Californication gusta más por su nombre y su sinopsis que por lo que después se nos va mostrando. Una serie muy sobrevalorada que se vuelve predecible aunque no aburrida. ¿Quién se aburre si en todos los episodios Hank se tira a una tía diferente? La serie tiene algunos buenos momentos como las conversaciones literarias y algún que otro personaje extravagante. Pero el personaje de Hank y su historia resulta muy poco creíble, con su cinismo intelectual por bandera y coraza que lo protege de todo acaba convirtiéndose en un ser contradictorio.
Las similitudes con Chinaski son tantas y a la vez tan pocas. Empecé a ver la serie porque me recordó mucho al personaje de Bukowski, estaba ilusionado con esta serie, pero después vas viendo que en lo único que se parecen es en su adicción al sexo y al alcohol (esta última muy mal representada por parte de los creadores de Moody) y ves lo diferente que actúan uno y otro en la misma situación.
Claro que se disfruta con esta serie porque vemos como otro hace lo que nosotros quisiéramos hacer pero hay muchas cosas que no funcionan. A los seguidores del gran Henry Chinaski os recomiendo no ver la serie y si cabe alabar aún más lo que consiguió Bukowski y no Tom Kapinos.

El gran problema de esta película es el nombre del director. Las películas de Tarantino tienen su propio ADN, puedes poner el televisor y suceder que estén pasando una de Quentin que tú no hayas visto, entonces si has visto algunas de él, vas a saber que es un film de Tarantino. Esto no pasa con Jackie Brown. Quizá por eso sea la menos conocida del director de Tennessee. Esta ha sido la última película que he visto de su producción y he de admitir que las similitudes con las otras siete son escasas. Soy un gran admirador de Tarantino pero esta cinta ha conseguido decepcionarme, seguramente se deba a esperar la grandiosidad de las demás, pero es que esta película es totalmente distinta a las otras.
Vemos una obra desenfadada que fluye lentamente al maravilloso ritmo de The Delfonics y va construyendo una trama muy elaborada desde los distintos ojos de algunos de los protagonistas para llegar a su total comprensión.
Una película lenta con un desarrollo magnífico en la que algunos momentos tu mente puede llegar a evadirse ante la falta de tensión, pero que bien suena The Delfonics.