Excelente factura, buena historia, todo muy bonito, un desenlace violento, que conmueve, pero del que uno se recupera fácil, es una herida superficial, por lo menos para nosotros, los espectadores.

Enésimo intento de emular a la legendaria "Los Simpson", esta serie aglutina todo lo más cargante de su intelectualmente precesora sin llegarle a los tacos de la suela de los zapatos. Los autores deben sudar la gota gorda para que su "padre de familia" no sea una burda imitación de genial gordo Hommer. El personaje del niño y el perro son demasiado parecidos, no existen contrapuntos de caracteres dentro de la familia, los guiones son muy flojos, deslavazados y se basan exclusivamente en un metralleteo de guiños -muchos de ellos se nos escapan si no somos americanos- apariciones estelares de famosos -30 por capítulo- y 50 ó 60 flashbacks que intentan atraer al espectador con un humor negro presumidamente subversivo y absurdo. Nada que no hayamos visto hace 15 años en el sinfín de clones de Los Simpson que han aparecido. Sólo South Park, con un concepto gamberro ha podido crear una nueva esencia, Padre de familia es un refrito.