I Love My Dad

Es curioso, después de ver bodrios infumables y reirme con las críticas profesionales que poco menos las calificaban casi como obras maestras (algún día se sabrá que hay detrás de todas esas críticas profesionales taaaan elogiosas), pues aparece esta película.

No te va a cambiar la vida, no dura 150 minutos, no es cine de autor, no te van a meter esta película por los ojos por todas las redes sociales ni la verás en todas las marquesinas de autobuses ni en promociones en cada canal de televisión.

Es una comedia amable, te queda una buena sensación en el cuerpo después de verla, no cae en ser cursi o moñas como en cada comedia que nos toca sufrir ultimamente.

El elenco de actores y actrices está correcto, ninguno es influencer de youtube ni chicos o chicas disney buscando una carrera en el cine.

Yo te la recomiendo, es una película pequeña pero grande.

Comedia con tintes dramáticos, lo que llaman ahora dramedia, entre un padre metepatas y su hijo veinteañero depresivo. El cincuentón Chuck ha quedado fuera de la vida de su hijo Franklin debido a sus numerosos fallos como padre. Ante el bloqueo digital a que se ve sometido, idea un perfil femenino falso en una red social para volver a entrar en la vida de su hijo.

En otra década, tal vez la premisa hubiera dado lugar a una sucesión de diálogos subidos de tono, chistes guarretes y humor chabacano. Ese contenido, haberlo haylo, pero se enmarca bien dentro del relato y no lo hacen desbarrar como algo que no puedas tomarte en serio. No era fácil combinar ese tipo de comedia de enredo y equívocos con un drama con el trasfondo de la depresión y el suicidio. Algunos secundarios alivian la sensación de desastre permanente que transmite cada acción de Chuck y, según lo dicho, el humor se aleja de lo vulgar provocando la sonrisa con bastante naturalidad. Dirige, escribe y protagoniza James Morosini. Desconocido hasta ahora, habrá que seguirle.

También nos habla de la facilidad con que la juventud actual se aferra a una idea, como poetiza a desconocidos que no han visto jamás en ese permanente deseo de encontrar la perfección en solo un par de clicks. No se nos habla del origen de la depresión de Franklin, pero parece una faceta tan asociada a la generación Z que ya ni hace falta ponerla en contexto. A pesar de todo, contiene un núcleo más vitalista de lo que parece y Chuck logra trasladarnos suficiente humanidad para perdonarle que sea toda una calamidad.

Aunque la película sea una comedia, hay ciertos momentos que me preocupan y dan grima ya que la premisa es que un padre se hace pasar por un ligue de su hijo, el cual está pasando por una depresión y un intento de suicidio. Es cierto que la idea es interesante y el tráiler te lo vende bien, y en parte comprendo las intenciones del padre, pero hay momentos que te preocupa la salud mental del hijo y como le puede afectar cuando todo se revele. Es cierto que me ha entretenido, pero también lo he pasado mal.