La momia regresa

Bueno, pues nada nuevo respecto a la primera entrega, de hecho ambas entregas parten de supuestos idénticos, pero con los defectos ampliados: guión aun más flojo, historia aun más ridícula y lo que es peor, introducción de niño repelente. Pero bueno, tampoco es para cargar contra ella, porque aquí tan sólo se trataba de seguir explotando el rendimiento taquillero del concepto, objetivo esencial en esta clase de cine...

Entretenida película de aventuras, de estilo Indiana Jones (no las intento comparar, por supuesto, pues Indiana Jones es un clásico). Le pongo un 6 porque te hace pasar un buen rato, pero flojea en muchas cosas:

El argumento está cogido un poco por los pelos; aun así eso es lo de menos, pues nadie necesita un argumento perfecto para una película de aventuras.
El gran problema, para mi gusto, es el exceso de efectos especiales. No sólo un poco de exceso, sino extremadamente mucho. Hay escenas (véase, la del rey escorpión del final), en las que tenía la sensación de estar jugando a la play station.

Así que resumiendo, te hace pasar un buen rato, hoy en día se hechan en falta películas de aventuras como éstas, pero que nadie le pida demasiado a esta película, o quedará decepcionado.

-Buena película de aventuras con buenos toques de comedia y repleta de efectos especiales que en muchos casos, abruman. Sommers hace una película de las que nos tiene bien acostumbrados aunque esta vez no olvida los detalles de calidad y se preocupa por crear un producto de aventuras y de comedia familiar. Realmente entretenida.

Nuevos descubrimientos están por conocer, donde la aventura seguirá con la llegada de la momia de nuevo, donde nos traslada a Egipto al continente africano, donde las vidas pasadas regresan para recordar sus tiempos pasado y proteger al niño junto con el brazalete de "Osiris".

Si te la ves repantingado en el sofá, quizás te guste, te parezca simpática o relajante. Si te la ves de niño incluso te puede gustar más que la primera, porque sale un niño descarado y audaz y en cierto modo quizá eso sea de lo más rescatable de la película por esa dimensión entrañable. Si te la ves en la intimidad en una silla de escritorio, en un momento del día inapropiado y de adulto, le empiezas a ver todos sus defectos. De entre las películas malas, es verdad que esta es de las menos dolorosas, pero de adulto ves lo mala que es. Claro, yo me inicié en estas películas de niño y ofrecía realmente todo lo que un niño demanda. «No me saques del género de aventura ni del esquema de Jurassic Park, porque así estoy agustito», dice un niño de los años 2000. Entonces estas dos películas de niño me sorprendían, porque sentías el ambiente tenebroso del interior de las pirámides y tal, pero de adulto ves que es terrible.

Para empezar, los personajes guapos son los listos, valientes y buenos. Los feos son menos lúcidos, cobardicas y torpes, o bien están en el bando de los malos. Luego es una película que pertenece al género de fantasía, pero hasta siendo de fantasía no hay quien se la crea. Yo creo que estas películas triunfaron entre los adultos solo por los personajes guapos, como la chica, que es preciosa, sí. Pero hasta para ser una película pobre en guion y de acción, es muy aburrida y cansina si te la ves en un asiento no muy cómodo en lugar de en un sofá. ¿Y cómo es que de niño no me fijé en lo mal hecha que está la momia? Y luego hay una escena que recuerda a una de una película de Jurassic Park, si no varias, pero en concreto la de las momias canijas latinoamericanas entre las hierbas, que no sé si es porque es tan mala la película que no presté suficiente atención de cómo han pasado de un continente a otro aparentemente o porque... vete tú a saber.

Este pobre y miserable director tuvo la poca visión de después hacer una película terriblemente mala del personaje del Rey Escorpión, y para que de niño, por lo que recuerdo, me resultara mala esa película, que no la he visto de adulto ni la pienso ver, fíjate en lo mala que debe ser.

En definitiva, si fuiste un niño en los años 2000, quizá te pueda seguir gustando, pero a mí ya no.