La tortura

Es inútil detallar la cantidad de absurdeces que componen esta película, teniendo en cuenta el trabajo de actores, y buenos que no lo discuto, sobre todo por el número de personajes tan increíblemente chapuceros. El imperdonable desperdicio de la tía no ya en el rol de florero ornamental, lo mal aprovechada que está la pobrecita que se merecía algo mejor, hasta el grupito de matones que, craso error del señor Lebovitz, olvidó ponerles un botijo al lado para encuadrarlos mejor, más sumando el ver al pobre Laurence encadenado hacen del todo esto un catacraaaaaack!!! inaguantable.
El final sacando Laurence el clip del reloj para quitarse las esposas me retrotrajo a los relojes Omega de Roger Moore en aquellos buenos tiempos de 007 que convertía su reloj en una radial para cortar las cuerdas que le tenían preso.
¿Cómo contaba Laurence que sus dos raptores del FBI, padre e hijo, se lo iban a llevar a dar una vuelta, se iban a quedar de espaldas a él y el hijo se iba a poner la pistola a la espalda también para que pudiera cogerla sin problemas después de quitarse las esposas con la ganzúa de su fabuloso reloj de supervivencia?
¿Por qué coño él mismo se hace pasar por otro para que le torturen? ¿Por qué el poli aguanta palizas diarias para meterse en la organización? ¡¡Me cago en la leche, no hay más que raritos hoy día!!