Se deja ver, a pesar de que sabemos que no es nuestro Dexter. ¿Cómo va a serlo en ese pueblo de paletos, helado, perdido en el estado de Nueva York? Pero te la puedes ahorrar, porque pese a que tiene sus momentos, su interés y, sobre todo, el placer de volver a ver a Dexter, el mal cuerpo que te deja el final no compensa.

Comencé a verla y desde el principio me pareció superforzada, carece de personales "reales" (quizá salvaría el de Cherokee, y quizá el de su compadre) . Te pierdes en la trama (¿por qué es tan importante Simón?, ¿quién lo persigue y por qué?¿quién lo protege y por qué), y, particularmente, el final me dejó pasmada. ¿Seguro que había terminado? Porque hay varios frentes abiertos. Seguramente hay una segunda parte de la que no tengo idea, pero aún así: dale un final con campanazo.

El psicópata es de cartón piedra: típica mirada inexpresiva pero que parece tener profundidad (me encantaría ver a José Mota imitándolo), que, supongo, quiere ser una mezcla de Lecter con botox (por la contención) y John Doe (Seven), pero en versión Ibérica. Ojo que el actor me parece muy bueno, pero es el personaje el que no funciona.

Lo de que sea mínimamente creíble ni lo menciono, porque es ficción y, como tal, puede pasarse por alto. Pero al menos que enganche y no desconcierte tanto (en el mal sentido).

Pues me ha parecido muy entretenida, con interpretaciones cojonudas (Javier Gutierrez es que todo lo hace bien). Para mí, muy violenta. No puedo ponerle más pegas. Como dicen en otra crítica: " señores, esto es una peli, y se tienen que tomar licencias". No es un documental.