Para una viuda joven, madre y muda, que se comunica a través de la música, el rechazo a su piano es el repudio hacia su persona. Así lo interpreta Ada que aborrece a su nuevo marido por negarse a llevar a casa el arcón de sus palabras.
Las cosas suceden en Nueva Zelanda, en mitad del siglo XIX. Un hombre refinado se aleja de la mujer con la que ha concertado el matrimonio por no entender lo importante que es para ella pintar el aire con las notas; mientras, un ser primitivo avanzará sobre el cuerpo y el alma de la mujer por intuir lo que ella prefiere.

Sugerente, e incluso erótica en muchos momentos, Jane Campion que muestra el camino y las teclas que hay que tocar para conquistar a una mujer por extraña y difícil que parezca.
Indudablemente la música de Michael Nyman, que derivaría en un clásico de las bandas sonoras, es el esqueleto de esta realización que obtuvo muchos premios en su momento y que hoy, casi veinte años después, se ve con agrado e interés.