He de confesar que no soy un enorme fan de la primer entrega, pero venga - vamos: no hay tantos estrenos mainstream en sala, así que -- a verla vamos.

Y el resultado, para quien esto escribe es... vacío. Me recuerda a algo que mencionaba David Mamet sobre el cine comercial como porno: películas en las que la chicha ocupaba cada vez más y la trama menos. La trama es una excusa. Vienes a ver los polvazos, supongo. Según eso, aquí vienes a ver jumpscares y estar tenso.

Yo no, caray. Necesito que me cuenten algo. Y en ese aspecto -- arcos, temas, progresiones -- nanay de la china. La trama avanza tan poco que es extremadamente concebible una tercera entrega -- pero oigan - para narrar tan poco, mejor me haga una miniserie en un plataforma, señor John K.

Y luego están las pretensiones -- por mucho tempo lento, voces atenuadas y silenciosas miradas de neowestern que se meta aquí, lo cierto es que, en términos dramáticos, el film está más cerca de LOVE AND MONSTERS o un MONSTER HUNTER cualquiera (val, tal vez no tanto).

Por otro lado, tenemos un cine así - que a mí me cansa -- una copia de una copia, hipotecada a base de tropo, cosas ya vistas y homenajes a Spielberg.

Maldita sea. Se cansa uno, oyes. O tal vez me hago viejo. Todo es posible.

NOTA - menos mal que la cosa dura unos noventa minutos. Si se hubieran puesto en plan Zack Snyder, me hubiera dado un patatús.