Una mezcla entre drama y humor todo ello llevado con una originalidad extrema. Un extraordinario Michael Keaton y un espectacular Edward Norton le dan vida a unos planos secuenciales que pasaran como unos de los mejores de la historia del cine y de mis pupilas. Gracia por esa joya de fotografía y esa percusión en cada plano, del cual hubo uno que me recordó a una escena de "Babel".

De vez en cuando sale a la luz una buena joya entre tanta bisutería, Beasts of No Nation es una de esas películas que se te queda en la retina y perduran durante mucho mucho tiempo.

Cary joji Fukunaga después de deleitarnos con la primera temporada de True detective, nos hace adentrarnos en un infierno terrenal y cruelmente sincero como la que vive África, nos cuenta la historia de un niño llamado Agu, de como su mundo se ve cruelmente destruido para una estúpida guerra promovida por lo intereses de unos y otros, de como un tirano puede influir en los inocentes niños y convertirlos en máquinas de matar, tristemente seguro que la realidad supera la ficción, pero este director me ha mentido de lleno en ese triste lugar, la música envolvente y poética de Dan Romer de fondo con esos planos donde un brutal e inolvidable y claro aspirante al Oscar Idris Elba da las ordenes de atacar y destruir todo a su paso, me ha ganado, simplemente me ha tocado por dentro.
Abraham Attah en el papel Agu también está espectacular, recrea una serie de sentimientos como la tristeza, la alegría, el terror que está viviendo, de como su niñez se ha visto arrancada de su vida, su voz en off dando pie a la reflexión es simplemente una delicia.

Es la primera película que veo de este hombre y me declaro fiel seguidor de sus futuros movimientos en el cine o de todo lo que toque en la industria del séptimo arte.