Mano de hierro (Miniserie de TV)

Reconozco que es la primera vez que me pasa, seguir viendo una serie infame porque no me creo que pueda ser tan mala. Y eso que no empieza mal: Eduard Fernández es creíble como capo del puerto, y el primer capítulo es pasable.

Pero a partir de ahí viene el naufragio, causado por una pésima documentación, que obliga a plantearse si Netflix hace un mínimo control de calidad de las series que produce. Se producen unos fallos tan groseros que parece que el guionista nos toma directamente por imbéciles. Muchos de los fallos ya han sido señalados en anteriores críticas, pero es que hay un montón. Sigo en spoiler con los más patéticos

Como están de moda las serie de narcotráfico y malos muy malos, éstas se reproducen en el panorama patrio en ese ansia y falta de imaginación que tenemos copiando todo lo de USA. Empezó el tema importando Narcos y luego vino Fariña (siendo muy buena) y recientemente El Inmortal (que también está bastante bien) y nos quedaba esta del puerto de Barcelona haciendo un guiño a la maravillosa, espléndida y mágica segunda temporada de The Wire. Centrándome en esta nueva vuelta de tuerca del narcotráfico en España, nos quedamos con los astilleros de Barcelona y un Eduard Fernández que lleva solito la trama, que se come la pantalla y todo al que tenga por delante porque a diferencia del hijo de Ricardo Darín o el de la CasadePapel es actor y no una especie de guaperas enchufado. En eso peca esta serie, en colocar jóvenes de apenas 30 años de inspectores de aduanas (ni de coña) o jóvenes de la misma edad de Tenientes (nadie se lo cree tampoco) y cuando ya cuelas cosas imposibles, la serie pierde credibilidad e interés y dejas de creerte el resto de la trama (no comento el asalto de risa al buque porque ya lo han comentado otros foreros) Pese a todo es una serie aceptable para pasar el rato y entretenerte, se agradece la inversión en medios aunque un poco de fidelidad a la vida real y elegir un buen casting con actores jóvenes que sepan actuar no debe ser tan complicado pero ya sabemos que nos puede esperar de las series españolas.

Una serie de ocho capítulos con varias cosas interesantes, algunas actuaciones sensacionales y muchísimo relleno de esos que no te llevan a ninguna parte y, además, lo sabes.

Sigo en el spoiler

¿Otra serie sobre traficantes de droga y familias manejando el cotarro? Bueno es algo asi, efectivamente. Pero en lugar de transcurrir en Galicia la acción se traslada al puerto de Barcelona, con lo cual ya tenemos otras localizaciones. Espera, tampoco sale el gran Luis Zahera, que últimamente me lo encuentro hasta en la sopa. Pero es que esto ya lo hemos visto otras veces dirá alguien, como si no hubieras visto cincuenta mil veces otro tipo de cine. Claro que lo que a uno le parece entretenido y bien hecho a otro le parece lo contrario, para gustos los colores.

La historia gira en torno a los hermanos Manchado y sus negocios, un correcto Eduard Fernández, que siempre es un placer verle, y un sorprendente Sergi Lopez, a los que hay que añadir gente como Chino Darin, Natalia de Molina o Enric Auquer, en un papel que parece hecho a su medida. A ver, la serie es trepidante, tiene intriga, acción, tiros, palizas y sangre a punta pala. Aparecen narcotraficantes italianos y güeis mexicanos, marroquíes o africanos con muy mala leche, lo mejor de cada casa, y por supuesto los de aquí que ahora que pienso casi todos los que salen son chungos (los honrados tienen poco interés y escasa audiencia) todo adornado con corruptos, ludópatas, prostitutas, santeros y más cosas que seguro se me olvidan. Para entender mejor lo que nos cuentan se van insertando flashbacks, unos más conseguidos que otros, pero indispensables para la trama. Aburrir no te vas a aburrir, ya te lo digo.

En mi opinión una historia bien contada y dirigida, con episodios bien estructurados y con todos los actores rayando a gran nivel. Otra cosa, la serie mola porque los personajes molan. Es un detalle, pero algo tan simple como puede parecer el carácter de los personajes puede convertir una serie en un pestiño. Yo aqui empatizo hasta con los malos, qué quieres que te diga. Por cierto, el cabronazo que hace de Miki lo hace muy bien, a mi que me perdonen.

*Plata o plata

Desde la primera secuencia de los 8 episodios (1h aproximadamente) de Mano de hierro, uno nota que es un producto ambicioso: buena fotografía, que captura la inmensidad del puerto de Barcelona, localizaciones reales, miles de extras y, sobre todo, un cast 'all star' de caras con tirón mediático y, además, cosa que no siempre ocurre, de contrastado talento: Eduard Fernández, Sergi López, Enric Auquer, Natalia de Molina, incluso Ana Torrent y Cosimo Fusco, con pequeños papeles, se dejan ver por el metraje, elevando la categoría del mismo, simplemente, con poner cara a sus protagonistas.

Esta ambición se nota especialmente en las secuencias de acción, que no escasean, y que están rodadas de una forma muy sólida, con buen pulso. Este tanto hay que reconocérselo a Lluís Quílez, su creador y director, ya que es uno de los motivos (si no el que más) que convierte a Mano de hierro en un entretenimiento que cumple. Mención merece también el uso de la violencia, que pese a ser este un producto destinado al consumo masivo, no cae en la tentación de suavizarla para ser más accesible, y apuesta por un uso descarnado y crudo que va bien al tono de la serie.

*Una historia con agujeros de bala

Lo malo es que, por encima de todo lo dicho, hay algo que hace que no pueda disfrutar la serie ni entrar en ella: su guion. Son varios los problemas que Mano de hierro presenta a nivel de historia, algunos de ellos menores, como ser un batiburrillo de referencias y tramas ya vistos (al menos, he contado 'homenajes' muy evidentes a 'Celda 211', 'The Wire' y 'Succession'), tener subtramas de relleno que no van a ninguna parte, ser excesivamente previsible o no decidirse nunca en qué tipo de serie quiere ser, oscilando entre el policiaco clásico y el melodrama familiar, pese a que este segundo aspecto nunca le funcione y de lugar a los giros y tramas más culebronescos y sonrojantes.

Hay, eso sí, dos fallos que no le perdono: el primero son sus diálogos, que de principio a fin de Mano de hierro son excesivamente antinaturales y explicativos. Los personajes nunca parecen seres humanos, hablan de forma forzada y, en muchos casos, sus líneas son subrayados y dosis de información que se da directamente al espectador, sin dar una vuelta a cómo contar eso mismo de una forma más sutil. Esto afecta mucho a las interpretaciones, porque aunque haya 'monstruos' como Eduard Fernández, Sergi López, Enric Auquer, Natalia de Molina o (el que creo que, sorprendentemente, más natural parece) Salva Reina. Hay otros actores, como Jaime Lorente y, especialmente, Chino Darín, núcleo de la serie y al que la decisión de 'castellanizar' su acento le pesa como una losa, que no encuentran nunca al personaje, y una serie en la que no te crees a los personajes tiene difícil calar.

El otro es su conveniencia y su efectismo. Mano de hierro juega al suspense, a mantener la tensión y soltar el cliffhanger para mantener la atención del espectador. Esto no es per se un problema, siendo como es un entretenimiento puro, pero si lo es cuando resuelve gran parte de sus situaciones con casualidades, deus ex machina o giros sorprendentes que no se sostienen en absoluto. No son pocas las cosas que pasan 'porque sí', ni las revelaciones que, a poco que se piense en el resto de la serie, presenten incongruencias, y esto, sumado a su tendencia telenovelesca en algunos momentos, juega en contra de la imagen que, creo, quiere dar.

*Conclusión

Mano de hierro es una serie fácil de ver y seguir, que, en general, no aburre y con una factura técnica y un cast muy atractivos, pero también es una historia demasiado genérica, con unos personajes muy poco creíbles y algunas tramas y giros que harán que mucha gente arquee las cejas y no se lo tome demasiado en serio. Es una pena que el esfuerzo palpable en la producción y un plantel con los mejores actores y actrices del país no se vea correspondido por lo que nos está contando.

Escrito por Mano de hierro