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Azor

Thriller. Drama Yvan De Wiel, un banquero privado de Ginebra, viaja a Argentina en plena dictadura para sustituir a su socio, objeto de los más inquietantes rumores, y desaparecido de la noche a la mañana. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
1 de septiembre de 2021
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Azor (2021), del director suizo Andreas Petersen, es una coproducción franco argentina filmada en Buenos Aires, en la que se recrea el viaje de un banquero suizo al país durante la última dictadura militar (1976-1983). De fotografía y factura extraordinaria se trata de un viaje hacia las tinieblas.

Por Nicolás Bianchi

La mirada de Azor es extranjera, pero no tanto, debido a la colaboración del director local Mariano Llinás con la escritura del guión. De todos modos se percibe una distancia, difícil de lograr en el cine argentino. Si bien es difícil de clasificar, el film tiene algún punto de contacto con La larga noche de Francisco Sanctis (2016), por utilizar el contexto de la dictadura para realizar una película de suspenso, en la que la construcción de un ambiente prima sobre otros factores. En cuanto a su estructura se puede asimilar a Apocalypse Now, la obra maestra de Francis Ford Coppola basada en El corazón de las tinieblas, la novela corta de Joseph Conrad. O sea, un largo viaje a través de un entramado cada vez más siniestro.

El banquero De Wilde (Fabrizio Rongione) llega a Buenos Aires junto a su mujer Inés (Stéphanie Cléau) en diciembre de 1980. Antes de llegar al hotel lo sorprende un control vehicular. “Deben estar buscando a alguien”, dice el chofer. Es la primera de una serie de marcas que tornan plúmbico al ambiente en el que se desarrolla el film. De Wilde viene a remplazar a su socio, Keys, quien “desapareció repentinamente”, algo que también pende sobre el protagonista como una posible amenaza.

Su misión es visitar a una cartera de clientes diversos, pertenecientes a la elite del país. Pero no todos son, por decirlo de alguna manera, ganadores en el presente. El banquero se cruza con quienes están prosperando y desean expandir sus negocios para escaparle a la inflación (el dólar supera los diez mil pesos según se puede leer en un diario), pero también con quienes sufrieron pérdidas, que no solo son materiales. La alusión a la guerrilla o los subversivos aparece como un giro retórico en un ambiente en el que todos saben que los grupos armados ya no son una amenaza. Los que están en el poder se encuentran realizando un ajuste, que tiene mucho de saqueo, dentro de la misma clase alta que sostiene a la cúpula militar.

De Wilde transita entonces por mansiones, exclusivos clubes, el hipódromo y otros escenarios lujosos en los que intenta atender las necesidades de sus clientes que Keys parece haber descuidado. Cada personaje que se cruza es un punto más siniestro que el anterior. La fotografía de la película es extraordinaria, tanto como la recuperación de la época, cuidada hasta el último detalle.

El único asterisco de la película puede estar dado por el rubro actoral. En un reparto integrado por actores mayormente desconocidos, no todos logran la suficiente credibilidad. De todos modos, el trabajo del protagonista es sólido, al igual que los secundarios Carmen Iriondo, que interpreta a una viuda adinerada, Juan Pablo Geretto, en el papel de un abogado despiadado, y Pablo Torre Nilsson, hijo del histórico director, como un sacerdote realmente monstruoso. Por la dinámica de la historia Azor necesita de muchos actores y no todos logran la intensidad que requiere el ambiente espeso en el que se desarrolla la acción.

Si bien no es del todo una película argentina, más bien lo contrario, se trata de una aproximación muy interesante a la oscuridad de la dictadura. Sin solemnidad, Azor utiliza una época como escenario. Su principal crítica quizás no sea contra ese momento puntual de la historia sino contra un sistema que se adapta a cualquier circunstancia, por más tenebrosa que sea, para que la rueda de los negocios siga girando.

Se estrenó en la última Berlinale y se puede conseguir online. Contacto: [email protected].
El Golo Cine
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6 de octubre de 2021
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Compleja situación política

Los últimos años de la década de los 70 y los primeros de los 80 fueron de oscuridad, de represión, con desapariciones consentidas por el Estado.

El golpe militar del general Jorge Rafael Videla sería el principio de numerosos abusos, sobre todo contra aquellos que tuvieran ideas políticas diferentes: sindicalistas, políticos, artistas, intelectuales, poetas...

Los militares no sólo hicieron desaparecer a gente, también robaron propiedades, casas, coches, etc.

En ese contexto de desconfianza se desarrolla la trama de Azor. La dificultad de encontrar inversores, clientes para el banco suizo que Yvan De Wiel, Fabrizio Rongione, representa, contribuye a conocer algunos de aquellos que tanto abusaron de su poder.

*Cinco capítulos

Este largometraje de suspense, Azor, está acertadamente dividido en cinco episodios. En cada uno de ellos se irán conociendo pistas sobre la desaparición del socio de Yvan.

No será tarea fácil averiguar el motivo de su precipitada huida. Las versiones sobre su forma de actuar se contradicen. La verdad y la falsedad irán estrechamente unidas. Él era en realidad quien ayudaba a enviar grandes cantidades de dinero al banco de Suiza.

Los clientes, siendo de lo más insigne y variopinto, le impulsarán a tener que actuar con suma cautela, para comprobar que, a pesar de las inquietantes opiniones, su socio era apreciado por todos.

*Un banquero detective

Para su creador y director, Andreas Fontana, ha sido toda una experiencia retratar aquella alta sociedad argentina. Aunque los personajes fueran ficticios, los escenarios donde se grabó Azor eran reales.

Llama la atención la forma en que describe a sus personajes. La forma de hablar, de fumar, de llamar al camarero...son detalles exquisitamente significativos.

No hubo necesidad de rodar en exteriores porque esa clase de gente vivían en una burbuja. Además, las negociaciones debían de ser un secreto, algo propio de un mundo privado. Todavía lo sigue siendo el papel de los bancos suizos en aquel proceso y en otros bastante turbios durante la Segunda Guerra Mundial.

*Azor

Esta palabra tiene varios significados. A medida que transcurre la película, aumenta la curiosidad por el título, ya que a aparece en varios mensajes crípticos escondidos en otros mensajes, pero que no aportan ninguna luz.

Azor es una rapaz diurna, parecida a un halcón, antaño muy usada en cetrería. ¿Acaso el banquero en cuestión se verá obligado a actuar de manera tan precisa y con tanta destreza como esa ave?

También azor, en un dialecto suizo significa: ¡Cállate! Cuidado con lo que dices...

No será hasta el último episodio de Azor que se averigüe el verdadero significado. ¿Tendrá que vender el protagonista su alma al diablo?

*Conclusión

Prometedor largometraje del cineasta suizo Andreas Fontana. Intriga y misterio en la inquietante Argentina de principios de los 80.

Un estupendo rodaje sobre unos escenarios reales con personajes siniestros, reflejo de aquella alta sociedad, de lujos y secretos.

Azor desentraña el perverso juego económico de las altas esferas. Un thriller sobre un mundo decadente y a la vez peligroso.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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22 de noviembre de 2021
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Azor del suizo Andreas Fontana cuenta la historia de un banquero privado suizo que ante la desapariciòn misteriosa de su socio, que llevaba la "cartera argentina" en la época de la Dictadura Militar, debe reemplazarlo viajando al paìs junto a su esposa a contactar a sus clientes para evitar que el negocio se derrumbe.

Los clientes de este banquero, tímido y callado, son de la alta burguesía local. Su misión es hacer negocios oscuros, incliuyendo la fuga de divisas, a través de múltiples contactos que incluyen en primer lugar a la propia embajada suiza.

Un excelente Fabrizio Rongione, en la piel de este "casi burocrático" banquero, irá visitando a los clientes abandonados por su ex socio, cuyo paradero parece que nadie conoce. Militares retirados, terratenientes, empresarios oportunistas, altos dignatarios del clero son visitados a fin de asegurarse que el negocio continuará.

Fontana nos permite asomarnos a la "alta" sociedad de los ochenta en Argentina, sin estridencias, con más silencios que declamaciones, pero reflejando el clima de zozobra, temor y tragedia, latrocinio y violencia que ensangrentó a la Argentina en esos años. Prácticamente nada será explícito. Casi todos se entenderán mediante medias palabras o hasta silencios. Un bolso con contenido desconocido, una hija de una rica familia que ha desaparecido, algún retén militar en la vía pública serán suficientes para que Fontana recree el ambiente opresivo y atroz de esos años de plomo y cree un clima que no por las formalidades, besos y apretones de mano deja de ser inquietante y hasta por momentos claustrofóbico. El final posiblemente nos permita atar cabos sobre varios de los misterios iniciales.

La realización es excelente, sobria y bella. Actuaciones más que convincentes y muy buena reconstrucción de la Argentina de hace cuarenta años. Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
augrap
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11 de febrero de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguimos al banquero Yvan De Wiel en su recorrido por las altas esferas de la dictadura argentina.

Me ha costado enterarme de que iba la película y eso es precisamente lo mejor.

La intriga, en este caso, consiste en darle la información al espectador de manera sesgada, poco explícita, para que seamos capaces de construir la trama a base de pedazos que no necesariamente van a encajar.

La galería de personajes indignos, sometidos a la corrupción y a la degradación moral de esa época, es definitoria.

Está claro que si no eras del régimen estabas destinado al exterminio. Da igual tu clase social o tu familia. Solo podían de sobrevivir los incondicionales.

La banca no distingue el origen del dinero. La pela es la pela. Lo importante es hacer negocio, aunque sea con el expolio de los desaparecidos.

Cruel, fascinante, compleja, cautivadora, laberíntica, espinosa, ecléctica.

Mi puntuación: 7,59/10.

Chistes y críticas en holasoyramon.com
holasoyramon
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18 de febrero de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He tenido la suerte de caer en una sesión con presencia del director Andreas Fontana así que primero os transmito un par de cosas que ha dicho:

Primero, que la idea de la película viene de que su propio abuelo era de la banca privada suiza y al morir este llegó a sus manos una libreta con anotaciones de un viaje de negocios por Argentina. Le pareció curioso, si no sorprendente, que siendo la fecha 1980 no mencionara para nada la situación política circundante. Así, esta película es en realidad la historia de un silencio, un vacío, una ausencia en una libreta.

Segundo, que los actores argentinos que aparecen son, excepto el que hace de abogado, no profesionales y pertenecientes a la clase acomodada retratada en la película. ¿Qué les impulsa a participar en una película que no deja nada bien a sus predecesores? No lo ha dicho pero pienso yo que al fin y al cabo estarán acostumbrados a ser retratados de esta forma, merecidamente por cierto, y quizás necesiten hacer cosas así para expiar sentimientos de culpa.

También digo yo que más de uno me colaba como profesional, destacando el que hace de monseñor. El que sí sabemos que es pro es Fabrizio Rongione, habitual de los hermanos Dardenne (debutó en Rosetta) y que aquí saca máximo partido a su apariencia modesta, afable y honesta, estilo suizo universal Roger Federer el yerno ideal. Una presencia que contrasta radicalmente con los implícitos tejemanejes oscuros y de consecuencias muy nefastas que se trae entre manos. Es que esto va así, la gente que hace más daño no da miedo. Por eso creo que esta película más que drama como pone en su ficha es una comedia negra negrísima como la vida misma.

También es ciertamente un thriller como también pone en la ficha, también una especie de Apocalypse Now silencioso, y más cosas. Admirable debut de Andreas Fontana al que habrá que ir siguiendo la pista.

Gustará a: bancos suizos, caballos, abogados
No gustará a: expropiados, ricachonas, desaparecidos
eristuff
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