Redbad: La invasión de los francos

Primera recomendación: Ver en dos partes. Al ser tan larga la película y abusa en exceso de la cámara lenta, es mejor el visionado en dos partes, como a la antigua ausanza en los cines, donde te cortaban la peli para que fueses a comprar palomitas. Pues aquí lo mismo. La disfrutarás más.

Segunda recomendación: Disfruta de su fotografía y de la ambientación.


Tiene fallos claros y escenas absurdas pero se pueden pasar por alto.

Me gustan las historias donde desconozco la temática y están ambientadas en la edad Vikinga y la Edad Media.

Recomendable para los que les gusten este tipo de películas.
No todo puede ser tan bueno como Juego de Tronos.

De 4,5 sobre 10 o por ahí, tiene algo de presupuesto pero no el suficiente para una película de este tipo, el guión es de lo más trillado y previsible y está plagada de fallos y incongruencias a conveniencia del director, en mi opinión muy mal dirigida, aunque no soy ningun experto en cine;

por ejemplo...si se ponen a hablar con un herido en plena batalla, los malos pararán y respetarán el momento sin disparar ninguna flecha ni atacar de ninguna manera, eso pasa muchísimas veces y parece casi una tomadura de pelo, da la impresión que estás viendo una obra de teatro,

también es demasiado larga, no hay gags de humor, los actores de reparto general parecen malos, es muy lineal, apenas hay giro argumental...o es casi de risa,...se puede ver perfectamente, pero está a años luz de cualquier película decente de este género.

La leyenda de Redbad es una gran producción holandesa. Costó 8 millones de euros, que para una película europea no británica es una barbaridad, y la verdad es que lucen en pantalla de forma magnífica (una producción así hecha en Hollywood hubiera costado por lo menos 100). El trabajo técnico es muy bueno, especialmente a la hora de recrear los vestuarios, los decorados y las múltiples armas que aparecen en las escenas de lucha. Además, tiene esa fotografía oscura y un tanto azulada que quiere rrcordar, y lo consigue, no tanto a Juego de Tronos (¿es que ya cualquier producción de aspecto medieval y luchas y espadas tiene que querer emular a la famosa serie?) sino a Vikingos, a quien la unen muchas cosas.
El problema de La leyenda de Redbad es que seguramente le hubiera ido mejor si hubiera sido una miniserie de tres capítulos. La película, en formato largometraje, es excesivamente larga y falta de ritmo, y los personajes ni siquiera interesan demasiado. Le falta magia, le falta emoción, le falta conectar más con el espectador, y sobre todo le sobran muchos minutos y le sobra aburrimiento en muchos momentos.
Una lástima.

Es un buen film que no pierde interés a pesar de su duración. No tiene un ritmo demasiado uniforme y hubiera dado para una miniserie decente de tres capítulos, extendiendo determinados momentos algo apresurados, sin perder la agilidad de otros realmente intensos.

Los diálogos tienen también alguna buena escena, como la conversación entre Carlos y Redbad cuando está cautivo. El guión es pasable, aunque en esas ocasiones apresuradas pierde credibilidad eso sí.

Los cristianos son malos, malos, pero bueno, nada que no demuestre la Historia, En definitiva, la gente de pensamiento libre lo sigue siendo incluso entre la opresión.

La película tiene un inútil intento de mantener las diferentes secuencias en un clímax alto todo el tiempo, y es donde se estrella estrepitósamente ya que la trama no corre a una velocidad natural. Las escenas corren sin gloria -en contra de lo buscado por el director- por estar todas sobrecargadas de música épica -tampoco conseguida- y cámara lenta, incluso cuando no viene a cuento, lo que evidencia aún más que no existe en toda la cinta ni un solo diálogo profundo donde la música pase a segundo plano.
Cierto es que la BSO en este tipo de películas son muy importantes, pero los cambios de clímax son los que dejan las sensaciones que luego uno recuerda, y lo lineal es fracaso porque aquí no hay cambio de emociones, de ahí el título de esta crítica ya que, ésta, no será una película que recuerde.