes para ser a su vez considerado y respetado. Pero no es así, existen además, en todo grupo social, una considerable cantidad de leyes no escritas que condicionan enormemente al individuo.
Mientras que las leyes escritas se parecen en todos países democráticos, las no escritas son enormemente diferentes y con frecuencia contrapuestas en los diferentes grupos que coexisten en una misma sociedad. Normalmente a estas se las denomina costumbres y se piensa que son voluntarias y que no obligan a nadie.
Lo grave de estas “costumbres” es que son consecuencia de ideas y creencias muchas veces absurdas o al menos inexactas, pero que se aceptan dentro de cada grupo social sin que nadie las cuestione, pasan de un individuo a otro por empatía, y simplemente el que no las respeta es marginado o expulsado del grupo.
Lo que hace grande a Spike Lee es que es capaz de ver, plasmar y denunciar en sus películas, sin tomar partido, lo irracional y pernicioso de esas leyes no escritas presentes en los diferentes grupos sociales de su país (en especial blancos y negros) y que acaban enfrentándoles entre ellos. Eso lo lleva a cabo sobre todo en aquellas películas en las que es también guionista como por ejemplo en “haz lo que debas”. Aquí en “fiebre salvaje” nos muestra algo mucho más terrible todavía: lo que les ocurre a aquellos que al querer pensar por sí mismos no se atienen a las leyes no escritas de ningún grupo y por lo tanto son rechazado por todos. Esto lo hace con mucha inteligencia y humor para tratar de hacer reflexionar al espectador.
Si Spike Lee viviera en otro lugar del planeta podría seguir haciendo la misma denuncia pues casi todos los grupos sociales tienen la misma ceguera y cometen en mayor o menor medida las mismas injusticias al comparar los suyos frente a los demás.

Sinceramente creo que este director está tremendamente sobrevalorado y que vive a costa de su película más conocida que es Malcom X( aunque esta es anteiror en España se conoció a raíz del exito de Malcom X)

Se dedica a retratar el mundo de los afroamericanos pero, desde mi humilde punto de vista, no me creo ni por un momento ninguna de sus historias.

En el caso de esta película en partícular el guión es malo y simple, cae en tópicos manidos mil y un millón de veces, no sorprende ni por un momento y no resulta transgresora.

Los actores son pésimos, Wesley Snipes está sobreactuado y , sinceramente, no me lo creo interpretando su papel.

Annabella Sciorra y John Turturro son pasables pero su interpretación tampoco es para tirar cohetes, pueden hacerlo mucho muchísmo mejor , al menos John Turturro si puede...

En resumen, si no quieres perder el tiempo no la veas

Tengo que decirlo: siento una debilidad por el cine de Spike Lee. Después de haberme maravillado por la perfección de "Plan Oculto", rendirme ante la valentía de "La última noche", quedarme acongajado ante dos films como "Nadie está a salvo de Sam" y "Camellos"... me dispuse a investigar en FA su filmografía.
De esta manera me topé con la película que aquí nos ocupa. La comencé a ver con muchas ganas, pero a cada segundo que avanzaba, la película me iba trasladando hacia la realidad: sí, es un truño. Yo me negaba a afrontarlo diciendo: "Ten paciencia, que seguro que el Spike te está preparando para algo...". Pero no. Me equivocaba.

CAUSAS DEL FRACASO: Wesley Snipes, abusas de la música Spike (demasiado alta, da dolor de cabeza), se ven demasiado los discursos que sueltas (demasiado documental, en otras pelis te has esmerado y los has ligado a la película (era tu punto fuerte)), Debi Mazar es casi más blanca que Annabella Sciorra...

DIAGNÓSTICO: aprovechar más al personaje de Turturro y Quinn (puntazos sus escenas juntos), realizar una peli del personaje de Samuel, hacer más escenas como cuando va a buscar el Wesley al Samuel al Palacio del crack...

Spike Lee factura aquí una película interesante. Un drama, desde luego. Aunque los premios fueron para Samuel L. Jackson, prefiero los trabajos de Wesley Snipes y Annabella Sciorra, que no dejan de ser los verdaderos protagonistas.

El racismo solo sabe dormir en una cama de su color, en otras se encuentra agitado, con palpitaciones y sudores, no puede conciliar el sueño.

Los prejuicios literalmente son “juicios previos”, consiste en dar un valor, normalmente nulo a alguien sin siquiera conocerle ni dejar que se exprese, los blancos, los negros, los amarillos, los indios, los esquimales y cualquier otra raza de la faz de la tierra tienen una cosa distinta … el color de la piel, pero muchas iguales, la alegría, el miedo, el ingenio, la risa … y desde luego todos sufren ante la misma agresión y sangran contra el mismo cuchillo.

Spike Lee conoce bien este tema y por eso no dudó en “tirarse al charco” escribiendo el guion, produciendo, dirigiendo esa película e incluso interpretando un pequeño papel, cosa por otro lado habitual en sus producciones.

Las grandes ciudades americanas, crisol de culturas han sido siempre el caldo de cultivo perfecto para confrontar razas acostumbradas a moverse solo en sus guetos, buena interpretación de Wesley Snipes que da un valor añadido al film.