Al enterarme de la trágica noticia, se me hizo imprescindible conseguir una copia de esta película olvidada en algún cajón de la memoria colectiva. Dispuesto en un cómodo asiento pude asistir una vez más a la representación del ritual, eros encarnado por una preciosa holandesa, que con inocencia no fingida se dejaba llevar por los placeres del sexo. Hoy no es día de críticas cinematográficas, es el día de rememorar y homenajear a la malograda actriz, que nos hará vibrar como antaño.
Sin haberlo querido, a veces tenemos que destapar una caja polvorienta y traer a la memoria su contenido, es entonces cuando soñamos, revivimos pasajes en desteñido color y un escalofrío recorre de nuevo nuestro dorso, como cuando éramos adolescentes.
Hoy desgraciadamente hemos tenido que desempolvar la imagen sedente de Sylvia Kristel, enorme como siempre, sensual y valiente, como antaño. Nunca una butaca de mimbre lució tanta belleza. Hoy como ayer queremos tenerte en nuestros sueños y en nuestras manos. La trágica enfermedad una vez más perpetró su injusticia, hoy con Emmanuelle.

La pude ver de estreno, tal vez en una sala de "arte y ensayo", en versión subtitulada, eso sí. Puede que fuera de las primeras películas que me hicieron amar el cine, pocos planos recuerdo, ni siquiera las caras de los personajes, pero los sentimientos que me afloraron al verla no se me han olvidado después de más de treinta años.
Pasión, venganza, pobreza, amor, culturas rurales en escenarios sombríos y bellos, intensidad en la narración, crudeza en la puesta en escena...
Al fin y al cabo todo lo que esperamos llevarnos dentro y para el recuerdo cuando se encienden las luces de la sala.
Prometo buscarla y verla de nuevo, mientras llega ese momento os invito a juzgarla por vosotros mismos, os aseguro que no quedaréis indiferentes

Después de leer las críticas de otros usuarios tengo que manifestar que ni tan buena... ni tan mala. Argumento facilón que hará pasar un buen rato a los más pequeños de la casa. No deja de ser cuento fabulado con su correspondiente moraleja.

Lo bueno: excelentes localizaciones, iluminación natural y artificial muy cuidada, pero sobre todo quiero señalar la variada muestra de la fauna europea mostrada, especies animales que todavía viven en nuestros bosques, bellos siempre, amenazados y perseguidos por la sinrazón humana. Vean esta película con sus hijos y aprovechen para explicarles que la vida salvaje no es sólo la gran sabana africana de los documentales del National Geographic. Que estas criaturas, verdaderas protagonistas de la película, son reales y viven muy cerca de nosotros, ojalá para siempre.

Lo malo: empalagoso protagonismo de la niña en cuestión, que resta más de lo que aporta, drama descafeinado y poco lacrimógeno sin la rotundidad de "El oso" de Annaud (casualmente compatriota de Jacquet)

Acudí a ver la película por dos razones principales: el mítico transiberiano, que es una de mis grandes ilusiones desde la juventud, y el enigmático Ben Kingsley, al que suelo seguir en todos sus trabajos desde Gandhi (1982).
La película está bien tramada, correctamente dirigida, pero esperaba más intensidad y detenimiento en los paisajes, más planos del recorrido, las culturas y las gentes de un itinerario variopinto e interesante, por algo se desarrolla en más de 8000 km, entre Pekín y Moscú. La escena del cambio de bogies en la frontera chino-rusa, la liquidan en apenas un minuto, tal vez hubiera merecido la pena mostrar al espectador algo de los trabajos mecánicos, y la desesperación de los viajeros ante los trámites aduaneros que suelen durar varias horas, en definitiva echo de menos más recreación en los detalles de viaje, o acaso el título no es un reclamo para amantes de la aventura...

El reparto funciona bien, la protagonista femenina cumple con creces y respecto a Noriega, correcto, gracias a que el director ha tenido la precaución de tejer la película sin escenas junto a Kingsley, que lo hubiera fagocitado instantáneamente.

En resúmen, si esperas conocer algo más del transiberiano, porque es un tema que te fascina, quedarás decepcionado, si quieres ver una película interesante, enretenida sin más y con el gigante Kingsley haciendo de las suyas, ve a verla o alquílala.

Ha llegado a mis ojos (y oidos) la película "todos los días de mi vida" en los que una pareja de descafeinados y guapitos actores se revuelve o mejor se retuerce ante un manido y sobreexplotado guión que resulta poco creíble, aunque nos lo presenten como basado en hechos reales. Pero lo peor , lo que de verdad ha hecho sufrir mi corazón es la aparición en plano secundario de Jessica Lange, aquella felina rubia que un día de los ochenta enharinara la croqueta del genial Nicholson en The Postman Always Rings Twice, creando una de las escenas eróticas más memorables del cine de todos los tiempos, Poco queda ya de aquellos ojos matadores, o la giocondina sonrisa que otrora me cautivara, al igual que a medio mundo y es que la injusta edad no perdona, por más que una se llame Jessica Lange. Neill como siempre, inexpresivo y madurete también.