A mí me ha sorprendido gratamente. La cogía con cierto recelo al ver el planteamiento inicial y, especialmente, tras ver los tres primeros capítulos. A pesar de la buena realización, y el cuidado en la estética (muy superior a anteriores proyectos de los Caballero), algunas interpretaciones me flaqueaban y la sucesión de situaciones subrealistas parecía no tener límites. Pero, para mi alegría, la cosa mejora conforme avanza la trama.

Sinceramente, y sé que me van a joder la crítica por esto, considero que los 4 protagonistas masculinos se desarrollan bastante bien. Me parece totalmente verosímil, su comportamiento, su forma de hablar, lo que se recriminan entre ellos, etc Y hay un momento que, personalmente, considero que eleva a la serie de nivel. Cuando uno de los protagonistas decide reafirmarse en su virilidad. Creo que ahí se establece un contrapunto interesante, alejando tanto a esos 4 personajes del cliché, como a la serie de los Caballero de convertirse en un panfleto al uso. Es entonces cuando entra el debate, dejando claro que el objetivo, más que adoctrinar, es hacer sátira del contexto en el que vivimos, sin posicionarse en ningún color político.

Y aquí me voy a centrar yo ahora. Porque revisando algunas críticas, veo que algunos usuarios la tachan de hembrista, de ridiculizar a los hombres... ¿Perdón?
Vale que se ríen del concepto de machito simplón e insensible. De hecho, es el late motiv de la serie. ¿Pero acaso no se ríen también de la loca que se victimiza para quitarle el piso y la hija a su ex? ¿No se ríen también de la frivolidad de la gente, independientemente de lo que tengan entre las piernas, para conseguir followers en redes a toda costa? Osea, resumir que esta serie es un vulgar ejercicio de desprestigio del hombre me resulta, como poco, fuera de lugar.

Sin ser increíble. Me parece funcional e interesante. Además, le veo muchas posibilidades en futuras temporadas.

A ver si consigo poner en orden la amalgama de emociones que me han quedado tras ver esta obra. Sinceramente, partamos de una base. Yo no sé si me estoy volviendo gilipollas o es que desde la pandemia ya no veo tanto cine y he perdido el filtro, pero me ha encantado. La he disfrutado como hacía tiempo que no disfrutaba nada. En mi humilde opinión, la capacidad de James Cameron por hacerte ir a un estreno suyo y que tengas la sensación de estar viendo lo nunca visto, sigue intacta. Si Tarantino es un genio a nivel de guion. Cameron es el maestro absoluto e indiscutible de la dirección y el poder visual bajo la no siempre ventaja de contar con un presupuesto inflado por todas partes. De hecho, si algo nos cuenta la historia de los blockbuster, es que, a mayor cantidad de dinero, mayor probabilidad de pifiarla. Pero este es el director que siempre te muestra lo bien invertidos que están esos millones. Piratas del Caribe 4 ha costado lo mismo y cuando ves la película, la pregunta que te haces es, ¿se habrán gastado 250 millones en cañas? Vale que la segunda parte de las peripecias en Pandora adolece de personajes y situaciones clichés, como, por otro lado, el 99'9% de producciones de gran estudio actuales. Lo que ocurre, es que, a Avatar, hay que echárselo en cara. Quizá por el hecho de que como universo en sí, no logra calar en la cultura pop como pueda ocurrir con Lord of the rings, Star Wars o incluso E.T. En cuanto al porqué de esto, lo reconozco, no sé la respuesta, ni yo, ni creo que nadie. Nadie tiene la fórmula de cómo diseñar un personaje para luego vender muñequitos o cómo componer el plano que todos cuelguen en su habitación. También es cierta otra cosa. En esta película, se intuyen planteamientos de futuros desarrollos de tramas que pueden enriquecer los guiones venideros, en detrimento de dejar a The way of water con cierto aroma a pretexto de lo que está por venir. Sencilla y predecible, al igual que su antecesora, lo cuál, tampoco significa que tengan un mal guion. La historia es perfectamente funcional. Simplemente, queda eclipsada por lo visual, que es lo que hace de esta película, en mi opinión, una joya. Y es que es tan bonita.
Y cuando digo bonita, no quiero decir, bonita sin más. Quiero decir B-O-N-I-T-A. Visualmente atractiva por excelencia. No es bonita a nivel visual y ya. Es que es tan preciosa a nivel visual, que no le veo sentido empezar a quejarse de que si el guion no es Memento. Es tan maravillosa, ya no de ver, sino de experimentar, que estaría horas buceando por los océanos de Pandora cuál oceanógrafo, a pesar de que se pueda contar en hora y media. Es, con perdón, un puto documental de National Geographic pero con Tulkuns y fauna ficticia. Consigue que me crea ese mundo paralelo, que lo disfrute, incluso que me olvide del CGI. Parece rodada en otro planeta. Y desde luego, una pena perderte esta experiencia en el cine y, si puede ser, en 3D.

La cinta cuenta con dos grandes atractivos. El de descubrir un mundo nunca visto, y la trepidante acción del mejor James Cameron, del director de El Juicio Final y Aliens, de Titanic y Terminator. Un maestro en plena forma compartiendo con nosotros su amor por el océano y la naturaleza, mediante una experiencia audiovisual totalmente inmersiva e increíble. Yo solo pido más de esta mierda.

¡Qué nadie se ofenda! Esto es mi opinión. Si os gusta Stranger Things 4 es muy lícito, al igual que si os gusta mirar una pantalla en negro durante horas. ¿Quién soy yo para establecer una dicotomía analítica universal de lo que es bueno y malo en el cine?

Perfecto, una vez aplicada la vaselina, llega mi reseña:

Previsible, aburrida y sosa. Por más que digas BASTA, la sucesión de tópicos sigue sigue y sigue hasta dimensiones insospechadas. Strangers mis cojones. Toda la temporada es un recopilatorio de personajes, escenas, chistes, clichés y situaciones explotadas hasta la saciedad. Acabo deseando que maten a todos los personajes por el hecho de que ocurra una sola cosa inesperada. Horas y horas de temporada viendo a Mr enredadera persiguiendo adolescentes. Cómo detesto las tramas épicas protagonizadas por adolescentes. Las películas de niños salvando el mundo no funcionan porque un adolescente ya tiene suficiente con salvarse así mismo. La pubertad ya es apocalíptica de por sí. A Harry Potter le pasa tres cuartos de lo mismo.

Reconozco que, al menos, les ha quedado un videoclip mono con algunas canciones de los 80's, pero me ha faltado la de Enough is Enough de Donna Summer y Barbra Streisand.

Me ha decepcionado bastante este documental. Sólo 5 capítulos, sólo el perído Cretácico, poca variedad de dinosaurios (claro, transcurriendo sólo durante 80 millones de años de vida prehistórica...), y su mayor problema, ausencia de tramas. En mi opinión, este es el gran talón de Aquiles de la serie. Echaba de menos que a lo largo de los episodios, sirviesen como hilo conductor una o dos historias de, yo que sé, unos Tyrannosaurus criando y el desarrollo de sus crías, por poner un ejemplo. Aquí todo se me hace muy anecdótico, un Carnotaurus cortejando y le dan calabazas, a otra cosa mariposa, a una Quetzalcoatlus le joden la puesta pero le quedan tres huevos, a otra cosa mariposa, y así todo el tiempo. En este aspecto me pareció mucho más eficaz la infravalorada Caminando entre dinosaurios, ya que en los distintos capítulos sí coexistían varias historias que servían como espina dorsal del guion y despertaban un cierto interés, al menos en un servidor. Sin embargo, este documental es como ir a un Safari de dinosaurios pero con el conductor yendo a toda velocidad.

En cuanto a la realización y el rodaje general de algunas secuencias pues evidentemente sí, es bonito, pero tampoco me he quedado alucinado. Los efectos digitales lucen en los planos detalle, pero en los planos más alejados, qué queréis que os diga, aroma a animación total.
Ya sabemos que en 2022 tenemos ordenadores muy buenos, pero el CGI sobre un montón de planos de Viajes el Corte Inglés no es suficiente.

Tengo 27 años y hace 14, en mi instituto, también se sentaba bastante cerca de mí, un hetero muy guapo que jugaba a fútbol, algo bastante más cabrón que Nick, dicho sea de paso. Sonó el timbre para el recreo. La profesora de matemáticas, bastante enfadada, nos castigó sin salir a mí, a él y a otro compañero de clase. Él y yo hacíamos tremendos esfuerzos por aguantarnos la risa. En ese momento lo sentí, sentí algo maravilloso, sentí esos fuegos artificiales, esas hojas, esos corazones animados que entran en la realidad como salidos de un cuento de niños. Por desgracia, hace 14 años, en un instituto de una localidad española de 17.000 habitantes, no había espacio para esos dibujos animados. Mi crush siguió su vida heterosexual y yo seguí mi vida homosexual. Durante este tiempo, ha significado para mí, un amor tan inalcanzable que ni en mis sueños han aparecido esos dibujos animados.

Entonces llega el año 2022 y aparece Heartstopper en Netflix, poniendo voz, piel y dibujos a mi imaginación. Y yo no puedo hacer otra cosa que dar las gracias por dejarme ver esas animaciones 2D de hojas, corazones y fuegos artificiales, ese espectáculo de color que, en no pocas ocasiones, no recibe el espacio que merece.