Un interesante y emotivo documental que pone el foco en la enfermedad y trágica muerte del gran actor cómico Robin Williams, aunque sin dejar de lado su vida y exitosa carrera.

Cuenta con los testimonios de su esposa, así como de vecinos y amigos. Al principió se pensó que la causa del suicidio de Williams era la depresión ocasionada por un Parkinson recientemente diagnosticado. Pero tras su muerte se vio que además padecía "demencia con cuerpos de Lewy", una enfermedad rara y degenerativa que le afectaba al cerebro (esa mente tan increíblemente rápida e ingeniosa) y que no fue correctamente diagnosticada, provocando en Williams una gran angustia y sufrimiento.

Como punto negativo: se omiten los escabrosos detalles de su suicidio, cosa que a mi me habría gustado conocer (he tenido que recurrir a Google). Pero, en fin, debido a que la última esposa del actor es el testimonio más relevante que aparece, supongo que aprovechó para exigir hacia su marido un trato "respetuoso" y "no sensacionalista".

Tras acabar el visionado me he puesto a pensar con aprensión en lo perra, injusta, y terrible que puede ser esta vida, pues nadie, ni siquiera los seres humanos más aparentemente afortunados y talentosos -como el propio Williams o su amigo de juventud, el actor Cristopher Reeve- está libre del cruel destino al que la vida puede abocarnos.