The Good Traitor (El embajador Kauffmann)

Es fascinante cómo aún hay quien encuentra otra localización, otra figura u otro punto de vista para volver a hablar de la Segunda Guerra Mundial, cuando ya existen múltiples adaptaciones cinematográficas de ese periodo. No obstante, es posible dar más vueltas sobre ese momento de nuestra cronología reciente sin repetirse y, por eso, Christina Rosendahl ofrece una historia más del conflicto con The good traitor.

Esta vez, el protagonista es Henrik Kauffmann, quien realmente era el embajador de Dinamarca en Washington en 1939. De ahí que una gran diferencia del film radique en la ambientación, puesto que la mayoría de la trama se desarrolla en Estados Unidos y la guerra se retransmite por audio (fragmentos de emisiones radiofónicas) y no por imágenes (que suele ser lo más habitual). De este modo, la audiencia vive las batallas desde el bucólico jardín con piscina de los Kauffmann, con días soleados y bebidas refrescantes, algo que quizá resta importancia a la barbarie.

Si bien la biografía de Kauffmann se presenta interesante, hay un desequilibrio en el guion que otorga más peso a lo personal que a lo político, dejando muchas preguntas sin respuesta. En lugar de profundizar y exponer la estrategia de Dinamarca, la cinta explora el triángulo amoroso o los últimos días del diplomático –aunque también superficialmente– dedicando un tiempo valioso a divagar en cuestiones poco relevantes. Por eso, al final, el largometraje se hace un poco largo.

Aunque el detalle histórico quizá deja que desear, la fotografía es sugerente por momentos. En la misma línea, hay también interpelaciones insinuantes, que permiten al público plantearse interrogantes de tipo trascendente.

Puede que el que sea otro relato de nazis desaliente a más de uno a la hora de tenerla en cuenta. Sin embargo, The good traitor cuenta con unas grandes interpretaciones de los actores adultos –no tanto los de menor edad– que han hecho a Ulrich Thomsen y Denise Gough merecedores del premio a mejor actor y mejor actriz respectivamente en el Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi (BCN FILM FEST) 2021.

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La historia que se narra en la película quizá afecta más de lleno a lo que ocurrió en Dinamarca durante la IIWW y sus consecuencias aún perduran en la estrategia de defensa de ese país. Probablemente en otros países la historia tiene menor relevancia y es más desconocida, pero por eso es más interesante.

La imponente personalidad de Kaufmann está marcada también por su vida privada y aunque haya quien tache la película de melodrama, la realidad supera la ficción y aquí se narra tal cual fue la vida íntima de este hombre de marcado carácter y personalidad única, enredado en intrigar con dos hermanas.

En la película este aspecto está muy logrado, así como su mezcla entre la excentricidad y el pragmatismo cuya finalidad era salvar a su país del monstruo del nazismo y a la vez llenarse de gloria. También resuelve con maestría Christina Rosendahl el aspecto banal y sofisticado de la vida en Estados Unidos mientras Europa estaba sufriendo los rigores bestiales de la guerra al entrelazar efectos, cuyo sonido es espectacular.

Una música que te transporta a la época bien elegida y mejor insertada en el diseño del sonido.

*Planteamiento

Henrik Kauffman fue nombrado embajador de Dinamarca ante los Estados Unidos en 1939. Apenas un año antes de la invasión nazi del país. En todo momento, su preocupación como embajador fue mantener la neutralidad de su país, violada por la invasión del III Reich. The Good Traitor nos cuenta como Kauffman realizaría los diferentes tejemanejes y apuestas diplomáticas para hacerse ver como el representante legítimo de Dinamarca ante los ojos de EEUU y de los aliados.

The Good Traitor narra dos perspectivas diferentes de la vida de Kauffman en este preciso momento. En un principio el ya citado juego diplomático y de negociaciones que realizará el embajador Kauffman con tal de ser la legítima figura representativa de Dinamarca en este periodo. Por otro lado, nos contarán alguna de sus miserias emocionales y aspectos de la intimidad de su matrimonio.

Entre otras interpretaciones cabe destacar a Mikkel Boe Følsgaard como Povl Bang-Jensen, ayudante del embajador, haciendo de joven adlátere apasionado y que busca defender la integridad democrática de su país.

*Intérpretes

La dupla protagonista está bastante correcta. Es muy interesante como la película alterna el inglés y el danés sin apenas problemas a la hora de mostrar las reuniones diplomáticas o los momentos de privacidad de los personajes.

De hecho el casting de Ulrich Thomsen para hacer de Henrik Kauffman es de lo más acertado y correcto. Está también muy conseguido el parecido de la actriz Denise Gough como Charlotte Kauffman. No obstante el resto del elenco para personajes históricos relevantes, aunque actúan bien, no se parecen especialmente. Especial mención para Henry Goodman en su papel de Franklin Delano Roosevelt. Si es cierto que la actuación de Goodman es buena, pero la caracterización queda bastante distante del personaje histórico.

Entre otras interpretaciones cabe destacar a Mikkel Boe Følsgaard como Povl Bang-Jensen, ayudante del embajador, haciendo de joven adlátere apasionado y que busca defender la integridad democrática de su país.

*Guion y dirección

Como en muchas películas históricas, quien tenga conocimientos de la materia, va con sobre aviso sobre diferentes situaciones. Pero sin embargo esto no impide disfrutar de la película. El juego diplomático es interesante. También lo es como emplean diferentes artimañas políticas y legales en una situación tan crítica. The Good Traitor, aunque con un sesgo pro danés obvio, no duda en mencionar que la ocupación de Dinamarca fue bastante menos duras que en otras zonas y que el colaboracionismo en muchos casos fue constante. Sin embargo la película dista de estar lejos de ser una hagiografía.

Aunque el guion nos muestra al embajador Kauffman como un viejo zorro diplomático, su torpeza en el ámbito sentimental queda palpable. Quizás esta sea la parte de la trama que menos interesante me parezca. Pues nos plantean una especie de triángulo amoroso que queda suspendido en el aire, pero no tiene mucho más fondo.

Otro problema de The Good Traitor es que muchas situaciones de problemas para los personajes, parecen ya resueltas de ante mano de forma que a veces la carga dramática queda un tanto difusa.

*Conclusiones

Sin embargo y a pesar de estos peros The Good Traitor resulta ser un drama histórico bastante aceptable. La ambientación está muy bien cuidada y en general la película tiene un tono sobrio muy interesante.

También The Good Traitor retrata uno de los aspectos menos conocidos de la II Guerra Mundial pero con repercusiones hasta el día de hoy. Que algo sea poco publicitado, no quiere decir que no sea relevante y merece la pena ver como dentro de lo enorme que fue el segundo conflicto a escala mundial, caben todas estas pequeñas historias que lo conforman.

Escrito por Juan Carandell Rojo

Sin grandes pretensiones formales pero con una pulcra y elegante narración clásica la directora nos acerca a un personaje a pie de página en los libros de historia mundial, excepto supongo para sus conpatriotas daneses.

Un biopic puntual de un diplomático que jugó sus cartas a favor de la democracia en un momento delicado, a contracorriente de su propio gobierno aprovechando los contactos familiares de su mujer con el presidente norteamericano, aderezado con su propio drama personal al estar enamorado de su cuñada; historia esta última que siempre va a remolque de su papel político en la Dinamarca de la posguerra. Interesante.

cineziete.wordpress.com

Una producción correcta, bien ambientada, sin un gran despliegue de medios o de ideas. Lo justito.
La dirección demuestra buena técnica, gusto y control del tiempo para mantener el suspense y la intriga. No estamos ante un brillante lenguaje cinematográfico pero sí ante una historia con ritmo y entretenida.
La historia está basada en hechos reales y resulta algo superficial en lo que respecta a la posición de la Dinamarca ocupada y de la Alemania ocupante. Pierde mucho fuelle en los amorios, le falta en la política y pasa de puntillas por el intenso final.
Los protagonistas están convincentes, especialmente él, con una interpretación realmente contenida, expresiva y emocionante. Puestos a pensar, si no fuera por él, la película hubiera sido algo así como un capitulo de una telenovela.
Resumiendo: es una película entretenida, bien hecha, y que amplia nuestros conocimientos de historia, cosa que no está de más.