La fuerza del cariño

Comedia melodramática encantadora, cálida, agradable, tierna y realmente conmovedora. Un profundo melodrama familiar que trata sobre la dura relación entre una madre y su hija. Sobre las relaciones matrimoniales y sus inevitables dificultades personales; la infidelidad, la responsabilidad, la madurez. Que no hubiera sido lo mismo sin un actor imprescindible en un reparto magnífico, con unas excelentes interpretaciones. Estoy hablando, como no, de un inmenso, soberbio Jack Nicholson.

Nada más empezar, la historia fluye con total naturalidad y verosimilitud. Pero es aparecer el personaje de Garrett y toda la pantalla se impregna de un carisma tan especial como reconfortante y placentero. Es más. Sinceramente pienso que el personaje de Garrett necesitaba mayor protagonismo en ésta historia. Porque gracias a unos guiones deslumbrantes de James L. Brooks, Jack Nicholson ha conseguido dos de sus tres Óscar totales. El otro lo consiguió como mejor actor por "Mejor... imposible", una fantástica comedia con una actuación irrepetible e irresistible de Nicholson y una extraordinaria Helen Hunt.

Sin duda es un melodrama que toca la fibra sensible del espectador; te hará reír y llorar, pero en muchos aspectos es un melodrama infravalorado. Tomo como ejemplo una enfermedad que aparece cuando menos te los esperas, o sí. Un recurso fácil y eficaz, muy reiterado, que suena a tópico. Lo que más me gusta es su cautivadora, maravillosa e inolvidable banda sonora compuesta por Michael Gore.

Hacía años que algún amigo que otro me recomedaba esta película, pero me resistía a verla... ¡ no se porque ! pero no me apetecía verla.

Pues ayer noche me decidí a verla y de esa manera contrarrestar las alabanzas o las críticas hacia ella.
Lo primero que me vino a la cabeza cuando acabó fue...sí, es una buena película...¡ pero no es para tanto ! ¿ fue la mejor película de 1983 ?
¡ No me lo puedo creer !
Y me dediqué a investigar las nominaciones de ese año...es para mear y no echar gota...patéticas total.
Según las vas leyendo, te da la impresión de que fue un año flojísimo en películas y actuaciones de calidad.
¿ De quién fue la idea de dar un oscar a Jack Nicholson por este papel ?
¡ Qué locura ! Es que cada vez que veamos a este tío por las pantallas haciendo el loco, ¿ debemos interpretarlo como una gran actuación ?
¡ Realmente lamentable !
Y una nominación al mismo oscar a John Lithgow...¡ pero vamos ! ¿ qué se habían fumado esta gente ? ¿ habéis visto el papel que hace ? ¡ Si eso merece un oscar, que baje Dios y lo vea !
La gran actuación de este film es para la gran Shirley MacLaine, merecidísimo su oscar por la interpretación de una madre superprotectora, inmensa la primera escena en que se levanta y despierta al bebé porque según ella no la escucha respirar. ( ver spoiler 1 ).
Debra Winger está en su línea interpretando a esa hija provocadora, alocada y fumadora de maría, que disfruta llevándole la contraria a su madre y cerrándose puertas para un futuro mejor.
Mientras por otro lado ella no lleva una vida para tirar voladores, con unos pretendientes con más moral que el Alcoyano. ( ver spoiler 2 ).

Es muy entretenida pero se queda en un querer y no poder, no sabes si llamarla comedia o drama. Las cuestiones morales son superfluas, se trata el tema del adulterio de forma muy " light ", como el que se compra a un perro...total es lo más normal en el mundo pensaría James L. Brooks, ¿ o quién no ha puesto alguna vez los cuernos a su pareja ? ¡ Patético capítulo 2 !

Sabemos que nuestros padres lo darían todo por nosotros, pero aquí vemos su lado más obsesivo, ¿ realmente es preocupación o es la resignación de obtener lo que ellos no lograron ?
¡ Qué pena que se trata por encima este interesante asunto!

En el spoiler resalto las muchas escenas que me gustaron.

"La fuerza del cariño" refleja, básicamente, la relación de una madre y una hija. Una relación algo tormentosa, con sus momentos buenos y malos. Aurora es una madre protectora, que ha velado por su hija desde siempre, desde que era un bebé (inolvidable secuencia inicial). Eso le ha obligado a poner límites en la libertad de su hija, Emma. En su adolescencia, Emma decide romper esos límites y se descontrola un poco. No obedece a su madre y se guía, simplemente, por sus instintos y ambiciones, y no deja que la voz de la experiencia influya en sus decisiones.
Debido a este motivo, su relación es irregular. Nunca pierden el contacto, pero viven temporadas mejores y peores.

Fue la gran triunfadora de los Oscar de 1983, consiguiendo 5 premios (Pel·lícula, dirección, actriz para MacLaine, guión adaptado y actor secundario para Nicholson), y, la verdad, tampoco estaban tan inmerecidos.

El guión es simple pero efectivo. La historia está bien contada y los personajes bien escritos.
Entretiene y te llega a emocionar en bastantes ocasiones.

La interpretación de Shirley MacLaine es impresionante. Su actuación es muy natural y llegas a sentir empatía en ella. Merecidísimo Oscar el suyo, además, que se lo debían.
Debra Winger no se queda atrás. Una interpretación tan grande como la de MacLaine. Sus escenas finales son sobrecogedoras. Lástima que no pudieran tener un ex-aqueo en los Oscar.
Jack Nicholson, interpretando a un personaje que sólo puede hacer él, como siempre, fantástico. Otro merecido Oscar.
Mención especial también la breve pero buena interpretación de John Lithgow. Remarcable.
Jeff Daniels y Lisa Hart Carroll (la amiga de Emma) también están bastante correctos.
Los demás, a parte de los niños, no sobresale ninguno, aunque no son malas sus actuaciones.

Técnicamente, es una película simple, bien hecha y sin ningún aspecto a destacar, a excepción de su conmovedora banda sonora.

Muchos la tacharán de cursi, pero ciertamente, lo que cuenta es verdad.
Las relaciones madres e hijos no son fáciles. A medida que pasa el tiempo, aparece nuevas formas de pensar y de actuar en la figura del hijo. Eso puede causar ciertos problemas de convivencia, como los que se muestran en la película, que hasta pueden llegar a límites extremos. Pero en el fondo, pase lo que pase, todos querrémos siempre a nuestras madres que, desde antes de que nacieramos, ya habían sufrido por nosotros.

Una bella combinación de humor y emoción, en la que seguimos la vida de dos mujeres, madre e hija, que demuestran que tienen muchas diferencias pero que en el fondo se quieren. Aurora, la madre, es una mujer testaruda y complicada, sobreprotege a su hija Emma desde muy niña, a la que ha tenido que criar prácticamente sola debido a la muerte de su marido. Emma, al contrario que su madre, es una persona más pragmática y decidida. Ambas son mujeres de difícil carácter, las dos tienen un objetivo muy claro en la vida: ser felices a su manera. No es precisamente el colmo de la originalidad, o algo así pensaríamos si leyésemos esta breve sinopsis antes de ver la película, pero lo cierto es que “La fuerza del cariño” pese a no ser una película con una historia ciertamente original, sí que tiene algo que la diferencia de otros melodramas de corte parecido: la naturalidad y la veracidad con la que está hecha.

Un drama familiar que ha sabido calar muy hondo dentro de los corazones de millones de espectadores en todo el mundo a lo largo de sus 40 años de vida. No estamos ante una película legendaria, ni siquiera es una de las ganadoras del Oscar más brillantes de toda la historia, pero lo cierto es que “La fuerza del cariño” sabe tocar la fibra sensible del espectador como muy pocas lo han hecho, va directa al lagrimal de manera muy inteligente y no demasiado forzada.

El film en ningún momento resulta convencional o predecible y la interpretación de los tres protagonistas es sublime. Es una historia sencilla, de ritmo tranquilo, dirigida con mucha inteligencia, la verdad es que existen otras películas de esa época con una calidad similar, pero lo que no tenían esas películas era a Shirley MacLaine y a Jack Nicholson, sin ellos, esta historia no hubiera sido lo mismo. Y lo curioso es que casi es así. En un principio el personaje de Garret estaba pensado para Burt Reynolds, pero no pudo hacerlo porque tenía otro rodaje. El papel fue a parar entonces en James Garner pero sus discrepancias con el director le hicieron abandonar. Jack Nicholson fue la tercera opción. Algo parecido pasó con el personaje femenino, ya que la idea original era que Sissy Spacek interpretará a Aurora. Shirley no luce tan radiante como en “El Apartamento” o “Irma la dulce”, pero a cambio nos enseña la soledad de una viuda, el sufrimiento de una madre, el carácter de una suegra y la devoción de una abuela, una interpretación de raza y veteranía. Pasemos ahora al gran Jack, al principio le vemos de nuevo en el papel de loco que tan bien le queda, posteriormente, evoluciona al de hombre independiente y que rechaza el compromiso, y termina… termina a lo grande. Por último mencionar a Debra Winger que nos ofrece una interpretación con chispa y rebeldía, justo lo que precisaba su personaje.

Cierto que la cosecha cinematográfica del 83 no fue muy brillante y que La fuerza del cariño lo tuvo fácil para alzarse con el galardón de mejor película, pero eso no es óbice para menospreciarla. El film fue un triunfo de crítica y público y ha envejecido dignamente. Esto se debe a un gran guión con una historia que incluye drama y comedia a partes iguales y unas excelentes actuaciones de su trío protagonista. Los secundarios son de lujo y John Lithgow y Jeff Daniels sobresalen por encima del resto. La nota cómica la aporta un genial Jack Nicholson que encarna a un astronauta retirado mujeriego y vividor alérgico a los compromisos. Los personajes son sólidos y complejos en especial una maravillosa Shirley MacLaine que interpreta a una madre posesiva y repelente incapaz de mantener relaciones con ningún hombre debido a su carácter impertinente. Debra Winger es su estoica hija casada con un profesor universitario y mujeriego con el que tiene tres hijos.

La película aborda las relaciones matrimoniales desde diferentes puntos de vista. Crisis de pareja, infidelidades, suegras coñazo, etcétera. Todo ello en un conjunto muy logrado y emotivo que te hace llorar y reír dejándote la sensación de haber visto una gran película.