Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Críticas de Salvapantallas
<< 1 8 9 10 11 17 >>
Críticas 82
Críticas ordenadas por utilidad
8
11 de agosto de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al salir de la sala me cuentan que el director Pablo Larraín es hijo de la clase alta de su país. Más aún, me cuentan que es hijo de la clase política de su país. Entonces puedo entender la crítica social desalmada de esta propuesta. Si su lugar de origen fuera otro, su discurso sería un engaño, porque El Club observa a América Latina desde arriba, y la desengrana hacia su capa más subterránea con las herramientas más lúcidas.

En un pequeño pueblo pesquero donde el único ruido es el mar hay una casa de retiro para curas. Allí habitan cuatro sacerdotes de avanzada edad y una monja. De pronto llega a la casa un quinto sacerdote acusado de pedofilia y otro más joven con nuevas reglas para todos. La única actividad de este grupo, además de la rutina religiosa de oración, es la crianza de perros galgos para las carreras de apuestas.

Nada más se debe contar de El Club, ya que la propia narrativa se encargará de descubrir las sorpresas de sus personajes, golpe por golpe. El primer acierto es ese guion, que desarrolla los elementos tradicionales del suspenso con una fuerza inusual para el cine latinoamericano. Además, el humor negro, las interpretaciones pausadas y la fotografía congelada contribuye en crear una atmósfera hermética que propicia la sorpresa.

¿Cómo hablar de pedofilia en la Iglesia sin emplear la moralina? Pues dando un minucioso y sutil significado a cada nivel de personaje dentro de la sociedad latinoamericana actual. En El Club se puede encontrar una pirámide social con una cúpula de unos cuantos ricos indiferentes; más abajo una sociedad cerrada –los integrantes de la casa de retiro– donde irrumpe un nuevo orden y se da la lucha de poder; debajo sufren las clases medias deterioradas por el pecado moral, aunque aceptado –las víctimas–; y en el subsuelo se deja de lado a los últimos en la cadena alimenticia, los más pobres –los galgos–.

Y, por supuesto, se logra hablar sin moralina al poner toda la carne en el asador. Adiós a los susceptibles, pues el director coloca su dedo en la llaga. Larraín no oculta ni un centímetro de la desagradable realidad de una perversa sexualidad, y el resultado es una película hostil, dolorosa y necesaria. Su habilidad para retratar una temática controversial y amplia es trasladarla a un universo específico, casi elemental, y de sumo simbolismo: la casa amarilla es el reclusorio de las culpas, pero al mismo tiempo un lugar donde ignora el arrepentimiento, y el horizonte lejano, cruzando el mar, es una libertad olvidada que además es rechazada. En ese mundo conviven todos los niveles de la sociedad que cumplen una función los unos con los otros: juzgarse.

El valor real de El Club es el retrato de una exclusión mucho más dañina que solo apartar: el olvido. Como dice el propio Larraín, hay un sector de la Iglesia que practica una vida ejemplar en los valores, y otros que son condenados y enjuiciados por abusar del poder eclesiástico. Sin embargo, hay un sector que es simplemente olvidado. Ese olvido es una forma efectiva de ponerlos al margen y de garantizar su no retorno. Y es mejor si se mantienen ahí, porque los clubes o instituciones sociales –en este caso, la Iglesia– prefieren el juicio eterno porque parece que se contaminan más si absuelven y reincorporan a algunos considerados pecadores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Salvapantallas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
30 de enero de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De verdad es así. No hay ninguna mentira o fantasía en esta película, y el tiempo se ha encargado de seguir retratando las mismas imágenes en la actualidad. Esa impersonalidad, ese sentimiento de vacío, superficie, poca importancia por hacer realmente algo que valga la pena. Es crudo, es difícil, es lo más parecido a un suicidio; es ir acabándose poco a poco. Tal vez no es toda la sociedad, pero en teoría es lo mismo. Es un encarcelamiento de posibilidades, un ahogamiento de los sentimientos, de la razón, de la ganas de vivir. No solo es aplicable para los americanos, esto pasa en todo el mundo con diferentes paisajes. Todos pueden sentirse identificados.

Revolutionary Road es un retrato de lo que se sabe, pero nadie sabe hablarlo a ciencia cierta. Cada uno de los seres humanos estamos llenos de miedos, miedo a enfrentar lo que esta adelante. Y eso se tapa con la superficialidad. Es como si se formara una máscara en el exterior que nos provoca el desconsuelo de la desesperanza, como lo sabe decir con propiedad el mismo guión. No tienes escapatoria alguna, así lo entiendes. Es la sociedad la que hunde, la que iguala, la que crea las mismas formas una tras otras y intenta hacernos a todos de la misma calaña.

La inteligencia de Sam Mendes es una obra de la fortuna, algo que por alguna razón inexplicable se expresa con amplitud en cada escena. Cada fotograma es una expresión tensa y tan sutil que se percibe con todos los sentidos o no se puede percibir. La dirección de actores es tan magnífica como la misma puesta en escena. Los lleva de la mano con fascinación, como si fueran sus hijos en el camino de la vida. Ellos responden con creces. DiCaprio deja mostrar unas cuantas facetas nuevas, y aporta a la tensión, a la garra y a las ganas. Su compañera es una amante de las cosas difíciles, es una perfeccionista en la amplía magnitud de la actuación. No solo nos enseña lo ya elaborado sino que nos retrata el oscuro nivel del miedo, de la soledad y de la misma desesperanza (vale repetirlo).

Los acompaña un personaje salido de la nada. Lo que hace Michael Shannon es tan genial y creíble que se gana un espacio entre las mejores interpretaciones del año. Carga con la responsabilidad de retratar la mágia de la historia, de saber realmente lo que pasa y decir la verdad, poniéndose lo más complicado del guión al hombro y logrando salir con el éxito en estados muy elevados.

Mendes también se agarra de una literatura llena de frases precisas y, sobretodo, coherentes. Esa coherencia que se logra con el correr de los minutos es un perfecto ejercicios de "timing". El guión juega con el tiempo, te lleva de un sitio a otro con gran agilidad y sumerge al espectador en las aguas mansas de las grandes realizaciones. Es un retrato excelente de lo más fino: la desesperación del ser humano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Salvapantallas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
26 de noviembre de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La altura cinematográfica le pesa a Lars. Y cuando digo eso me refiero a una consiente del saber cotidiano del sentido que todos conocemos como esencia. Me dormía, me dijo mi amiga de turno cuando de pronto nos veíamos sumidos en una ronda de café a la vuelta del cine más popular de la ciudad. No la culpo, yo también lo había pensado. ¿Como no hacerlo?, me dijo a mi mismo varias veces cuando caminaba por las calles empapadas con lágrimas del cielo, que lógicamente no lloraba por la pérdida de una muñeca inflable, sino por algún azar de la naturaleza.

Ideas van y vienen, y solo algunas prevalecen, es cierto. Hace poco nos mostraron un nuevo "género" de romance diferente, y nos han ido mostrando ese cambio a lo largo de los último tres o cuatro años. Brokeback Mountain, Juno... donde la lágrima fácil no salía de un enamoramiento entre un tío de treinta o cuarenta y una tía que no le llevaba muchos años. Las historias se renuevan y está bien... se ajustan a los tiempos y nos muestran nuevo métodos de hacer cine dentro de un mismo ambiente.

Lars and the Real Girl no es más que la comprobación de esta renovación y de la caída de la real esencia de hacer cine, ese saborcito dulce que nos queda cuando terminamos de ver metraje. Lamentablemente, la mayoría de los nuevos directores hollywoodenses lo han perdido o están en camino a ello, pero la esperanza es lo último que se pierde.

El otro tema, el psicológico, es el mensaje que nos intenta dejar la película. Existe una soledad en el personaje, y podemos mirar la similitud en la ideología del hombre isla, destruido por los pesares de una vida marcada en el pasado, con enlaces que navegan por el dolor y lo inseguro. No es descabellado ni ninguna idiotez del guionista, sino algo completamente creíble que puede ser tomado como reflexión de lo que es el hombre en la actualidad: solitario, golpeado y muy emocional

Por último, es propicio decir que es una cinta correcta, afable y amable, que nos enrosca en las localidades de una comedia bonita, ácida, como las que nos gustan en estos tiempos. Inteligencia sobra en el guión y lo mismo ocurre con las actuaciones, linduras del destino. Ryan Gosling en un personaje difícil y contemporáneo, pero sale airoso en su intento de locura y amor, enseñándonos que las buenas actuaciones todavía prevalecen en las nuevas generaciones y confirmándose como uno de los mejores de su época.

Cabe decir, en todo caso, que la chica si es de verdad.
Salvapantallas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
14 de enero de 2008
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encontraba mirando un panel publicitario de esos que por sus letras modernas y su visión innovadora son interesantes. Reparé en una cara conocida por todo el mundo. “¿Como no ser conocida?” me pregunté al verla. El rostro juvenil más visto en los últimos siete años solo tenía un nombre: Harry Potter, personaje con el mayor éxito de los últimos años le dió a su intérprete su nombre y mucha fama. Es por esto que cuando reparé en aquel panel publicitario me prometí que cuando vea la cinta y me aventure a preparar una crítica, el título tendría algo que ver con esta extraña conclusión a la que había llegado.

Todo estaba listo para que mi sarcástico título tuviera frutos. Investigando me había dado con la sorpresa que los demás actores eran todos poco conocidos o desconocidos, y la trama daba directamente a que el conductor de la película tendría que ser Harry Potter… es decir Daniel Radcliffe. Es más, los demás niños huérfanos que acompañan la emotiva cinta no eran conocidos casi ni por cara, habiendo hecho máximo dos cintas en donde simplemente aparecían. Los actores mayores, aunque muy trabajadores, no eran ni comparados con grandes nombres del cine británico. Ya estaba todo listo para la función.

Grande, muy grande fue mi sorpresa. Pasada la hora de cinta Daniel Radcliffe no era el conductor del barco, sino más bien un tripulante simple y sencillo. El barco era manejado por tres actores que, desconocidos de cara y nombre, navegaban la cinta a puerto seguro. Jóvenes ellos, no tenían ningún problema de soltura e integridad, y estaban demostrando todos sus atributos de interpretación como si esto fuera un juego más de juventud. Christian Byers, Lee Cormie y James Fraser (acuérdese los nombres), sin ninguna fama previa o título de mago le sacaron la vuelta a la mega estrella, pues se le critica y se le va a seguir criticando la falta de expresión y poder que le pueda poner a sus personajes, haciéndolos simples paneles secundarios. Tiene una buena puesta en escena, pero tiene que mejorar expresivamente mucho para dar una actuación de mejor calibre.

El acierto de la cinta son los tres niños actores, el tema emotivo y sentimental muy bien tratado, y los grandes paisajes que muestra la zona de filmación. Quizás el error más sentido va a ser el haber explotado tanto la imagen de Radcliffe, que al final no rindió los frutos esperados, adjuntado al mal manejo del tema religioso, pues nunca te lo crees. Esas imágenes bíblicas mal puestas en escena son lo peor que se le encuentra a la cinta. De más totalmente, opacando el sentido dramático de los actores, y dramatizando aún más la falta de un director con más trabajo previo para laborar su dirección con más soltura y entendimiento.

Dejé el título por puro gusto, aunque respondo que no fue Harry Potter and the December Boys por ningún motivo. La recomiendo totalmente. Sáquense el clavo de la seriedad de un adulto y disfruten de una historia sencilla, pero tierna; emotiva y vibrante. Adiós.
Salvapantallas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
14 de agosto de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roberto es un adolescente peruano que llega a Montreal para vivir con su padre, un emprendedor homónimo que se ha rebautizado como Bob. El objetivo de ambos es huir de un país en caos azotado por el terrorismo y buscar el sueño americano.

Ellos también viven con la esposa de Bob, la hija de ambos, y Toño, un amigo peruano de Bob. Pero en esta ecuación el problema central es que Roberto no se encuentra a sí mismo y se niega a adaptarse. Todo se sale de control cuando conoce a la amante de su papá.

El error principal de La Bronca es que su premisa es mejor que su desarrollo. Todos los elementos formales de una buena idea están expuestos en la primera media hora, y uno siente que por fin va a presenciar una película peruana con un guion que conduzca al espectador por conflictos verosímiles, dramas creíbles de la realidad y suspenso al estilo indie americano.

En el guion de los hermanos Vega falla el retrato del contexto social. Se esfuerzan muy poco en situar a los personajes en la realidad peruana de 1991, aquel país donde ciertamente no se podía vivir. Falta aquella dimensión visible que permita entender la motivación real de por qué todos estos personajes llegan a convivir en una casa en medio de la nada.

A medida que avanza la película te das cuenta que podría haber sido ubicada en cualquier contexto. En 1991, ayer o mañana. No aprovecha la violencia ni la retrata. Y en el clímax se intentan incluir recursos a ello, pero ya es muy tarde: no los veo ni los siento, y si debo recordarlos como espectador, el guion no me entrega recursos narrativos o visuales para lograrlo.

Tampoco funcionan las relaciones entre los personajes. Sabemos quiénes son: el oportunista emprendedor peruano, machista e inescrupuloso, que solo quiere progresar; la periodista que no encuentra oportunidades en su rubro; el holgazán mantenido bueno para nada rudimentario; y el adolescente intenso, agresivo y confundido que no se encuentra a sí mismo en el mundo.

Sin embargo, el guion no ofrece interrelaciones creíbles entre ellos. Es imposible percibir por qué están ahí y qué los une. Podrían bien estar todos haciendo cualquier otra cosa mejor. Además, al no explicarse nada sobre sus pasados, es dificil establecer empatía por ellos. Al final, me importa poco si les pasa algo o nada. Solo he podido rozar la superficie de sus existencias. Se pierde la oportunidad de explotar la dinamita de relaciones como “padre-hijo”, “madrastra-hijastro”, “amigos de la infancia” o “pareja de nacionalidades distintas”.

Otro error es la paupérrima actuación de Jorge Guerra, el adolescente. Su trabajo hace realidad una frase engañosa del cine peruano en la que “la culpa la tienen los actores”. En él debería caer una cadena perpetua. Guerra no transmite la frustración del descontento, la tensión del inadaptado y la violencia del descontrolado, a pesar de que por este personaje transcurre todo el hilo narrativo y la profundidad del mensaje de La Bronca. Su rebeldía es de goma, en un rol que ya ha sido mil veces interpretado.

Si hay que rescatar algo es la excelente realización en un país ajeno. Toda la producción de la película es envidiable. Está en un punto alto la fotografía movediza que encuentra nuevos espacios para la cámara, y un montaje ágil que aporta a mantener el ritmo de un relato con excelentes diálogos. Se agradecen los gags referenciales a modismos limeños y que no se hable en exceso.

Los Vega son cineastas respetables y gozan de excelentes ideas creativas y originales. El problema es que la ejecución de sus propuestas narrativas excluye o no desarrolla conceptos como la verosimilitud de la historia, la profundidad de los personajes y la empatía con la audiencia. Y en la suma eso golpea al espectador con un cine todavía muy precario.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Salvapantallas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 8 9 10 11 17 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow