Pero lo que sucede al protagonista (Polanski: guionista, actor principal y director del film... cahierismo puro), un tipo más que parado, parece aleatorio. Por otra parte, su caída en los abismos de la locura no se comprende debidamente y la duración del largometraje es un tanto extremada para la sencilla historia que cuenta.

¡Ah! Y lo de Roman vestido de mujer es GROTESCO. Aunque supongo que esa era la idea.