Había que exprimir la gallina de los huevos de oro. Algo que funcionó tan bien como SAW buscaba un filón monetario en una segunda entrega.

¿No os ha apetecido alguna vez que hicieran una segunda parte de películas que consideráis obras maestras?... luego meditas mejor y dices “eeeeh… no, no, para el carro”. Saw no era ninguna obra maestra y nos podríamos permitir el lujo de ver cómo sería una segunda parte.

El planteamiento es algo diferente de la primera película, cosa que es de agradecer… pero nuevamente los montajes “pop” en plan videoclip de las escenas truculentas, no me acaban de gustar y además para esta segunda parte todavía hay muchos más. Es una pena, porque eso le resta puntos.

En esta parte hay unos cuántos tíos encerrados en una casa (al más puro estilo Cube), de personalidades bastante remarcadas (mucho diría yo)… cuyas actuaciones son a veces penosas. El resto del reparto lo hace de forma correcta, pero nada memorable.

Nuevamente, uno de los puntos fuertes es el final que junto con esa música apoteósica gustará a los que la primera parte de Saw les gustó bastante. Sin embargo, si Saw no te gustó mucho no vayas a ver esta segunda parte.

Nota: 6,5