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España España · Barcelona
Voto de alex:
6
Drama Francia, siglo XVIII. El compromiso matrimonial entre el futuro Luis XVI (Schwartzman) y María Antonieta (Dunst) sirve para sellar una alianza entre Francia y Austria. Con sólo catorce años, la ingenua princesa austríaca se ve obligada a abandonar Viena, su familia y sus amigos para instalarse en la opulenta, sofisticada y libertina corte francesa, donde reinan las intrigas y los escándalos. La joven se rebela contra el aislamiento que ... [+]
14 de mayo de 2007
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuanto más reflexiono sobre “Maria Antonieta”, menos convencido estoy de que me haya decepcionado tanto como creí al acabar de visionarla. Aunque esperaba algo más de la directora de “Las Vírgenes suicidas” y “Lost in translation”, sobre todo teniendo en cuenta que la película se anunciaba como una aproximación irreverente y original al personaje y a la época, debo decir que en “Maria Antonieta” tiene cosas destacables, a pesar de que el conjunto se revele algo falto de nervio dramático.

Entre ellas, el retrato de una corte de Versalles que en realidad debió haber sido algo muy parecido a lo que se nos muestra: un reducidísimo grupo de diletantes viviendo en su particular burbuja de lujo, mientras la gran mayoría del pueblo sufría miserias. En este sentido me parece magnifica la recreación de ese clima irreal y en tonos pastel de una corte entregada al “dolce far niente”, y en el que nunca parece suceder nada demasiado importante salvo algún nacimiento o placidos fallecimientos por causas naturales. No es casualidad que a través del empleo de una banda sonora con melodías y sonidos actuales le venga a uno a la mente el paralelismo entre la juventud consumista y hedonista de nuestros días y esa aristocracia decadente. Una aristocracia cuyo idílico modo de vida de verá truncado, inevitablemente, por la que sería conocida más tarde como Revolución Francesa. Ese es, en mi opinión, uno de los aciertos de la película: más allá de interpretaciones adocenadamente históricas o políticas, habría que destacar el valor metafórico y simbólico que posee la súbita destrucción de esa suerte de campana de cristal en la cual viven nuestros protagonistas –todo su mundo irreal, privilegiado, y luminoso-, a causa de unos devenires historicos anclados en instintos más bien oscuros (ira, venganza), junto a los glorificados anhelos de libertad, fraternidad, e igualdad.

En el apartado negativo habría que mencionar un argumento más bien aburrido, en el que lo único interesante aparte del conocido final (la mayor parte del cual, por cierto, se nos escamotea), son los intentos de la protagonista por despertar el interés sexual de su joven esposo y rey. No dudo de que en ese sentido la película ha sido fiel a la realidad histórica. Pero más allá de los aciertos anteriormente mencionados y de su estupenda ambientación hubiera hecho falta, para despertar realmente nuestro interés, una profundidad dramática mayor. Es probable que es deseo de ser fiel, dentro de lo que cabe, a una realidad histórica, haya impedido darle más juego al guion. Sin embargo, tal vez a Sofía Coppola le hubiera convenido mirarse algo más en el espejo de otras grandes películas ambientadas en la aristocracia del siglo XVlll, como las “Las amistades peligrosas” o “Barry Lyndon”.

Un último apunte: casi huelga decirlo, pero, como siempre, Kristen Dunst está magnífica y muy sexy en su papel de María Antonieta.
alex
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