Como aficionado al cine durante cierto tiempo he visto toda clase de películas: desde grandes obras atemporales a películas ciertamente insoportables, pasando también por películas simpáticas para ver una tarde de Domingo.
Pero esta película se sale de todo criterio de clasificación.
Se trata de una película realmente típica, con personajes totalmente planos y sin mensaje alguno que comunicar al espectador: la borde, la amiga tonta, la mosquita muerta, el gordo friki (que tenía que ser el hacker, cómo no)... y que solo sirve como flagrante ejemplo de cómo la industria del cine lleva descojonándose en nuestra cara durante varios años.
Con la excusa de ofrecernos una premisa original basada en las nuevas tecnologías (unos amigos cliché organizan una llamada de Skype) se nos cuela un bodrio infumable de un ritmo narrativo excesivamente lento y falto de gracia.
Si la idea era introducir al espectador en una situación de tensión y claustrofobia a través de los ojos de una persona que está siendo acosada y no puede escapar, realmente es un filón muy mal explotado por parte del penoso guión, que fuerza las situaciones a más no poder y misteriosamente impide a los personajes actuar de forma lógica. (¿Nunca pensaron en apagar el maldito ordenador al principio? Por favor...)
Pero, por si todo esto no fuera suficiente, para colmo las muertes de los personajes, que deberían ser la guinda del pastel en cualquier película de horror, son ridículas. Meras escenas de un segundo de suicidios, un chaval limitado que mete la mano solo en una batidora... Ejecuciones claramente ideadas por una mente perversa y genial que explica cada suceso.
En pocas palabras, es una película con un gran mérito: básicamente permitirme descubrir un modo peor de pasar la tarde que hablando con tu cuñado el sabelotodo. Mis felicitaciones a la dirección.
Que disfruten sus merecidos yates ganados gracias a esta bazofia. Nunca, NUNCA paguéis por verla.