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España España · Madrid
Críticas de paki
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Críticas 203
Críticas ordenadas por utilidad
9
12 de abril de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un día mi profesor de Historia Contemporánea tenía que explicarnos la Revolución Rusa. Y en vez de leernos datos, cifras y estadísticas, o de empaparnos en manifiestos ideológicos o meternos en la biblioteca para que recorriéramos la dura estepa siberiana, nos proyectó en clase la escena de las escaleras de Odessa de la peli EL ACORAZADO POTEMKIN. Yo, que siempre he mordisqueado los bolis, me comí medio capuchón de mi bic... Tal vez pensaba que una imagen vale más que mil palabras. Se equivocó: vimos los pocos minutos que dura la escena, y nos tiramos una hora como locos, quitándonos la palabra de la boca unos a otros. El profe solo intervenía para resolvernos dudas o plantearnos más. Y para sonreír. Había conseguido interesarnos (¡y cómo!) en un tema que prometía ser un rollo macabeo. Él nos había advertido que era una peli propagandística y que iba a intentar llevarnos al huerto (o al puerto) y hacer que viéramos y que sintiéramos lo que él quería que viéramos y sintiéramos. Lo consiguió. Nos pareció emocionante, espeluznante, terrible y sobrecogedora. Nos impresionó ver toda esa gente aterrorizada, corriendo loca de miedo, mientras los soldados los masacraban. Una multitud de seres frágiles, desconcertados, y se diría que inocentes, aplastados por una fuerza que no se detenía ni ante bebés, niños, mujeres o ancianos... Verlos a mogollón era terrible, pero, uno a uno, como esa mujer que le aplastan al niño, la madre joven, el carrito del bebé desbocado por las escaleras, la anciana que le pegan el tiro... Hay muchas formas de explicar las cosas, unas son claras, otras confusas, algunas tendenciosas y otras geniales. Como la de Eisenstein en esa peli. En diez minutos había contado las 20.000 historias que quería contar, y las habías entendido y, además, habías visto lo que él había querido que vieras. Ni más ni menos. Dicen que se encargó para contar al mundo los prolegómenos de la Revolución de Octubre. Desde luego esa escena era más convincente que miles de discursos. Es verdad: una imagen vale más que mil palabras, igual que un sentimiento vale más que mil teorías.

Y como amante del cine, también me pareció espectacular. Yo no entiendo nada de planos o contraplanos, pero sin ver, casi, ni una gota de sangre, sabes que hay cientos de personas que van a ser aplastadas y destruidas en unas escaleras interminables donde hay un puro terror histérico colectivo y unas botas fuertes, organizadas y disciplinadas, bajando, bajando, bajando... Y la música al mismo ritmo... Al encuentro unos de otros. Y todo lo que va a pasar es malo. Y no te gustaría estar ahí, pero el jodido director te ha metido y no puedes salir hasta que el no quiera... Uf!, aunque sea para sufrir, el cine es auténticamente un arte.

Ah! el trabajo que hicimos sobre la Revolución Rusa fue, unánimemente, el que mejor nos salió del curso. Sobresaliente general para todo el comité, perdón, para toda la clase...
paki
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10
31 de mayo de 2012
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que podría enfocar esta película desde varios puntos de vista sin bajar mi nota máxima. Primero, como "thriller" que es un género que me encanta, sobre todo si son del estilo de éste que parecen sencillos pero resultan sorprendentes y complicados porque, aunque la trama no es rebuscada, sino inteligente y simple, ponen a prueba tu capacidad de deducción, de "no todo es lo que parece, no te fíes de las apariencias" o de aceptación de la historia cuando la explicación final no es la que te pide el alma. También me gusta mucho esa investigación del crimen por "aficionados" en la que te resulta fácil implicarte con la protagonista, en este caso, la lucha de una mujer por demostrar la inocencia de la persona que más ama en el mundo.

El otro enfoque que me ha fascinado es el de su estética visual y la capacidad expresiva de sus imágenes que me ha parecido maravillosa. Explican, trazan, suavizan o dramatizan los acontecimientos, sensaciones o sentimientos de la historia sin necesidad de diálogos. A veces con trazos duros, o tiernos, poéticos, con humor, tristes o escalofriantes dibuja la historia de una madre soltera y un hijo “raro”, descontrolado, mimado y sobreprotegido, que es acusado del asesinato de una chica del pueblo, y ella tiene que conseguir su libertad buscando al culpable. Está sola, no tiene ayuda, parece frágil y desesperada, pero tiene una fuerza y voluntad titánicas para proteger a su hijo y luchar por él como siempre hizo. La vemos salir de la comisaría, donde ningún policía la ayudará y nadie la cree, digna, orgullosa y valiente, a pesar del diluvio literal que se le viene encima. Sin paraguas. Una mujer bajo la tormenta decidida a no dejarse amilanar por nada. Ni siquiera por la apatía de su pequeño. Un muchacho extraño que tan pronto parece un niño desvalido como un chico cruel y desconcertante…

Y desde el punto de vista emocional, también me ha impactado mucho. La figura de la madre es impresionante, tan humana, sacrificada y fuerte que es imposible no empatizar con ella y admirarla. Está desesperada y pronto veremos que existe una corriente subterránea de culpas, secretos y remordimientos que la arrastran y la angustian, porque es una mujer fuerte y sabia, pero también una madre sola, llena de dudas y problemas con su hijo. Aunque, finalmente, siempre saca energía de su voluntad enorme, el amor maternal y el instinto animal e irresistible de proteger a su cría a toda costa, aún de sí misma. No es nada racional, lógico, ni siquiera sentimental sino la llamada atávica de la supervivencia de su hijo por encima de todo. Lo de morir o matar está superado por el “yo por mi hijo…” lo que sea… Y cuando al final se imponga la cordura sobre la pasión maternal, y esté a punto de volver la marea de culpas, secretos y remordimientos, habrá que romper los nudos del corazón para seguir viviendo y respirando con todo ello. Y perdonarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
paki
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8
15 de diciembre de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Subjetivo es lo que sale de tu cabeza", dice el padre a sus hijos. Y ésta es una película subjetiva, y yo voy a arriesgar mi opinión, subjetiva, de que todo lo que cuenta sale de la mente, las emociones, la experiencia, los sueños y los fantasmas de la infancia de su guionista y director, Terrence Malick. Pura subjetividad en estado, casi, de exorcismo interior. Y, sin embargo, y esa es su magia para mi, consigue que interiorices, pienses, recuerdes, sueñes y temas la tuya, a través de los ojos del niño que la está sintiendo. Es una mirada tan ajena, extraña y subjetiva como emocionante y conmovedora.

A mí, subjetivamente, me emocionó. Curiosamente, porque nada ni nadie se parecía a mi propia infancia pero, por esa especie de misticismo con que lo cuenta, por debajo de esa madre etérea y ese padre desconcertante, de esos hermanos pequeños entregados y aquellos amigos cómplices de la niñez, de ese jardín que nunca tuve y ese árbol que nunca escalé, tengo la sensación de haber sentido sus mismos sentimientos, sufrido su angustia y disfrutado con las mismas cosas. Tal vez, porque desde el big-bang y nuestros tatarabuelos dinosaurios, hasta hoy y mañana, aquí y en Texas, vivir es complicado y difícil. Y lo descubres cuando apenas eres un niño, como el de la película. Y te conviertes en un niño en crisis y en transformación, porque tienes que bregar por tu lugar en la familia, con tus impulsos, con tus decisiones, con tus sentimientos. Comprenderte y aceptarte. Y a los demás. Aunque te duela. Quizás descubrir que en el mundo hay dos tipos de personas: las que lo tienen todo bajo control, dominan a los demás y son fuertes en apariencia, y las que, aparentemente, son débiles y conformistas, fluyen con los acontecimientos y aceptan todo tipo de presiones y situaciones.

El niño de la película adora, y desprecia, a su madre en la que reconoce su sensibilidad y conformismo; quiere, y teme, a su padre al que odia por ser como a él le gustaría ser. Y maneja a sus hermanos en la incertidumbre en la que él se siente manejado. Y a mí, todo en ese niño, que no se parece en nada al que yo fui, recrea imágenes y sentimientos de mi propia vida. La fragilidad del fin de la niñez, el miedo a crecer y enfrentarse a las cosas impresionantes que se adivinan fuera del nido, la inseguridad personal, la envidia hacia los que parecen más fuertes y valientes que tú. O sea, lo que viene siendo la lucha por la vida, que acojona porque no sabes si estarás preparado para ella, las cosas a las que tendrás que enfrentarte, si podrás soportarlo, si cuentas con alguna ayuda o estás completamente solo y si todo sucede por algo o nada tiene sentido…

Porque ese es, en mi subjetividad, el tema de la película: la búsqueda del sentido de la vida. El dilema entre ser el dinosaurio grande que conquista al pequeño, o ser ese canijo que desde ahí abajo mira para arriba y descubre una constelación increíble con forma de ojo que todo lo ve, lo comprende y le da sentido…
paki
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10
14 de noviembre de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde ya me pongo esta película entre mis favoritas y el estanco de Auggie en uno de esos lugares mágicos que me gustaría tener al lado de casa, siempre abiertos, con un amigo filósofo de guardia para escuchar lo que necesitas, o contar lo que te preocupa, darte el consejo que te hace falta, el mejor cigarrito del día, la confidencia de última hora y la sonrisa, la reflexión y la compañía perfectas.

Así es el estanco de Auggie. Fumar es una excusa, lo importante es abrir la tienda, incluso cuando ya esté todo cerrado, como si fueras millonario en tiempo y lo mejor que pudieras hacer es charlar con un amigo. Auggie lo hace, porque es de una pasta especial. Desde luego no es solo el tipo que está detrás de un mostrador, sino una persona inteligente que observa, piensa y vive de una forma especial. Auggie es un regalo como amigo. Y todo el mundo se da cuenta. No importa que no haya podido estudiar, que no sea un intelectual o un escritor, sino solamente el dueño del estanco de la esquina, porque en realidad es un genio que ha descubierto, en su pequeño rincón del mundo, la verdadera dimensión del tiempo y el espacio, y todos los días lo fotografía para verificarlo. Y parece que ha encontrado el secreto de la felicidad porque no tiene nada y disfruta de todo. Es un tío legal y cojonudo, y todo el mundo lo sabe.

Y también su vecino Paul, un escritor que ha perdido la inspiración pero que lo ha encontrado a él, y con eso consigue recuperarlo todo, porque Auggie, detrás del mostrador de su estanco, en una pequeña esquina del mundo se lo enseña. Y le cuenta el mejor cuento que nunca ha oído, como si tal cosa. Y hasta adoptan juntos a un chico perdido hasta que, también él, se reencuentra con lo que siempre estuvo buscando. Lo que no consiga Auggie no lo consigue nadie. Por eso me apunto esta película y el estanco de esa esquina como ese lugar que siempre deberías encontrar abierto…
paki
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4
1 de octubre de 2022
22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está bien. Claro. Hay medios técnicos y económicos para ello. Visualmente es impactante. Existe un trabajo de caracterización y maquillaje prodigioso. La actriz Ana de Armas está marilinizada portentosamente. Hay una base de guión de un señora eternamente nominada al Nobel de Literatura. Y todo eso es sobresaliente, pero cuando piensas en puntuarla le bajas muchos puntos si lo que valoras en las películas es la emoción y el impacto personal que te procura una historia.
Yo creo que ahí falla mucho porque es un biopic, en el que hay mucho “pic” y muy poca “bio”. O sea es peliculera, sin más. Falsa. Es que Marilyn no está tan vista como adorada. Y falta esa adoración. Un reconocimiento histórico. Un reparación tan justa y apabullante a su persona como el prodigio de belleza y fotogenia que ella nos regaló. Ese agradecimiento. Al fin, el cine es arte visual y ella lo era. Podemos imaginar el alma que tenía en el almario. Seguramente habría sombras. Traumas infantiles, por llamar eufemísticamente, las cosas que no resistimos vivir, ni siquiera pronunciar. La belleza abrumadora en un mundo voraz y repugnante. El pasado oscurísimo, las expectativas imposibles, los amores que han muerto, los hijos que no nacieron, el futuro aterrador acechando detrás del espejo de la soledad…
Sí, seguro que hubo fragilidad y tristeza pero también una mujer inteligente, consciente de colaborar con una presencia sobresaliente en la mayor fábrica de sueños que ha existido nunca. Es que ella leía el Ulises de Joyce en la intimidad, de tú a tú. Y, sí eso era fácil, tal vez lo fue bregar entre traumas, cabrones, chulos y matones. Vamos a presumirle un cerebro muy capaz debajo de ese precioso tono de pelo Blonde…
Entonces pienso que si una película expone los abusos y las injusticias que tuvieron con ella, ¿por qué hacen lo mismo en esa misma película? Creo que no se define el punto de vista del director y guionista, pero siento que se retrata a una víctima, pero también a una mujer triste, manipulable, histérica, desquiciada y agotadora. No hay ni una sugerencia de sensatez, de equilibrio mental ni de madurez o reacción ante las circunstancias. Lleva un bonito disfraz de francesa de la nouvelle vague, pero su personalidad es la de una niña buscando a su papi en cada relación destructiva que emprende.
Así que me ha parecido una película muy triste, en la que no hay tanta compasión como amarillismo. Se ha buscado el escándalo más que la justicia y el resultado es muy desasosegante, como si estuvieran viendo a un boxeador agotado recibiendo una paliza interminable de tres horas.
En ese reparto de bofetadas, me ha resultado más refrescante la desmitificación del héroe deportivo o del líder político legendario. Son escenas indignantes, donde el nivel de repulsión te despierta del tono deprimente de la película, pero el papel de Marilyn sigue en el tono continuado de fatalismo de mercancía rubia a quién nadie le importa mucho.
En fin, voy a intentar olvidarla. Hay que tomarla como una ficción para mercadear. Nada que ver con la biografía de esa mujer maravillosa que hacía una crítica comparada de Chejov mientras los demás solo eran capaces de mirarle el culo…
paki
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