Esta versión del clásico me ha parecido, sin más, una adaptación cliché de la moderna princesa guerrera. Aunque por otro lado, gana un punto a su favor rompiendo los estereotipos de la delicadeza femenina que normalmente se muestra en este tipo de leyendas (cosa que en realidad ocurre en todas las adaptaciones de su género).

La trama quizás incluía demasiadas escenas bélicas para un tradicional cuento infantil como este. Además, la acción me ha parecido muy lenta y esto combinado con los diálogos apenas audibles me regalaban descansos intermitentes para coger el móvil. Pero en seguida volvía de nuevo a la película cuando de repente introducían golpes de sonido tras un silencio absoluto. Era gracioso, porque en esos silencios subía el volumen al máximo para no perderme nada y justo entonces venían los golpes. Me pasé las dos horas de película subiendo y bajando el volumen, así que un consejo si vais a ver la película es que no os despeguéis del mando en ningún momento, nunca sabéis cuándo lo vais a necesitar.

A pesar de todo, se podría decir que estos desperfectos consiguen salir adelante por los espectaculares escenarios y los aún mejores efectos especiales, que compensan un poco el sonido. Sinceramente, fue esto y el elenco lo que me llevaron a ver la película, con Chris Hemsworth como cazador y Kristen Stewart como Blancanieves.

En resumen, si realmente queréis ver esta película: adelante, yo no os pararé. Pero si tenéis dudas y sois de esos que a mitad de la película sienten la sobrenatural necesidad de cambiarla, yo os ahorraría el intento. Con todo dicho, no es una mala película, sólo se hace un tanto larga.

El estreno de Netflix no llega a superar ese montón de series que abundan hoy en las plataformas streaming buscando un público fácil y rasante. Plantea una trama atractiva, pero sin embargo nada que ya no hallamos visto. Conforme avanza la serie te das cuenta de la pavonería que abunda en la producción, con unos personajes ya muy trillados y un argumento insípido, estereotipado.

El típico ricachón, la hija y alumna perfecta que se hace cargo de todo, el hispano, el gay reprimido y la prota que vive bajo la sombra de su inigualable hermana. Todos ellos arrastrados a un lugar que no conocen pero que es exactamente igual que su pueblo y donde sólo se encuentran ellos para sobrevivir. Todos ellos enfrentados en una morbosa lucha de poder y supervivencia que se desarrolla en un ambiente de caos y descontrol.

Como he dicho, Netflix sabe adónde apuntar para conseguir más audiencia, pero esto hace de estas series una producción extremadamente insustancial. La trama no va más allá del planteamiento y su desarrollo es previsiblemente lento. La dirección no ha sabido enfocar la idea y acaba siendo una más entre las telenovelas modernas tan en boga ahora.

Y como las de su género, flojea en profundidad y credibilidad. Con un puñado de libros y una enfermería vacía, un par de adolescentes pueden atender un parto o incluso salvar al pueblo entero de una epidemia alimenticia. Sin mencionar que son expertos en astrología y en universos paralelos, y que tienen la suerte de vivir en una versión de su pueblo donde nunca se acaba la electricidad y no tienen red internet para investigar en la web pero sí para enviarse mensajes por el móvil.

A su favor diré que ofrece un sugerente trasfondo sobre el ejercicio del poder. Intenta abordar distintas teorías sociales que comienzan desde el desorden prehistórico. Los protagonistas se encuentran en un extraño lugar en el que no existe civilización y así, deberán aprender a organizarse desde cero. Es el nacimiento de la sociedad y por tanto deberán enfrentarse a problemas inherentes como son la rebeldía, golpes de estado, el descontento general, la democracia, elegir a un representante o el papel de la justicia y la autoridad. Estos temas cogen fuerza en la segunda parte de la serie y, sin duda, un punto que atrapó mi atención fue el cuestionarse sobre la naturaleza de la dictadura: ¿es el interés general o sólo el beneficio personal del mando?

Dejando esto de lado, no deja de ser una serie de mero entretenimiento, con una historia nada inusual comparable a “Los cien”, un intento fallido de copiar el universo del señor de las moscas. En resumen, nada nuevo.