Una obra de arte, no apta para todos los públicos.

La película mantiene un hilo argumental intrigante en todo momento, la trama se cuece a fuego lento pero sin interrupciones, la escenificación es genial, la interpretación de Bale es más que buena y Harry Melling esta brillante en su papel como Allan Poe, le viene al dedo y es capaz de exprimir su potencial al máximo.

La ambientación y el romanticismo místico hacen de esta oda a la cultura narrativa y poética una necesidad de facto para quien disfruta del buen cine.

En mí humilde opinión, la construcción superflua de los personajes de la familia Marquis separa esta película de la perfección, sin embargo, solo son 5 minutos de desapego dentro de dos horas de pura inmersión narrativa.