Es un emocionante viaje a través de la obra de un bajista, sin lugar a dudas, único e inigualable. Y debido a que la función bajo (tanto contrabajo como bajo eléctrico) es generalmente ignorada por quienes no son músicos (e incluso algunos de los propios músicos ignoran su importancia) es impensable que la película sea comprendida por los mismos. Algo curioso es que incluso algunos bajistas (de los que no están influenciados por una corriente "jazzística") no comprenden del todo la obra del propio Jaco, con comentarios como "Donna Lee es solo un montón de notas aleatorias" (tal fue mi caso hace ya un tiempo), en ese caso, este film es la mejor manera de comprender la importancia de su obra en la música contemporánea.

Es cierto que a ratos se vuelve tediosa, hay que decirlo, sin embargo, al final es casi imposible no tomar tu bajo e intentar hacer una pieza magistral que se asemeje un poco a la obra de Jaco. Sirve de inspiración para aquellos que comienzan a perder el interés por el instrumento.

Para los amantes, como yo, de Chet Baker la película es un encanto. Muestra una de las etapas más oscuras de la vida del trompetista, aunque peca de "ficcionar" un poco más de lo que debería.

La banda sonora, en conjunto con la elegante interpretación de Ethan Hawke, son por lejos lo mejor de la película. Ambos aspectos garantizan una inmersión fantástica en el mundo del "jazz melancólico". La emotividad del estilo de Baker queda más que clara. El tono de voz dado por el actor aporta un punto especial que siento necesario mencionar en particular. Chetty no es un héroe, pero tampoco un villano.

A pesar de todo, dos puntos en particular me parecieron negativos dentro del film. Primero, la película no se arriesga y en muchos casos es plana, dejando fuera las distintas dimensiones del conflicto (fuera claro del apartado final), se centra muchas veces en ser un relato desde la objetividad, no desde los personajes. Segundo, y a modo personal, es necesario conocer ciertos nombres para que la experiencia sea más emocionante. Si no sabes quién es Miles Davis, Dizzy Gillespie o Bird, la película te parecerá aún más vacía.

Fuera de todo, me quedo feliz con haber visto una representación inmersiva a la adicción de Baker, su música y su melancolía.

Es innegable que lo absurdo de la premisa inspira una sonrisa más bien de "¿Qué es lo que estoy a punto de ver?", sin embargo, la expectativa disminuye y se vuelve un tanto tedioso (no sé cómo lo lograron en un video de tan solo 4 minutos, pero así fue), con un giro argumental increíble (Sí, hablo de Marx) y un final del que esperaba bastante más.

También decir que, sabiendo todas las diferencias ideológicas que existen en la filosofía, se limitaron a vomitar un montón de chistes fáciles justo al final, evitando haber podido hacer unos pequeños chistes más sutiles, pero que seguramente hubieran hecho más ameno el "Sketch".

En conclusión, es un humor ridículo que para nada requiere un amplio conocimiento en filosofía para ser disfrutado, si te preocupa el ritmo lento que tiene (llego a creer que es justificado, ya que se condice con la dinámica propuesta) debes saber que son 4 minutos de tu vida y no podrás llegar a pensar en arrepentirte (probablemente habrás gastado más leyendo esta crítica con aspiraciones profesionales a un simple sketch).