Pinky y Carebro han sabido respirar mejor tanto en los 2000 como en los 90's cuando recién entraron el aire. Hay toda clase de episodios, los hay reflexivos (Plan de Pinky), los íntimos (Romi), los memorables y formidables (Todo lo que necesitas es Narf), los ácidos (Invasión extraterrestre), los chocantes (Pinky Suave) los bismales (Pinky, cerebro y Larry)... y todo un rol de arquetipos de una cultura pop estadounidense con el hecho de afirmar ser una potencia global.
La pareja dispareja sabe que cuando quieres perfilar una identidad macha pero escurridiza como un ratón debes saber que puedes practicarla en compañía de otros personajes, una lección valiosa de socializar cuando compartes los mismos gustos y el mismo rubro. Nunca me aburrieron ni me atontaron... se trata de una grandeza poco conocida por muchos críticos amargos como es el Humor No Convencional, el arte de hacer reír por medio del intelecto, o algo así.

Cerebro que cada día, me recuerda más a mi por mi forma casi rimbombante al expresarme, nunca alcanzó la meta de conquistar la Tierra o cualquier forma de vida inteligente sin habla para su catálogo de super sabio.

Lo mejor: El gag recurrente de los enunciados entre el sabio y el bobo
Lo peor: Ciertos albures muy difíciles de entender, haciéndolos parecer creados por autores con cerebro de hierro....te quedas rascando la cabeza.

Con la opinión del usuario de abajo, no puedo estar más que conforme o de acuerdo en cuanto al contenido nauseabundamente sobreexplotado al que hemos llegado a exponernos hacia Johnny Test.

Desde mi punto de vista, no era más que una bufa representación animada desde pomposa, ruidosa, gritona y un intento más en convertir al niño de ahora en el número 1 de ser un clasista estúpido cuasi-deformado ¿Qué creen que sentimos viendo los constantes madrazos repetitivos con cada capítulo de Johnny intentando ser el mocoso rebelde del presente? ¿Qué puede ser más que doloroso saber que ningún refrán positivo transmite? ¿Les parece poco la locura basurienta, clasista y desbordante sobre un padre obsesivo con la limpieza, prusiano y algo bobalicón y hermanas sin nada de gracia?

Abuso de efectos especiales, parodias miserables y bien patéticas. Solo se tratan de historias con el mismo color churreto de siempre: Aquel rubio imbécil y desesperante (Johnny) que quiere cambiar el mundo infeliz y con ese modus propio: la malcriadez y la atorrancia. Tarde o temprano cuando te des una bocanada de capítulo, te darás cuenta que volverte un polemista formidable es lo peor para tu vida en el progreso. No todo es invento loco, no todo es perro parlante o demás personajes creados a partir de una cena de marihuaneros.

P.S: Como gocé a lo grande haciendo esta reseña mientras oía "Be Good Johnny" de Men at Work

El sol repunta en otro día con esta co-producción peruana argentina sobre representar al amor en base a discusiones, malentendidos, chistes xenofóbicos, tahures, reliteraciones y alteraciones mentales, mientras todo pasa malísimo, con falta de tino, insípido y un intento lejos de crearnos una historia de amor recreada.... hasta en las introducciones carcomidas de actores que pasaron por una etapa bien disparatada para ser famosos...¨¨Ser Un Chico(a) Reality`````` y sabes que vidrieras el éxito al fracaso en un santiamén, mejor explicado, imposible. Por más reparto coral, o lo que queda de sus escombros... Sí, Mi Amor daba apariencia de película de amor más falsa que un billete de 500 soles.

Yiddá y Julián (casi escribo Igor y la Novia del "Franken") si su vida amorosa tuvo escenas disipadas
¿Para qué suicidar estúpidamente su ego?

No creo que este sea un filme auténtico o un filme sencillo para mercadillo....pero se retrata de eliminar las afrentas en una noche de paz que no es tan pacífica en unas escenas brillantes más que de iluministas y de su desarrollo. El Sistema Solar se retumba con unas actuaciones facilistas y muy chorras, la película parece hecha de amargura y de guionistas más secones que laboriosos, formulando una utilería desactualizada y bien torpe sobre las familias super disfuncionales y antipáticas que deben reunirse en un día casi perfecto y nublado por recordar el pasado. Casi todo el elenco debió de tener muchas pesadillas o desaforarse de la raya con su libreto para sacar lo mejor/peor de sus defectos, entre los mejores que lucharon por ser puñaleros y de hacer una actuación atracada por laberintos y gritos, quien más tenía que ser, la loquita de Gisela Ponce de León porque duda bastante si ese hijo nacerá en navidad o cree que es un pacto más del diablo. Todo lo demás desprende una sensación de pesadillas en familia muy melosas y apagadas, sensación de melodrama moroso mexicano..

Es de lejos tan adormecedora y predecible con sus manejos tan enfadados por la locura próxima para el primer pecadillo y pelea aún después de tener una gotosa navidad. El mejor momento solo llega en los instantes cuando Gisela canta, el resto demasiada velocidad y desgano funcional. Pudo haber sido mejor en un cortometraje con 40 minutos....

De que existiera un tribunal de justicia contra arruinar la infancia tiene que estar ya presente en estos tiempos Y ES URGENTE, esperaba que la secuela de una de las entregas del famoso gran danés más tétricas, espectaculares e ilustrativas tuviera otras escenas con sus mejores calidades mounstróficas de primeras. Pero, todo resultó ser un licuado venenoso llenó de clichés y encima una espantosa y estúpida autoparodia de los personajes destacando más por sus bufos defectos.
Todo acaba en un revoltijo de diálogos enajenantes cuando la pandilla aparentemente zombificada por la torpeza de los guionistas en lugar de desvelar el misterio de quien está detrás de la trama para revivir el legado de unos personajes a manos del capitán cicatriz de luna quien acabó reviviendo la batalla, al final resulta ser un director oportunista y mongo de nombre Alan Smitthe (nombre que paradójicamente emplean los directores cuando se sienten arrepentidos de crear un trabajo fílmico y acaban despreciándolo), luego de ello continúan las modestas persecuciones, un molde más que reciclado en toda la franquicia Scooby-Doo y comp. que aparentemente levanta el ánimo y las cejas para ver ese estilo imperecedero que se volvió ícono de la saga.

No sé que pudo ser peor, confuso o más bien enfermizo, ver las actitudes estúpidas y cobardes de la pandilla de entrometidos que de divertir y buscar misterios, pasaron a convertirse en lanudos infatiloides de guardería basándose más en sus actitudes irreverentes o de contar con una dupla desconocida pero arruina-infancias Aranovich-Spaulding que prácticamente mojaron una secuela traicionera sin si quiera haber visto la primera.
Contenido solo para el público ''freek'' y amante de la marihuana en compañía de una figura paternal que ruega por paciencia.