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Agustina de Aragón

Drama Durante el asedio de las tropas francesas de Napoleón a la ciudad de Zaragoza, Agustina, joven prometida a punto de contraer matrimonio, se ve implicada en un asunto secreto del Estado. Encendida de patriotismo, decidida y valiente, se pone al frente de los aragoneses, a los que estimula y anima con su valor y su patriotismo. Agustina rompe con su prometido al enterarse de que se ha vendido a los franceses y se enamora de un bravo ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
12 de octubre de 2016
15 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como español sin complejos, me parece muy adecuado que el canal público de TVE haya proyectado la víspera de la fiesta nacional, día de la Hispanidad y fiesta del Pilar en Zaragoza, esta “Agustina de Aragón”. Épica y patriótica que, en mi humilde opinión, ensalza los valores que nos unen como españoles, ahora que la gangrena independentista se extiende, nutrida por analfabetos históricos funcionales, que califican a Colón de “tirano imperialista” profanando su monumento en Barcelona. Por unos golpistas que se auto proclaman demócratas mientras se saltan la legalidad convocando referéndums ilegales y manipulando la historia, mientras el gobierno timorato se mira el ombligo. Unos manipuladores emocionales que juegan con sus estúpidas ocurrencias y desafían las leyes que todos hemos aprobado mediante la Constitución. Unos tipos arrogantes que además de estar subvencionados por todos los españoles, les proporcionamos tontos útiles, los españoles acomplejados que denigran los símbolos de sus país para disculparse ante la altanería intimidatoria de un sector minoritario que tiene secuestrada la voluntad popular. Unos políticos mediocres que denostan nuestro pasado porque son incapaces de mejorar nuestro futuro.

Después de este obligado prefacio, voy con la película. Continuando en la línea que habían logrado los éxitos de “Locura de amor” y “Pequeñeces” con el liderazgo de la protagonista Aurora Bautista, la productora CIFESA junto al cineasta estrella de la casa Juan de Orduña se atreve con otra gran producción en la senda de las anteriores, muy afín al régimen político de entonces y del agrado del público en general. Una película amena, de pasiones encontradas y llena de aventuras que recrea la invasión napoleónica de Mayo de 1808, un episodio multitud de veces abordado pero no por ello menos atractivo. Un personaje escrito y creado a la medida de su estrella, una brillante actriz en el mejor momento de su carrera profesional plena de vitalidad y belleza. Además de los mejores secundarios del cine Español de entonces encabezados por un entrañable Manuel Luna, el tío de Agustina.

El levantamiento de todo un pueblo contra el tirano invasor, que con la escusa de atravesar la península camino de Portugal se aprovecho de la debilidad de un inepto rey felón. Una heroína encarnada en la humilde figura femenina como icono de la resistencia de la ciudad de Zaragoza, la diversidad de los distintas culturas de España se unen y fortifican contra la ignominia imperialista francesa. Un guión urdido entre Vicente Escribá y el propio cineasta que adaptan muy libremente la realidad histórica, cargándola de un idealismo romántico y hasta místico. Una superproducción condicionada, naturalmente por la censura, pero con detalles atrevidos y rupturistas para la época. Conducida con gran pulso narrativo que se hace hasta corta para sus dos horas de incidencias.

Ante las convulsas circunstancias, Agustina que es una maña con carácter, se erige en la conciencia de un pueblo herido y humillado por la prepotencia de la superioridad napoleónica, apoyando en una gran escena dramática ante la multitud desesperada al general Palafox (Fernando Rey). Resulta extraño que la industria del cine Español, no haya recurrido en más ocasiones a rescatar sucesos históricos de un país con más de 500 años de historia. Los americanos con muchísimos menos años han sabido recrear y ensalzar su cultura como nación dándola a conocer a todo el mundo y con pingües beneficios económicos para su industria cinematográfica, claro que ellos no tienen los complejos que arrastramos nosotros, ¡Qué pena…!
Antonio Morales
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5 de noviembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que sobre todo nos enseña una parte de nuestra historia que es necesario conocer, es muy valiente lo que hicieron y es lo que van a disfrutar de este film. No olvidemos que es de los años 50 y española, por lo que la factura técnica es la imaginable, pero les aseguro que sin tener en cuenta eso por lo demás está muy bien.
El desarrollo es menos espectacular en la primera mitad aunque no está falto de interés en ningún momento. Hasta poco más de la mediación no viene la mejor parte, con un ritmo y tensión que no se podía imaginar al principio y que me ha encantado. Estemos hablando de una buena película, bastante recomendable para mi gusto.
Saludos.
solraC
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23 de enero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así define el simpático Escudella, un irreconocible Fernando Sancho que hace de patriota catalán devoto de la Virgen de Montserrat, a los descendientes del Tambor del Bruch que luchan contra las tropas napoleónicas: el cólera para los invasores y la Sagrada Familia para sus paisanos.
Notable cinta que aborda uno de los hechos más destacados de la guerra de la Independencia, los dos Sitios de Zaragoza, siguiendo para ello a su famosa heroína Agustina Doménech Zaragoza (Bautista), catalana de Reus, por cierto.
Realizada en unos momentos muy críticos de aislamiento en el concierto internacional, el régimen de Franco trata de reforzar la moral interna llevando a la pantalla películas que cantan alguno de los muchos hechos brillantes de la historia de España. Algo que muy pocas veces hemos hecho en comparación con lo que sucede con otras muchas cinematografías.
Agustina, Zaragoza, la bravura y la nobleza aragonesa, la emoción de la jota, la independencia de los españoles ... el Pilar como "Templo nacional y Santuario de la raza". Tópicos, sí, pero que por serlo no dejan de tener también su razón de ser.
Independientemente de la trama novelesca, la obra es extraordinariamente fiel con los sucesos de los Sitios. Tiene una excelente asesoría histórica y militar, así como un sólido guion. Realización correcta como corresponde a un director veterano en estas lides como es Juan de Orduña, lo mismo que las interpretaciones con un elenco de primerísima fila (Bautista, Rey, Calvo, Luna, Bódalo, Asquerino, etc.)
Excelente banda sonora que incluye con discreción algunas jotas aragonesas así como la famosa pieza de "El Sitio de Zaragoza" obra del compositor decimonónico extremeño Cristobal Oudrid.
Merece destacarse el importante papel que juega la mujer en la cinta y en la historia de los Sitios. Agustina aparte, ahí está también la condesa de Bureta y tantas mujeres que se afanan primero en la atención a los heridos y luego empuñando las armas con el rango oficial de auténticos soldados.
Bilingüe a ratos, se debe resaltar el toque de modernidad que supone en aquellos años introducir algunas frases en auténtico catalán.
Digna asimismo la consideración hacia los franceses. Un ejército que ha conquistado Europa y que se burla de los españoles, "Piojos y soberbia". Y no les falta algo de razón.
Bellas imágenes de la misa de Infantes en el Pilar y excelentes escenas bélicas con cientos de combatientes a pie o a caballo, el efecto destructor de los constantes bombardeos, las cabalgadas persiguiendo los coches, las cargas de la infantería ... La gran cantidad de extras que aparecen y que solo podemos explicarnos si abrieron para ello las puertas de los cuarteles.
Independientemente de los sucesos de armas más significativos que dejamos en spoiler, los Sitios de Zaragoza constituyen una gesta que no es fácil de explicar del todo. Es evidente la influencia del clero sobre la mentalidad popular. Ahí están Santiago Sas o el escolapio P. Boggiero. También el sentimiento antifrancés o el amor a la libertad y la independencia de los españoles. Pero hay cosas que todavía no quedan claras, como la postura de los liberales y afrancesados aragoneses o las indecisiones del mismo Palafox que el culto a su figura ha ocultado sistemáticamente. Había que salvar el mito.
Escrupulosas también son las imágenes de los hospitales de campaña establecidos en los claustros de los conventos zaragozanos, cómo se afanan las mujeres preparando vendajes y el material sanitario, la labor de médicos y cirujanos. Los bombardeos que sufrieron los mismos hospitales ... Una ciudad arrasada y arruinada que fue pasto de las llamas y del hambre de sus habitantes. Algunos historiadores hablan de 53.873 muertos en esos meses, muchos de ellos víctimas del tifus exantemático (no de la peste como se dice en la cinta) que se extendió al final por la falta de higiene.
En resumen, una notable película histórica, inhabitualmente larga pero repleta de acción, con preciosas imágenes. Rigurosa en el tratamiento de los hechos. Una obra del mejor cine clásico español que recomendamos. Agustina de Aragón como "Símbolo de todos los héroes de España". Sin complejos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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19 de febrero de 2023
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los años 40 y 50 la productora española Cifesa viviría su época de mayor pujanza, no exenta de considerables vaivenes a consecuencia de las carencias materiales y de las decisiones del régimen sobre tal o cual producción o distribución. En todo caso, y gracias a la política de crédito sindical que se vivió durante esos años, Cifesa pudo llevar a efecto algunas superproducciones que, en teoría, le debían permitir competir con el omnipresente cine norteamericano. Dentro de esta política cabe ubicar a “Agustina de Aragón”, superproducción que iba a cuajar plenamente con el tipo de cine que quería el franquismo, especialmente en esos años de penuria.

Si bien los medios no permitieron realizar un film en color; era una superproducción a lo pobre, si se puede ver que hay una cierta holgura de medios en el empleo de extras en las escenas bélicas en campo abierto, en el cuidado del atrezzo, y en el concurso de actores y equipo cotizados en el panorama cinematográfico español.

Para la dirección del film se escogió a Juan de Orduña, quien ese mismo año dirigió, con mucho más acierto, “Pequeñeces”, probablemente su mejor película. Se trataba de un director ya experimentado, que había sido también actor, y que conocía bien el género definido como “españolada”. Asimismo, dentro del plantel propio de la productora se situaba ya la protagonista principal del film; Aurora Bautista, quién también había coincidido con Orduña en la citada “Pequeñeces”. La fotografía, corrió a cargo de otro habitual del cine español; el alemán Sigfrido Burmann, mientras que la música fue compuesto por el maestro Quintero, también usual en las bandas sonoras de muchos films de la época.

En todo caso, las dos características más significativas del film son, sin duda, las siguientes:

Por un lado, el papel de los actores, donde la sobreactuación es tal que la interpretación se ve hoy como algo ridículo. Es cierto que el papel principal era algo pintiparado para la vehemente y chillona Aurora Bautista, pero en los demás actores resulta demasiado forzado. Sin embargo, el esfuerzo de Cifesa obligó a muchos conocidos y brillantes actores a participar en la película, con papeles destacados, como Fernando rey, o incluso en actuaciones menores. En este último caso se encuentran Guillermo Marín o José Orjas, por citar solo algunos. Resulta curioso empero que, en semejante producción, no encajasen Alfredo Mayo, actor prototípico del franquismo, o el galán Rafael Durán, actores bajo contrato con dicha mercantil.

Por el otro, el guion, a cargo del inefable Vicente Escrivá, con un argumento que hubiese podido escribir el mismísimo Franco y que no tiene nada que envidiar a “Raza” en cuanto a patriotismo trasnochado, empeñado en convertir a la Virgen del Pilar en patrona de la hispanidad, y que tiene por objeto exaltar la españolidad de valencianos, catalanes y aragoneses. En esta ocasión se pretende además conjugar “episodios nacionales” con dramatismo y humor, experimento harto complejo y fallido que redunda también en la baja calidad del producto. Menos mal, y es de agradecer, que en la introducción los rótulos explicitan que la película no pretende ser veraz históricamente hablando, porque, verdaderamente, el guion no tiene reparos en manipular las figuras históricas y convertir a los catalanes Agustina Saragossa y su marido Joan Roca (militar profesional de clase tropa) en aragoneses, y, para mayor descaro, en casarlos al final. Por supuesto, no solo hay colofón matrimonial sino también medalla del nefasto Fernando VII, debidamente exaltado en el desarrollo del film.

El desarrollo argumental, desde el inicio, está cogido con pinzas, y así Agustina sale de Barcelona sin que se explique qué diablos hacía allí (resulta archisabido que nació dicha ciudad y de familia totalmente catalana, pero inventa, que algo queda). Se añade, como si de los ingredientes de una salsa se tratase, a típicos y graciosos catalanes, impagable Fernando Sancho como catalán, y aragoneses. De estos últimos, pocos con imitación de acento y menos aún uso de lengua aragonesa, cosa que si se hace de la catalana y de la valenciana, metida ésta con calzador al principio de la película por obra y gracia del valenciano Escrivà. Por supuesto, tampoco falta el traidor, prometido con Agustina y debidamente rechazado por ella, que se redime al final arrastrado por el ejemplo de la protagonista y del furor patriótico.

Como no podía ser de otro otro modo en una producción destinada a adular al régimen y por tanto, beneficiarse de un éxito seguro, el film recibió al año siguiente el premio del Círculo de Escritores Cinematográficos.

En definitiva, una producción que abusa de los tópicos, encima sin acierto, y que fuera de su contexto histórico muy peculiar, resulta hoy, cuando menos, kitsch en el mejor de los casos.
Diego Nasarre
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29 de marzo de 2022
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Agustina de Aragón, es casi un mito. Una mujer que tiene más coraje que cualquier español en defender su patria.

En la película, Agustina se iba a casar con un afrancesado, cosa que no es cierta, tampoco lo es que ella fuese como la pionera en todas las batallas que se muestran. Casi por casualidad hizo funcionar un cañón y de ahí su heroísmo y mito. En esta película agrandece la figura de Agustina, para tener una referencia patriotismo, ya que toda alusión a los franceses, siempre es malo, no hay nada a lo que aferrarse, ya que Francia es malo en todos los aspectos.

Por lo tanto, coger esta película como punto de referencia histórica, es un grave error. Eso sí, la super mega producción del año, está muy bien conseguida, dando un poco el toque, incluso, a "Lo que el viento se llevó".
edugrn
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