Un film divertido, entretenido, lleno de detalles críticos con la sociedad en la que subsistimos, en la que tenemos sí o sí que vivir. Pero la forma de sugerirlo, de criticarlo, es formidable, ya que utiliza herramientas, siempre con mucha sutileza, como el humor y la ironía, y se pega mucho a la línea surrealista, pero sin sobrepasarla, aunque muchos crean que todo es muy surrealista. Yo diría, sin embargo, que la vida es, realmente, surrealista, depende de la perspectiva con la que se mire.
Es una gran película. Hal Ashby sabe contarnos ésta historia de una manera divertida. Pero Ashby no hace sólo ésta comedia para hacernos reír. El guión de Kosinki no trata una simple historia surrealista e increíble (sobretodo en la parte final) para crear un escenario humorístico, sino que alude, y principalmente, a las esferas de poder. Señala a éstas esferas como las únicas gobernantes de todos nosotros (eso queda principalmente claro al final del film). Éstas dominan a los supuestos gobernantes, y éstos se comportan como marionetas en manos de los realmente poderosos, que hacen y deshacen, y quitan y ponen a su beneficio, a su interés, a su antojo.
La película aún va más lejos, además de contarnos, también, lo que pueden o no ayudar las apariencias (uno con mono de trabajo tiene que ser un ignorante y peores cosas porque sí, sin embargo, uno con traje y corbata, comedido en sus diálogos y con cierta elegancia, es un señor culto y respetable.), nos muestra, no sólo quién decide quien gobierna, sino que un pobre ignorante, en este caso amante de las plantas y de la televisión, puede llegar a gobernar, a aparentar que gobierna, el mundo. Todo está exagerado, obviamente, sino no tendría gracia, pero aunque parezca mentira es una sátira sacada de la realidad. Al menos yo lo creo así.

Una de las mejores comedias de la historia del cine. Grant está genial en lo que es, para mí, una de sus mejores películas. Él es, sin duda, el actor de comedia mas elegante de la historia.
Comedia divertida ante todo, ácida e ingeniosa, y con un encantador e inconfundible aroma teatral.
Si Wilder es un genio de la comedia, Capra no lo es menos. Domina la cinta de principio a fin. Cuenta con un elenco de artistas sobresaliente, que rezuman humor en cada plano. La agilidad con la que rueda, la velocidad de los diálogos y la composición de los decorados, hacen pensar, por un momento, que estamos en el teatro. Tan bueno es su trabajo, que cuando el guión pierde gotas de humor, él y los actores aportan su magia, cada cual en lo suyo, para que la película siga siendo divertida sin perjudicar a la trama.

Qué soy al mundo sino un ser insignificante; alguien que cree ser especial, diferente a lo común, y sin embargo, en realidad, un ser humano más verdaderamente indiferenciable, como si de un grano de arena en el desierto se tratara. Quizás sea ésta la reflexión que nos debemos hacer después de visionar ésta magnifica película del cine mudo que, apenas sin darse cuenta, parece que en realidad los protagonistas hablan y nos cuentan su historia. Otra muestra más de que el cine no necesita el sonido; pero quizás, seguro, que con él transmita mucho más.
La película no sólo nos muestra lo insignificantes que somos sino, también, la importancia de soñar, de ilusionarse para vivir y seguir haciendolo. Para poder ser felices es imprescindible tener metas, ilusiones que poder hacer realidad en un futuro. Y nos lo muestra a través del protagonista, y antes, con su propio padre. La ambición de los sueños los hacen irrealizables, y es por eso que nos gusta tanto y nos motiva tanto más el imaginarlos realizados; nos da esperanza y fuerzas para continuar hacia adelante.

Que bello es morir habiendo alimentado nuestro alma con películas como ésta.
Entonces el cine era cine, el cine era arte, era espectáculo hecho a base de emociones, no a base de efectos especiales. Hoy el cine quiere, pretende ser más real. Pero el cine no puede convertirse en una copia de la realidad, porque de ser así el cine habría muerto. Y estamos caminando hacia eso, en vez de caminar hacia Capra, Ford, Lubitsch, Vidor, Cukor, Curtiz... Wilder. El cine debe ser una fotografía del alma de las cosas(reales), y que solo el artista puede ver y mostrar.
Capra empieza un milagro, y Stewart lo culmina solo como él puede hacerlo. Stewart es la elegancia delicada y la normalidad apasionada. Es único. Lo que nos parece fácil él lo hace difícil, solo que nos damos cuenta, cuando otro lo hace, que lo verdaderamente difícil, él tiene el don de convertirlo en fácil. Imborrable película, imborrable Stewart.

Película que muestra hasta dónde, y de qué manera, se puede llegar teniendo poder, hasta el punto de poder llegar a convertir una increible mentira en la más convincente y emotiva verdad. Pero al margen de ésto, que es un tema apasionante pero muy extenso de comentar y no menos comentado ya, el film nos muestra el poder de la industria cinematográfica (Hollywood); el talento de las personas que hacen posible una historia inventada, irreal. Hasta nos hacen creer en los extraterrestres. Personas como: Guionistas, directores, compositores, especialistas en efectos, actores... Por eso esta película nos hace reflexionar sobre el mismo cine, y en dos caminos distintos: uno sería el de la maravilla que resulta el cine, cómo hace el milagro de hacer real algo que nunca existió; una historia de amor quizás como la de "Casablanca". O basar una historia en una que si sucedió realmente, matizando y creando, haciendo más rica ésta nueva historia que la real, como en "Ciudadano Kane". El otro camino sería el cine fuera del arte, cómo el cine o la industria se ponen en manos del capitalismo, del simple negocio para vender, para ayudar a vender: en forma de películas o fabricando campañas publicitarias con tanto o mayor gasto e ingenio que el de la mayoría de las películas.
Éste film me ilustro sobre todo ésto; pero el inventar lo que inventan tiene algo con lo que en la vida real no consiguen con la publicidad las diferentes empresas, y es el poder absoluto. Primero, siempre será un secreto, a lo mejor se convierte en leyenda o rumor pero no en verdad constatada, y lo será porque el que tenga la intención de contarlo no lo podrá hacer. Y en segundo lugar, cuenta con la certificación, el sello, de una institución muy poderosa y eso es mucho aunque muchos no nos creamos lo que nos dicen los gobiernos.
Me encanta lo de "Zapato Viejo", que me demuestra que somos fáciles, que si se apela a nuestros sentimientos, se nos cuenta algo emotivo, se nos da esperanzas continuas de que todo puede tener un final feliz, entoces , y como corderos, pasamos por el aro que nos pongan, por más pequeño que éste sea.
Obviamente me encantan los actores, sobretodo De Niro y Hoffman. Y sólo tuve una astilla, una crispación al verla, algo que me dejó intranquilo: ¿será que el hombre, verdaderamente, piso la luna o quizás lo que piso fue algo parecido, aunque menos grande, en un enorme plató de algún gran estudio?