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Voto de Chagolate con churros:
6
Drama. Comedia Después de haberse dado a conocer en París, un pintor regresa a su pueblo natal en pleno campo. La casa en la que pasó su infancia cuenta con un espléndido jardín, pero él ni sabe ni le apetece cuidarlo. Por eso pone un anuncio en el periódico local solicitando los servicios de un jardinero. El primer y último candidato es un compañero al que no veía desde los tiempos de la escuela. En su contacto diario con él, el pintor descubre a un ... [+]
24 de octubre de 2007
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean Becker estrena una película amable y cálida, de esas, que abundan en época navideña. Enfrenta a dos mundos que cada día distan más de entenderse. (Tengo una amiga profesora que me asegura que si no realizaran excursiones a granjas, los niños, y no tan niños, no tendrían claro que la lecha sale de las vacas y que éstas, al contrario que los leones, son animales domesticados por el hombre y viven a escasos kilómetros de sus institutos y no en selvas africanas. En un principio te lo tomas un poco a guasa, pero una vez pasan por tus manos varios exámenes de tecnología de 3º de ESO y aprecias joyas como: “El motor de dos tiempos es mejor porque tarda la mitad en encenderse que el de cuatro tiempo” me lo creo todo. ¡Este chaval preguntó luego por qué había suspendido!).


Volviendo al campo, Becker construye un guión sencillo sin fallos importantes pero que tampoco se compromete en exceso. Algo ligera de riesgo y previsible, deja en manos de dos actores la responsabilidad de sacar adelante la película. Y eso es lo que hacen con gran acierto Daniel Auteuil y Jean-Pierre Darroussin. El primero esta en una época dorada y aunque en un principio pueda sorprender la versatilidad de una actor que aparenta corto de recursos lo cierto es que brilla sin igual en cualquier cinta. Pero la magia de estas conversaciones lo lleva esta vez, Jean-Pierre Darroussin que construye magistralmente su personaje.

De las primeras cosas que me sorprendieron mientras visionaba “Conversaciones con mi jardinero” es un uso exagerado y extraño de los primeros planos. Es extraño que dos actores ya maduros no impongan condiciones severas para evitar que las arrugas asomen en la cara. Este exceso de primeros planos que en un principio consideré innecesario acabó solapándose con la historia hasta el punto de considerarla esencial.
Becker también gana la batalla con un buen final, que siempre se agradece.
Chagolate con churros
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