Breaking bad es sin duda la Gran Serie, en mayúsculas.

Las razones para enmarcar esta serie en la mejor son diversas, el sólido guion, los personajes bien construidos, buen ritmo y de lo más importante que ha sabido cortar la serie en el mejor momento, evitándose así convertirse en un sin fin de temporadas sin trasfondo alguno. Breaking bad te mete de fondo en la historia en la primera temporada, y mantiene la calidad en todo momento, hasta despedirse. La evolución y la complejidad de los personajes es extraordinaria.

Walter White te hace mantener un amor-odio hacia su personaje, te leva con él, por sus miedos, inquietudes e inseguridades para más tarde convertirte con él en Heisenberg. Cada personaje es imprescindible en la serie, incluso los que parecen más secundarios, la química en pantalla entre Bryan Cranston y Aaron Paul es innegable.

Si no la habéis visto, es hora de ponerse al día.

Estoy completamente obsesionada con 'Black Mirror' desde que se lanzó. La serie es un imprescindible total en el mayor sentido de la reflexión.

Como vaticinaba el homo homini lupus de Hobbes, el hombre es el lobo del hombre y está hecho para autodestruirse, la serie te hace reflexionar sobre el futuro desde una perspectiva pesimista de la visión humana. Me gusta la idea de una serie analógica, en la que cada capítulo es una ``película corta´´ y no es necesario ver los capítulos anteriores para disfrutar de uno.

En esta ``no tan distopía´´ que se ve a la vuelta de la esquina, lo importante son las personas, sus hábitos, sus responsabilidades y sus decisiones.

Aunque hay muchísimos episodios memorables, me llama en especial la atención el episodio cuarto de la segunda temporada «White Christmas», es el ejemplo perfecto de como Black Mirror lleva a la pantalla la idea de que la tecnología puede llevarse al lado más macarra y tenebroso, con un final que deja a cualquiera con la boca abierta y una densa reflexión