Gran pregunta esta. Porque una idea sumamente simple (así son las películas españolas: ideas sumamente simples) en este caso resulta ser una excelente película.

Te tiene pegado a la pantalla desde el principio hasta su final por, sobre todo, las dudas sobre quien es el psico-killer. Te hace cambiar de opinión constantemente, variando de un sospechoso hacia otro en cuestión de segundos. Te obliga a pensar en si perdiste detalles que delaten la identidad del malo malísimo de la cinta. Y, sobre todo, hace que te olvides de que es una película española.

Si ves el reparto, te das cuenta de la carencia de "super-estrellas" que hay, y te resulta que los actores hacen un papel ciertamente bueno. En especial, y con mucha diferencia sobre el resto, Fele Martínez.

Si piensas en el argumento, te sorprendes de la riqueza del mismo por, sobre todo, la simplicidad que muestra y la humildad con la que se presenta.

Y, sobre todo, si analizas el mensaje que nos quiere dejar Amenábar, te das cuenta de que este pedazo de crack hace una verdadera tesis sobre lo morbosos que resultamos ser nosotros, los seres humanos. Inigualable sátira con los títulos de crédito.

Por tanto, a la pregunta ¿es Tesis la mejor película que se ha hecho en nuestro país? Para mí, la respuesta es sí.

Esta película es un clásico que, de una manera muy sibilina, nos ayuda a sensibilizar a los ciudadanos de a pie con los animales y, sobre todo, nos demuestra que los animales (sean del tipo y la raza que sean) también tienen su corazoncito. Sólo por esa brillante manera de mostrárnoslo, a través de un cerdito adorable como es Babe, esta película merece una nota pasable.

El Rey León es una verdadera lección maestra de lo que, en didáctica, llamamos "aprendizaje significativo".

Significa:

PARA TODA LA VIDA
DE LLENO
PARA TODOS LOS PÚBLICOS

Es decir, estamos ante una obra maestra que a la vez de divertir, enseña y de lo lindo una lección que, a mi juicio, todos algún día tendremos que saber: la vida es breve, pero la vida sigue.

Si no la has visto todavía, ¿qué haces?

Al ser una de las películas que tuve que sufrir en consecuencia de ser el hermano menor de una niña en la Edad del Pavo, llegué a odiarla incondicionalmente. Salvo, evidentemente, las bellezas femeninas que se subían a bailar mojadas en cerveza a la barra del bar.

Llegado este momento, pienso en la película como una de las que, del gusto de mi hermana, no era tan mala como por aquel entonces pensaba.

Si tienes quince años y no la has visto, te va a gustar. Incluso si eres chico.

Jumanji será, por siempre, una de las películas que descubrió mi enorme espíritu aventurero.

Ciertamente, la película es sumamente simple pero tremendamente adictiva. La pluraridad de pruebas que tienen que pasar los protagonistas y, sobre todo, las penurias que éstos sufren (en especial Robin Williams que, no os lo contaré, sufre un muy severo castigo) a medida que intentan avanzar en el juego y librarse eternamente de él, hacen de Jumanji un clásico imprescindible y, como juego, una película inmortal.