Stella

En el Festival de Cannes de 1955, hubo una fuerte controversia porque, <<STELLA>> de Mihalis Kakogiannis, que había sido nominada como Mejor Película y por Mejor Actriz, finalmente fue descartada y no se le dio premio alguno. La inconformidad llegó al punto de que, Isa Miranda, actriz italiana que ya había ganado años atrás como Mejor Actriz (Au-delà des grilles, 1949) y quien esta vez hizo parte del jurado, decidió crear su propio premio para dárselo a la debutante, Melina Mercouri, con cuya actuación quedó fascinada.

Y ¿quién puede negar la frescura, la exuberancia, el encanto y el poderoso carácter que fluye a borbotones esta gran mujer que tuvo que esperar hasta los 34 años para poder debutar en el cine? La suya es, con honores, una reivindicación de la mujer madura, y no sólo de edad, sino también de carácter, pues, a la manera de la Carmen de Merimée (historia con la que guarda evidentes semejanzas), Stella es una mujer que, por sobre todo ama la libertad, y por más que la atraen los hombres, tiene muy claro que, para casi todos ellos, poseer en cuerpo y alma es su mayor afán... y es también su mayor obstáculo para poder perseverar con ella.

Escrita por Kakogiannis -basado en la obra, “Η Στέλλα με τα κόκκινα γάντια” (Stella la de los Guantes Rojos) que, Iakovos Kambanellis, publicara en 1954-, la película (segunda que realizara) ya da cuenta de esa pasión por la tragedia que acompañaría al director griego en buena parte de su filmografía.

<<STELLA>>, es una historia de amor con un marcado gusto a Grecia que casi borda el documental: Calles de pueblo humilde… mujeres apasionadas… hombres ávidos de una mujer muy cerca de ellos… música, canciones y bailes tradicionales… gente solidaria y muy crítica de lo que sucede a su alrededor… y entre todos ellos, Stella, la cantante y bailarina de la Taberna Paraíso, empeñada en concientizar con su ejemplo a un género femenino que, en la Grecia de entonces (¿?), siempre cargaba con la peor parte... e incluso, ella está dispuesta a morir antes que perder su libertad.

Exceptuando la escena del accidente con la moto ¡que no pudo haber sido peor rodada!, la película se mueve con mucha propiedad en sus elementos románticos y dramáticos, y Kakogiannis deja de nuevo muy claro que lo suyo es la dirección de actores, siendo, éste, el pilar más sólido de un vigoroso drama que cuenta con actores muy efectivos como Giorgos Foundas (Milto), Voula Zouboulaki (Anneta) y Alekos Alexandrakis (Alekos).

Surgía, con <<STELLA>>, una gran actriz que, durante el Festival de Cannes, conocería al director Jules Dassin y, además de casarse con él, juntos crearían una sinergia que pronto daría lugar a títulos tan relevantes como “Celui qui doit Mourir”, “Never on Sunday”, “Topkapi”, y otros con los que ya hacen parte de la Gran Historia del 7° Arte.

Melina Mercouri siempre fue mejor actriz en la vida que frente a las cámaras y así lo comprobamos en su debut, bastante histriónico, con una historia que transcurre, allá por los años del plan Marshall griego, entre las tribulaciones de una Carmen de Bizet y la añejez de “Cárcel de oro” de Concha Piquer. Cinta desigual con una primera parte bastante folclórica cuyo estilo y planteamiento no dista mucho de los de nuestro denostado Benito Perojo; la segunda parte se pone más lorquiana aprovechando la ambivalencia de la protagonista vista por unos como una protomártir del women’s lib setentón y, por otros, como una casquivana en exceso lúbrica para la época. El acierto de Cacoyannis estriba en fusionar fílmicamente las influencias neorrealistas con el (falso) documental costumbrista, el melodrama clásico y el fatalismo del realismo poético antes que -como se ha insinuado- la tragedia helena. Historia eterna y ubicua que, a mi juicio, nada tiene que ver ni con la denuncia feminista del patriarcado y aún menos con un supuesto paralelismo entre la rebeldía de la protagonista y la independencia de una Grecia subyugada por tantos pueblos. Remarcable final con montaje paralelo entre el frenesí de la danza y la tensión sostenida de un duelo (que ya presagia a Leone).

<<Stella>> es una película cuyo mayor valor, pudiera parecer en un inicio, reside en su carácter documental. Las múltiples escenas urbanas proporcionan una gran mirada a la Atenas de los años cincuenta, en su más absoluta espontaneidad popular; las escenas nocturnas en el <<Paradisos>>, club donde canta a menudo la protagonista, muestran las (ya entonces) noches largas de "bouzoukia" y largo vino. Al margen de lo que sería esta interesante visión testimonial, la trama quedaría empañada por la cantidad de clichés machistas del cine de la época. Quedaría, digo, pues el final desmiente la serie de giros argumentales tipificados que habían tenido cabida en el filme hasta ese momento. Desenlace clave que, leo y creo justificada la aseveración, hace de <<Stella>> una referencia dentro del cine griego, en primer lugar; y feminista, sin circunscripción nacional, en segundo.