That '90s Show (Serie de TV)

Como fan absoluto de "Aquellos maravillosos 70", no he podido resistirme a ver esta (para mi), deseada secuela, la cual me ha gustado más de lo que había imaginado.

Si no has visto la anterior, esta serie te la definiría como una sitcom para adolescentes, con un humor bastante juvenil, si tienes más de 20 años quizás no te guste. Te recomendaría verte la original, que al ser sobre los 70, su humor se mantiene igual de bien.

Si por el contrario viste la original, te la recomiendo. La serie mantiene su esencia, te traerá muy buenos recuerdos, el humor de los personajes que repiten está intacto. Se ve que han tenido mucho tacto al ser los creadores de la primera, los actores originales (mención especial al doblaje de España, salvo Red, todos son los originales y eso que son muchos), las localizaciones de siempre, e incluso secundarios míticos que te harán sacar una sonrisa al verlos.

La única pega y que es bastante importante, es que la nueva pandilla es bastante peor, más para público joven, no hace tanta gracia, pero tampoco se centran todo el tiempo en ellos.

Yo tengo un cariño especial por la original y es de mis pocos dieces en FA, mi nota va a estar condicionada por eso, pero es que me ha hecho volver a recordar las risas que echaba con mis amigos viéndola en mi sótano, haciendo exactamente lo mismo que los protas, no puedo evitarlo.

En la era de la nostalgia y los reencuentros con series que han marcado cierta época en nuestra historia televisiva, es donde Netflix saca provecho para entregarnos una especie de secuela con toques de actualidad de That´ 70s Show.

La propuesta que nos ofrece Netflix cumple con grandes momentos, en especial cuando recurre a los personajes históricos más allá de los padres de Eric. En cuanto a la nueva camada de personajes, con el paso de la serie logramos tomarle cariño y entrar de lleno en toda la historia que nos proponen sobre las amistades, amores y estupideces.
Lo cierto es que la nueva sitcom funciona como un entretenido pasatiempo del cual tienes garantizado las risas que hicieron tan popular a su antecesora. También es una propuesta distinta a lo que conocíamos y hay que saber entender que todo está un poco más adecuado a los tiempos que corren, pero que cuando se despoja un tanto de esas actualizaciones encuentra sus momentos más eficientes en la serie.

Los nuevos personajes terminan funcionando en su recorrido final y en donde la nueva pandilla define muy bien el camino que tomara en lo que venga posteriormente. Saben mezclar las cosas que funcionaban con la pandilla de los 70 y darle esos toques de los noventa a la nueva, aquella mezcla resulta ser un buen contagio de momentos que generan bastante risa y nos permiten comprometernos con Leia, Gwen, Jay, Ozzie, Nikki y Nate como la futura pandilla de amigos.
No puedo dejar de lado a los padres Red y Kitty que en gran parte entregan los momentos más divertidos de la serie.

Una propuesta para los amantes de las sitcom, es un pasatiempo divertido que se puede ver en tan solo un día y dejarse entretener sin mayores contratiempos, para los más puristas no terminara de llenar todas las expectativas, pero al menos intenta darnos momentos para complacer esas peticiones.

*El sótano como mismo punto de partida

Aquellos maravillosos 90, sigue los pasos con la misma fórmula de su antecesora. En esta ocasión, la trama nos sitúa en la misma casa de los Forman, donde viene a pasar el verano la nieta de Red y Kitty, Leia Forman (hija de Eric y Donna). La acción tiene como escenario principal nuevamente el sótano de la casa, donde junto a ella, un grupo de adolescentes con los que entabla amistad serán los que hagan girar cada episodio.

Como reclamo, en algunos de estos 10 capítulos de los que consta la serie, verán el cameo y algo más, de algunos de los protagonistas que hicieron de Aquellos maravillosos 70, una serie de culto. Quitando a los abuelos, que siguen siendo parte integral de cada episodio.

*Si algo funciona, mejor no tocarlo

Netflix si tiene un problema con sus producciones, es que no ha dado con la tecla en cuanto a las sitcoms se refiere. Parece tener una especie de maldición en ese sentido, y por más que lo intenta, no consigue la fórmula para crear una serie propia que de el espaldarazo. Viendo el panorama, imagino que han dicho, si algo funciona, mejor no tocarlo, y es lo que han hecho con esta nueva serie. Para ello contar como cabezas visibles con los actores Kurtwood Smith y Debra Jo Rupp, en los papeles antes como padres, y ahora como abuelos, es un acierto en ese sentido. Ellos dan vida a los Forman, y con ellos en la casilla de salida, han podido repetir la sensación de continuidad de la que se beneficia la serie.

El humor parece ser algo más blando, eso es verdad, junto al querer agradar a todo el extracto social, con la inclusión de las diferentes razas y sus opciones de sexualidad. El nuevo elenco de jovencitos actores funciona bien, no creo que desprendan la química del reparto original, (pero también es cierto, que con solo 10 episodios, tampoco parece la mejor opción para ello).

*Conclusión

Para ir terminando con Aquellos maravillosos 90, solo algunos últimos apuntes. Me ha gustado la sensación que desprende el formato de la fotografía, con ese toque añejo que le da el color ocre. Soy un ferviente admirador de las sitcoms, y su estupendo minutaje de los 20 minutos típicos. Aquellos maravillosos 90 en general puede gustar a los que seguimos las andanzas de los miembros originales.

No caso tanto con la limpieza a la que ha sido sometido su humor claramente, para adecuarla a los tiempos que estamos viviendo, pero creo que incluso con eso, podemos pasar un buen rato.

Se rumorea que puede que tengamos una segunda temporada, espero que se confirme, pues creo que los personajes necesitan crecer para que se consolide como una interesante secuela de su hermana mayor.

Escrito por Víctor Vega Cuervo

La del «revival» es casi una ciencia exacta. Durante la última década hemos asistido al de los ochenta, coincidiendo con la treintena, cuarentena y, por ende, el pleno desarrollo del poder adquisitivo de quienes durante aquellos años fueran niños o adolescentes. Ahora empezamos a vernos inmersos en el de los noventa —cierto que no tan ubicuo y machacón como aquél—, cuando los mozos de entonces somos ya consumidores hechos y derechos. Prueba fehaciente de ello es «Aquellos maravillosos 90», que riza el rizo de la nostalgia, pues actualiza «Aquellos maravillosos 70» («That 70s Show», 1998-2006), serie que, entre finales de los 90 y principios de los 2000, se dirigía a un target doble: treintañeros que en los setenta rondaban la núbil edad de sus protagonistas y quinceañeros con gusto por las «sitcoms», género que la (in) cultura de la cancelación parece haberse llevado por delante. Con tamaña perorata vengo a argumentar, parafraseando a Bill Clinton —otro más noventero que «Los vigilantes de la playa» («Baywatch», 1989-2001)—, que «es la economía, estúpido»; en rigor, el mercado. Y que vamos a tener «revival» para rato —o para siempre—, sólo cambiará la década objeto de estilizada y acrítica devoción.
Dicho lo cual, insisto en que la serie que nos ocupa presenta buena parte de las características definitorias —si no todas— de los sublimatorios «aggiornamenti» tan caros al audiovisual de nuestros días. La monocroma pandilla original —sólo Wilmer Valderrama se salía del canon WASP, y en tanto diana de numerosos chistes que hoy se tendrían por insoportablemente racistas— da paso al consabido florilegio de minorías: del asiático gay a la afroamericana feminista —por cierto, que Donna Pinciotti, el personaje interpretado por Laura Prepon en «Aquellos maravillosos 70», ya lo era, feminista, de manera evidente, sin necesidad de verbalizarlo cada cuarto de hora—. Naturalmente los dos varones blancos heterosexuales son un par de descerebrados; mientras que la novia de uno de ellos, filipina para más señas, manifiesta una inteligencia a años luz de la de su zopenco enamorado. Lo mismo que Leia Forman, protagonista encarnada por Callie Haverda, el mismo manojo de inseguridades que su padre, pero agraciada con el discernimiento de su madre.
Con todo, superadas las prevenciones a que invita el algorítmico fetichismo de la diversidad y un primer episodio bastante desalentador, «Aquellos maravillosos 90» es una comedia que se ve con sumo agrado. Resulta evidente —y perfectamente lógico— que sus jóvenes intérpretes todavía carecen del carisma que adornara al reparto original, especialmente unos Topher Grace, Ashton Kutcher y Mila Kunis que han hecho carreras por demás reseñables y que no sé si demasiados críticos les hubieran augurado allá por 1998. No tardan, sin embargo, en ganarse el favor de cualquier espectador dispuesto a abandonar su zona de confort y apreciar la frescura y la gracia de los simpáticos mancebos que han vuelto a llenar de humo el sótano de los Forman. Kurtwood Smith y Debra Jo Rupp, por los que parece no haber pasado un cuarto de siglo, repiten en sus impagables roles, erigiéndose en puente intergeneracional y haciendo innecesarias las de otro modo ineludibles apariciones de los actores de antaño, cuyos cameos quedan circunscritos a los dos primeros y titubeantes episodios.
En suma, la ejemplificación más palmaria de un «revival» que ha pasado de burbuja a bucle —me reitero y suena a trabalenguas: «Aquellos maravillosos 90» remite a una serie que ya en los 90 revisitaba los 70— se sobrepone a la infinidad de cosas que podían haber salido mal, empezando por el hartazgo ante tanto «remake», «reboot» y otras muestras de falta de imaginación por parte del ejército de guionistas a sueldo de las omnímodas plataformas de contenidos. Se apunta a la lucrativa corriente de la nostalgia, claro; pero hace gala de la suficiente personalidad como para ser tenida en cuenta por sí misma y, del mismo modo que sus imberbes protagonistas, crece a cada capítulo. Hay confirmada una segunda temporada. Sorprendentes y, por qué no decirlo, buenas noticias.

Como toda serie media "reboot", parte de los clásicos cambios de las series de hoy en día. Diversidad, orientación y ciertos aspectos que apelan a la nostalgia para intentar conectar a la vieja audiencia con la nueva. No está mal, tiene sus momentos y lo mejor obviamente es cuando aparecen los personajes originales, no hablo de los padres de Eric sino el grupo de amigos de la serie original. Ni sueñes con que aparezca Danny Masterson en la serie después de todas las denuncias que tiene en contra.